lunes, 28 de diciembre de 2020

El 27-N cubano y el último de los dinosaurios stalinistas —Néstor Kohan

 [por Norberto Malaj]


 [Frente al Ministerio de cultura, una manifestación de más de 300 artistas e intelectuales. Nov 2020.]

 

    El 27 de noviembre pasado tuvo lugar en La Habana, Cuba, una jornada singular. Por un lado, el gobierno cubano reprimió, desalojó el lugar donde tenía lugar y dio fin a una huelga de hambre de miembros del movimiento cultural San Isidro, que el castrismo identifica como una organización financiada por los yanquis. Mucho más importante, el mismo día se dio cita frente al Ministerio de cultura nacional, en la misma ciudad capital de la isla, una manifestación de más de 300 artistas, escritores e intelectuales. La zona fue rodeada y cercada por la policía del régimen y se temió una feroz represión.

    En cierta medida, esta última movilización fue dictada por la anterior. Se hizo en solidaridad con ella pero la trascendió por lejos: la movilización reclamó una entrevista con el ministro del área para exigir un conjunto de reivindicaciones democráticas. El ministro impuso su tesitura frente al ala dura del gobierno de Díaz Canel partidario de la “mano dura”. El ministro recibió a una amplia delegación de más de 20 representantes del sector y a último momento desactivó el operativo ‘disuasorio’.

    Si bien, según diversas versiones, el ministro no cumplió posteriormente con ninguna de las promesas, impidió con su gesto una represión que se anunciaba a varias cuadras alrededor (el régimen cortó la luz en el área y la rodeó con varios millares de efectivos). La movilización frente al Ministerio contó con el apoyo de la ‘crème’ del mundo artístico y cultural habanero, incluyendo al cantautor Silvio Rodríguez, a cineastas como Fernando Pérez y Ernesto Daranas y a actores como Jorge Pergorria, todos ellos partidarios críticos del castrismo e incluso de Julio César Guache, un jurista e historiador muy respetado de Cuba. El argumento de que se trató de una movilización de “mercenarios” bancados por la embajada norteamericana no se sostiene de ninguna manera. Ni siquiera respecto a la huelga de hambre del Movimiento San Isidro. ¿No es evidente que la creciente militarización del país responde no al temor de la acción “mercenaria” sino al terror pánico de la burocracia al descontento popular, a la emergencia de una situación asfixiante en el país?

    La movilización se producía sólo días previos a los anuncios de la “unificación cambiaria” que tiene a Cuba al borde de acontecimientos de enorme importancia histórica.

    No casualmente el movimiento del 27-N dividió aguas en Cuba y sus repercusiones no han hecho más que expandirse desde entonces. El régimen ha acentuado la represión no sólo en los medios artísticos y culturales sino sobre todo, sobre cualquier expresión de oposición a las medidas antipopulares adoptadas que tiene todas las características de un violento paquetazo contra los salarios y las jubilaciones.

    En Cuba, donde la inmensa mayoría de las expresiones que se reclaman de izquierda y progresistas son tributarias hace tiempo de los planes de “privatización” y de “unificación monetaria”, lo ocurrido el 27-N ha dividido aguas. Una de las principales voces en este ámbito, La Tiza, se ha expresado solidariamente con el movimiento del 27-N y denunciaron los intentos represivos. La indiferencia o una actitud menos comprometida caracterizó a otros dos calificados medios digitales, La Joven Cuba y La Trinchera, que se reclaman independientes y críticos del castrismo pero que parecieran haber cerrado filas con el régimen.

    En medio de esta polémica ha destacado la toma de posición de Néstor Kohan, el intelectual argentino que probablemente encontró estos días en los medios oficialistas cubanos una difusión como nunca antes conoció. Néstor Kohan, el hombre que se declara discípulo (sic) de un stalinista argentino de pura y vieja cepa, Ernesto Giudici, que dice no ser obsecuente aunque reconoce haber seguido a Chávez, a Evo, a las Madres y a tuttiquanti —todos los cuales “lo defraudaron” (sic)— ahora ha salido a cerrar filas con el régimen burocrático. “Me duele muy adentro —dice Néstor Kohan— ver gente valiosa, lúcida, inteligente, erudita y comprometida, de extensa y sincera trayectoria revolucionaria, enredada y mezclada con desertores confesos, integrando una misma lista tan heterogénea donde los admiradores de Julio Antonio Mella y Antonio Guiteras terminan ensuciados figurando junto a personajes despreciables que hace largos años ya no tienen nada que ver no sólo con la revolución cubana en ninguna de sus muchas vertientes y diferentes corrientes político-culturales sino tampoco con las otras luchas emancipatorias de Nuestra América”.

    No Néstor. La revolución cubana ha sido bastardeada. No somos solidarios con el Movimiento San Isidro pero el punto de vista elemental para la reconstrucción de una conciencia socialista y revolucionaria en Cuba y toda América Latina pasa por defender: a) el derecho a la libre expresión y de crítica (obviamente también al régimen castrista; en especial el ejercicio de ese derecho de las organizaciones obreras y socialistas); b) colocarse en defensa del gobierno cubano en nombre de la cantinela que es la expresión de la “revolución cubana” no sólo es un subterfugio: la revolución cubana hace rato que ha sido traficada en su contrario. El régimen castrista no es encarnación de socialismo sino de una política restauracionista ajena al marxismo y al socialismo.

    Néstor Kohan tituló su reflexión de su “madrugada de insomnio” del 18/12 “Lucidez y Socialismo”. Sin embargo, para abrigar “esperanzas” —como reclama Néstor— se requiere despertar del insomnio conservador de este stalinismo (¿trasnochado?) y no comerse más sapos. Basta de dejarse engañar… y de servir a la impostura.

 

(28 dic 2020)


El castrismo vuelve sobre la huella del nacionalismo impotente latinoamericano

[por Norberto Malaj]


¿Por qué Cuba no fue (ni podrá) ser otro Vietnam?

 

[Miguel Díaz Canel y Raúl Castro en la asunción del nuevo presidente de la República de Cuba, el 19 de abril de 2018.]


    El castrismo constituyó un fenómeno único en la historia latinoamericana. El movimiento nacionalista 26 de julio nació de las entrañas de una fracción de la pequeño burguesía cubana que seguía a uno de sus partidos nacionalistas ‘clásicos’: el Ortodoxo, cuyo máximo dirigente fue Eduardo Chibás. Fidel se declaraba admirador de éste y en ese partido abrevó el 26 de Julio. Ni uno ni otro formularon jamás reivindicaciones que trascendieran la lucha contra la “corrupción” y a lo sumo un conjunto de planteos antiimperialistas, que no rozaban la propiedad privada.

    La tradición antiimperialista de la pequeño burguesía cubana destaca sobre cualquiera otra del continente. En el año 1933 bajo el liderazgo entre otros de Antonio Guiteras, un joven revolucionario, cae la dictadura de Machado y se forma un gobierno revolucionario nacionalista (el de “los cien días”) que se recuerda en Cuba como el más radical anterior a la revolución triunfante de 1959. El programa de Guiteras estuvo relativamente a la izquierda del programa del partido Ortodoxo e incluso del 26 de Julio.

    Dos anécdotas: a) ambos líderes nacionalistas citados mueren trágicamente (Guiteras asesinado por sus enemigos; Chibás se quita la vida); b) el stalinismo cubano (que en 1933 seguía la política ultraizquierdista y criminal del ‘tercer período’ de la Comintern) dio la espalda al gran movimiento nacionalista de 1933, lo mismo que ocurrió con la revolución de 1959. El castrismo —eliminado el Che, estatizados los sindicatos, anulados los partidos políticos y transformado el PC stalinista en un aparato de estado— concluye desde el poder en una amalgama de la tradición antiimperialista de Martí, Guiteras y Chibás y la del stalinismo cubano que actuaba bajo las órdenes de Moscú.

    El fenómeno vale de modo general para toda América Latina. El PCA fue anti-yrigoyenista en el ‘tercer período’’, fue pro-gorila en el 45 y volvió a ir a la rastra del nacionalismo peronista tras la Libertadora (la cual el PC también apoyó). Casi un calco de lo que hizo el PC/PSP cubano hasta 1959.

    En 1958/9, el 26 de Julio se apoyaba en la simpatía de la importante ‘colonia’ cubana de Nueva York. Mucho más importante es que un ala menor, llamémosla democratizante, del imperialismo norteamericano coqueteaba con el movimiento liderado por Fidel Castro. Claro que Batista terminó sostenido y pertrechado por los yanquis —y fue el último baluarte del capital norteamericano en la isla—, pero no debe olvidarse que el ex sargento y dictador era sostenido por todo el nacionalismo oligárquico del subcontinente —entre ellos Perón. Antes Batista había gobernado incluso con el apoyo del Partido Popular cubano. El stalinismo de la isla cambió su nombre durante la Segunda Guerra Mundial bajo la impronta del PC de los EE.UU. que en medio de la contienda había decidido, en caso de guerra entre su país y la URSS, apoyar al imperialismo norteamericano. El PC cubano, a diferencia de la mayoría de los PCs del subcontinente que tenían de capanga a Codovilla —el alfil argentino de Moscú— era partidario entonces de Eric Browder, el líder del PC yanqui.

    El 26 de Julio y el castrismo, no sin crisis y sobre todo como fruto de una enorme presión de masas fue mucho más lejos que aquel programa del partido Ortodoxo y emprendió un ataque al imperialismo y al capital que dio lugar en Cuba a la primera gran expropiación del capital imperialista en América Latina. Un estado sui generis que alcanzó rasgos de una peculiaridad absolutamente única.

    Por un lado, fue obra no de una dirección obrera ni siquiera forjada en la tradición del marxismo. El stalinismo de la isla le dio la espalda al movimiento castrista hasta las vísperas del 1º de enero de 1959. Peor aún fue la conducta del stalinismo latinoamericano, bajo el faro del ‘insigne’ argentino que llevó al PCA detrás de la Unión Democrática, que hizo que prácticamente hasta 1966/8 el aparato de los seguidores del Kremlin se negase a apoyar a Cuba. Cuando finalmente lo hizo fue para respaldar el curso burocrático (antes el PC boliviano y Fidel habían dejado al Che abandonado en el altiplano).

    Por otro lado, ese estado nunca permitió la organización autónoma de las masas. Fidel y su hermano conquistaron una autoridad bonapartista que nunca fue la misma en el tiempo ni tampoco tuvo el mismo carácter. Mientras a los inicios de los 60 el bonapartismo castrista tuvo un claro norte antiimperialista (a pesar de todos sus límites) a partir del alineamiento de Fidel junto a la burocracia rusa tras la invasión soviética de Checoslovaquia (1968) el castrismo fue adquiriendo un rol cada vez más conservador. Del apoyo al combate de Salvador Allende contra la dictadura del proletariado en Chile, Fidel pasó con armas y bagajes al virtual apoyo a la dictadura videliana (el castrismo se negó a respaldar la lucha por los derechos humanos en nuestro país).

Con todo, la deriva del castrismo debe medirse sobre todo en el terreno del desarrollo de las fuerzas productivas del país. En este plano, el castrismo mostró su hilacha nacionalista más tradicional —o sea, volvió en forma creciente a sus ‘fuentes’. Al castrismo le vale, a pesar de su periplo ‘socialista’ de casi 70 años, las generales del nacionalismo latinoamericano desde el APRA peruano y el MNR boliviano al varguismo en Brasil, desde el PRI mexicano al peronismo, desde el sandinismo de Ortega en Nicaragua al chavismo venezolano: termina siempre a los pies del imperialismo mundial. Una vez terminada la sociedad del castrismo con la burocracia rusa el primero fue completamente incapaz de abrirse un horizonte por fuera de la restauración del capital, lo que se fue imponiendo en forma muy acentuada desde 1990/3.

    Bien mirado, el nacionalismo de contenido burgués de América Latina (y del mundo entero) anticipó y/o acompañó el recorrido de todas las direcciones ‘comunistas’ (stalinistas) que frente al derrumbe de regímenes políticos asfixiados, sin perspectiva —la construcción del “socialismo en un solo país” fue siempre una quimera anti marxista y ahistórica— y cayeron bajo la férula de las leyes del capital.

    La revolución socialista –enseña el leninismo-trotskismo, y lo verifica la práctica histórica de todo el siglo XX— se inicia en la arena nacional pero sólo puede triunfar y concluir a escala mundial. A la inversa, si esto no ocurre la energía revolucionaria se disipa y las tendencias restauracionistas reaparecen una y otra vez. Es otra manifestación de la ley del desarrollo desigual y combinado del desenvolvimiento histórico contemporáneo, que en la época presente de decadencia imperialista se paga con nuevas guerras y catástrofes sociales de no estructurarse la dirección proletaria revolucionaria —la IV Internacional— y allanarse el camino a la revolución socialista victoriosa.

 

Cuba no es Vietnam …

 

    La burocracia ‘socialista’ cubana hace 20 años por lo menos que intenta imitar el ‘modelo’ vietnamita de reformas capitalistas. La prensa cubana ha dado sobradas pruebas de la “admiración” de Raúl Castro por el ejemplo del país del sudeste asiático. Es obvio que no nos referimos al proceso de lucha antiimperialista del Vietcong que liquidó la mayor intervención imperialista de EE.UU. desde la Segunda Guerra Mundial.

    ¿Por qué la burocracia castrista no alcanzó ese objetivo y ahora que pone el pie en el acelerador “el éxito de su aplicación está más comprometido que nunca” —como dice el economista cubano Mario Valdés Navia, partidario también de la reforma (La Joven Cuba, 12/12)?

    Primero, por las propias dudas y resistencias de la burocracia castrista; segundo, porque Cuba estuvo siempre bajo la sombra del imperialismo norteamericano y del ´bloqueo´. Si bien los yankis insinuaron atenuarlo bajo Obama —política que Trump torció; aunque sólo muy relativamente. Por último, la economía capitalista mundial en el presente ha agravado (pandemia de por medio) todas sus tendencias recesivas y catastróficas relativamente inexistentes cuando Vietnam (y/o China) recorrieron su periplo de ‘integración’ al mercado mundial. Aun así la burocracia castrista, como señalan los análisis más sensatos, incluso de declarados ‘reformitas’ —o sea que apoyan las medidas devaluacionistas y de dolarización económica de la isla anunciadas días atrás— se ha lanzado a “cruzar el Rubicón” en el peor momento.

    Vietnam tras la guerra de emancipación, primero contra el imperialismo francés y después el yanqui, logró primero la unificación del país y luego, paradójica y contradictoriamente, una integración en el mercado mundial capitalista, alcanzando un relativo desarrollo de sus fuerzas productivas aunque su desenvolvimiento social es mucho más controvertido. Vietnam en estos 45 años no sólo selló la ‘paz’ con sus ex colonizadores sino que se asoció con ellos en una escala sin precedentes. A los cinéfilos (y a los no también) les recomendamos la película de Spike Lee, Five Bloods —Cinco Sangres— que da cuenta del proceso restauracionista que transformó a la legendaria Hanoi en una de los principales asientos de Mc Donalds en el mundo. La misma Hanoi que hizo frente a los bombardeos de napalm y derrotó, en 1975, a la potencia por excelencia de occidente en la mayor guerra de liberación triunfante desde la posguerra.

    Desde aquella estrepitosa derrota yanqui, Vietnam transitó una de las parábolas más sorprendentes de los últimos 45 años. Bajo la férrea dictadura de uno de los PCs más stalinistas —Ho Chi Minh y sus sucesores fueron más lejos que el maoísmo y el titismo en su represión de las disidencias en el proceso de emancipación nacional, en primer lugar de los trotskistas. Ninguno de los citados antes —no fueron precisamente ‘santos’ para destruir a los partidarios de la revolución permanente y la IV Internacional— llegó tan lejos.

    Ni bien derrotados los yanquis, el Partido Comunista de Vietnam siguió un proceso restauracionista propio y acompañó, simultáneamente, la trayectoria del proceso del mismo signo de China, primero bajo Deng ahora con Xi Ping (sin por esto existir uniformidad entre uno y otro proceso. En particular China y Vietnam chocaron sobre sus relaciones con sus vecinos —especialmente frente al régimen de Corea del Norte hubo notorias diferencias). Vietnam se asoció fuertemente, en forma reciente, con la burocracia china, Japón y Australia en la iniciativa de un virtual mercado común pan-asiático del Pacífico bajo la batuta china, el que amenaza la hegemonía norteamericana en toda la región.

 

… ni podría serlo

 

    Toda una serie de voceros cubanos afirma que el factor determinante para el giro brusco a favor de la “unificación monetaria” —previsible, pero como ya vimos largamente retrasado— fue el triunfo de Biden en las elecciones de EE.UU. Como ya afirmamos en otras oportunidades, más que oxígeno Cuba debiera esperar de EE.UU. un salvavidas de plomo.

    Una vez más el economista cubano Carmelo Mesa-Lago acaba de recordar que “el senador demócrata cubano-americano Bob Menéndez, (es el) presidente del Comité de Relaciones Exteriores del Senado”. El mismo vocero dice que ahora habría que ir más lejos que cuando estaba Obama: “el gobierno cubano tendría que hacer algunas concesiones a las que se negó bajo Obama” (La Joven Cuba, 22/12). ¿Alguien puede creer que el halcón Biden —el mismo que impulsó todas las intervenciones imperialistas de los últimos 40 años— va a servir a una política imperialista que no esté en línea con esa tradición?

    Cuba se enfrenta a un escenario que trasciende sus grandes momentos históricos precedentes. La posibilidad de que el castrismo deshilachado restaure cierto igualitarismo es imposible. No existe una alternativa a un segundo ‘período especial’. Como ha planteado Jorge Altamira: “La clase obrera y los trabajadores de Cuba están forzados a plantarse frente a esta salida capitalista catastrófica, con su propio programa. La cuestión es de naturaleza política: ¿quién va a liderar la transición del viejo régimen –la burocracia estatal y gerencial, o las masas? La columna vertebral de un programa socialista pasa por la lucha contra el 'rodrigazo' y el control obrero, por un lado, y por una campaña de apoyo del proletariado internacional contra el bloqueo del imperialismo. Es cierto que el ‘rodrigazo’ de Miguel Díaz-Canel, el presidente de Cuba, y de Raúl Castro, ha sido forzado por los perjuicios económicos del bloqueo yanqui y la pandemia, pero también por la oportunidad o pretexto que ella ofrece para contener y asfixiar la movilización popular. La evolución de los estados ante el avance del flagelo no ha sido zanjada todavía, como tampoco el alcance social del impacto del virus, ni su efecto último sobre la bancarrota capitalista que se desarrolla desde la crisis asiática de 1997 y la de ‘las hipotecas’ de 2007/8. Todo esto será develado, en última instancia, por una lucha de clases de características históricas excepcionales. La crisis cubana tiene lugar en medio de un desarrollo revolucionario en América Latina, y otro potencialmente mayor en los Estados Unidos”.

 

(26 dic 2020)

 


domingo, 27 de diciembre de 2020

El suicidio de Maiakovski

 [por León Trotsky]

__________________________________________________________________________

 [Publicaremos, a noventa años del suicidio de Vladimir Maiakovski el 14 de abril de 1930, una serie de materiales de y sobre el poeta. Este primer material, un notable artículo de León Trotsky, era prácticamente inhallable en castellano hasta el 2015, año en que aparece la edición completa de Literatura y revolución, realizada por la editorial RyR, con la encomiable traducción de Alejandro A. González. Agradecemos al traductor y a los editores su autorización para difundirlo en nuestro blog.]

 


[Artistas de vanguardia en la Revolución: Vladimir Maiakovski y Aleksandr Ródchenko (de pie); 

Dmitri Shostakóvich y Vsévolod Meyerhold (sentados); en un ensayo de la obra "Chinche" (de V. M.), en Moscú, 

en 1929. La obra será estrenada el 13 de febrero en el Teatro Estatal Meyerhold y tendrá nuevas funciones en la

ciudad de Leningrado en noviembre del mismo año.]

 ___________________________________________________________

 

    Ya Block había reconocido en Maiakovski un “enorme talento”. Puede decirse, sin exagerar, que Maiakovski tenía destellos de genialidad. Pero no era un talento armónico. ¿Y acaso de dónde podía salir la armonía artística en esos decenios llenos de catástrofes, en el límite no cicatrizado entre dos épocas? En la creación de Maiakovski las cimas van a la par de los abismos, los raptos de genialidad asombran junto a estrofas triviales, e incluso a una vulgaridad estridente.

    No es cierto que Maiakovski fuera ante todo un revolucionario y luego un poeta –aunque él así lo quisiera sinceramente. En realidad Maiakovski era ante todo un poeta, un artista que se apartó del viejo mundo sin romper con él, y sólo después de la revolución buscó en ella, y en gran medida halló, un sostén. Pero no llegó a fundirse del todo con ella, ya que llegó a ella en los años de gestación interna, cuando éramos minoría. Si enfocamos la cuestión a mayor escala, Maiakovski fue no sólo un “cantor”, sino también una víctima de una época crítica que, si bien forma los elementos de una nueva cultura con una fuerza sin precedente, lo hace de un modo mucho más lento y contradictorio que el necesario para el desarrollo armónico de un poeta o de una generación de poetas que se entrega a la revolución. La ausencia de armonía interna tiene su origen precisamente aquí y se expresó en el estilo del autor, en la insuficiencia disciplina de su verbo y en la desmesura de sus imágenes. La lava caliente del patetismo y, a su lado, el inconveniente trato familiar con la época, con la clase, o directamente la broma de mal gusto con la que el poeta parece querer protegerse de las heridas que inflige el mundo exterior. A veces esto parecía una afectación no sólo artística sino también psicológica. ¡Pero no!, incluso sus últimas cartas tienen el mismo tono: ¿de qué valen esas palabritas –“caso cerrado!”[*]– con las que el poeta hace un balance final de su vida? Nosotros diríamos que lo que en el romántico tardío Heinrich Heine era lírica e ironía (ironía contra la lírica y, a la vez, en defensa de ella) en el “futurista” tardío Vladimir Maiakovski era patetismo y vulgaridad (vulgaridad contra el patetismo y en defensa de él).

    El anuncio oficial del suicidio se apresura a informar, en el lenguaje de protocolo judicial redactado en el “secretariado”, que el suicidio de Maiakovski “no tiene nada que ver con la actividad social y literaria del poeta”. Lo que significa decir que la muerte voluntaria de Maiakovski no estaba nada vinculada con su vida, o que su vida no tenía nada que ver con su creación poético-revolucionaria; en una palabra, significa convertir su muerte en un caso de índole policial. ¡Lo que no es ni verdadero, ni necesario… ni inteligente! “La barca se rompió contra la vida cotidiana”, dice Maiakovski sobre su vida íntima en sus últimos versos. Eso significa que “la actividad social y literaria” dejó de elevarlo lo suficiente por sobre la vida cotidiana como para salvarlo de los insoportables golpes personales. ¿Qué es eso de “no tiene nada que ver”?

    La ideología oficial actual de la “literatura proletaria” está basada –¡en el ámbito artístico vemos lo mismo que en el económico!– en una incomprensión total de los ritmos y los plazos de la maduración cultural. La lucha por la “cultura proletaria” –algo así como una “colectivización completa” de todas las conquistas de la humanidad dentro de los marcos del plan quinquenal– tenía, al principio de la Revolución de Octubre, un carácter de idealismo utópico, y fue precisamente por ello que chocó con la resistencia de Lenin y del autor de estas líneas. En los últimos años se convirtió lisa y llanamente en un sistema de dirección –y de devastación– burocrática del arte. Han sido declarados clásicos de la literatura pseudoproletaria desdichados de la literatura burguesa como Serafimóvich, Gladkov y otros. Nulos expeditos como Averbaj fueron designados como los Bielinski… de la literatura “proletaria” (¡). La dirección suprema de la literatura quedó en manos de Molotov, que es la negación viva de todo espíritu creador en la naturaleza humana. El ayudante de Molotov –¡vamos de mal en peor!– resultó ser Gúsiev, hábil en muchos ámbitos pero no en el del arte. Esta selección de hombres es el calco de la degeneración burocrática de las esferas oficiales de la revolución. Molotov y Gúsiev han erigido por sobre el arte de la palabra a un Malashkin colectivo, a una literatura cortesano-“revolucionaria”, pornográfica y desfigurada.

    Los mejores representantes de la juventud proletaria, llamados a preparar los elementos de una nueva literatura y de una nueva cultura, han sido puestos a las órdenes de personas que han convertido su incultura en la medida de todas las cosas.

    Sí, Maiakovski es más viril y más heroico que cualquier otro miembro de esa última generación de la vieja literatura rusa que, por lo demás, sin haber alcanzado aún el reconocimiento de esta, buscaba establecer vínculos con la revolución. Sí, él estableció dicho vínculo de un modo mucho más cabal que cualquier otro. Pero en él subsistía un profundo desgarro. A las contradicciones generales de la revolución, siempre penosas para el arte que busca formas acabadas, se sumó la decadencia epigonal de los últimos años. Dispuesto a servir a su “época” en el más humilde trabajo cotidiano, Maiakovski no pudo dejar de sentir espanto ante la rutina pseudo-revolucionaria, aunque no estaba teóricamente en condiciones de comprenderla ni, por consiguiente, de hallar una vía para sobreponerse a ella. El poeta dice con toda razón sobre sí mismo que “no está en alquiler”. Por largo tiempo y encarnizadamente se negó a ingresar en él koljós administrativo de la supuesta literatura “proletaria” de Averbaj. De ahí sus repetidos intentos de crear, bajo la bandera de LEF, una orden de furiosos cruzados de la revolución proletaria que le sirvieran a ésta a conciencia y no por miedo. Pero LEF, por supuesto, era impotente para imponer sus ritmos a “150 millones”: la dinámica de flujos y reflujos de la revolución es demasiado profunda y pesada. En enero de este año, Maiakovski, vencido por la lógica de la situación, hizo un gran esfuerzo sobre sí mismo e ingresó finalmente en la VAPP (Asociación Soviética de Poetas Proletarios) dos o tres meses antes de suicidarse. Pero esto no le aportó nada, y es más bien probable que le haya quitado algo. Y cuando el poeta liquidó las cuentas con las contradicciones de la “vida cotidiana” personal y social enviando su “barca” al fondo, los representantes de la  literatura burocrática, que “están en alquiler”, declararon: “inconcebible, incomprensible”, demostrando que para ellos no sólo el gran poeta Maiakovski siguió siendo “incomprensible”, sino además las contradicciones de la época “inconcebibles”.

    La unión burocráticamente forzada e ideológicamente indigente de los poetas proletarios, basada en una serie de pequeños pogromos contra nidos literarios vivientes y auténticamente revolucionarios, no ha brindado, al parecer, ninguna unidad moral, toda vez que, ante la partida del más grande poeta de la Unión Soviética, han respondido tan sólo con oficiosa perplejidad: “no tiene nada que ver”. Esto es muy poco, muy poco para construir una cultura nueva en “el plazo más breve”.

    Maiakovski no se convirtió ni podía convertirse en el padre de la “literatura proletaria”, por la misma causa por la que no se puede construir el socialismo en un solo país. Pero, en los combates de la época de transición, fue el más viril combatiente de la palabra y se convirtió en uno de los indiscutibles precursores de la literatura de la nueva sociedad.

 

[Publicado en] Biulleten oppozitsi (Bolshevikov-liénintsev), Nº 11, mayo de 1930.

 

Traducción: Alejandro A. González.

 

____________

[*] Trotsky se refiere a la nota que dejó escrita Maiakovski antes de suicidarse. [N. del T.]

 


 

Cuba: La crisis mundial (y el callejón sin salida del castrismo) precipitan el empujón final

    [por Norberto Malaj]


[Ciudadanos cubanos en 2020.]

 

    El gobierno de Díaz Canel y Raúl Castro lanzó un paquete de medidas draconianas de carácter antipopular sin precedentes. El sistema bi-monetario que parió el “período especial” desaparece (el peso cubano, el CUP, por un lado; el peso convertible, el CUC, por el otro). La única moneda nacional pasa a ser el CUP que se devalúa a partir del 1° de enero un 2.400%. Los servicios esenciales suben otro tanto, mientras los salarios se ´incrementan´ sólo un 400%. Se trata de una desvalorización brutal de la fuerza de trabajo con el fin declarado de impulsar un shock de inversiones de capital del exterior y un proceso de privatizaciones en gran escala, atento al derrumbe económico del país.

    Según el último informe de CEPAL América Latina tendrá en 2020 el peor año económico de los últimos 120, la mayor caída desde que se llevan estadísticas. Si la ´icónica´ crisis de los años 30 cede su lugar a ésta—por lo menos a escala del subcontinente—; en lo que hace a Cuba el golpe tiene características catastróficas que amenazan con un retorno al “período especial”, cuando Cuba se desvinculó de la URSS y del ex Comecom y la caída del PBI alcanzó niveles de menos 25/30% en tres años. Cuba vio caer sus tasas de natalidad como sólo sufrieron países ante catástrofes naturales en el pasado o frente a guerras; el deterioro de las condiciones de vida alcanzó niveles de paroxismo. Cuba, en verdad, nunca salió de ese retroceso histórico y es la nación latinoamericana que tuvo el desarrollo más raquítico entre sus pares en los últimos 30 años.

    Es indudable, además, que la pandemia golpeó a Cuba en forma relativamente más dura que a otras naciones. En América Latina, el PBI de ninguna otra nación depende en forma tan desproporcionada del turismo, el cual tuvo un parate casi total. Aun así hay que señalar lo fundamental: por importante que sea la incidencia de la pandemia —por supuesto que es un componente central de la crisis capitalista presente—, de ninguna manera es su factor decisivo o determinante.

 

En el peor momento y en la peor situación

 

    Carmelo Mesa-Lago, un octogenario economista cubano muy reconocido, partidario de la “unificación cambiaria” y de las reformas privatistas, se pregunta en un artículo que escribió para uno de los medios más respetados de la isla —La Joven Cuba (22/12)—: “¿Es este el mejor momento para la unificación?” (título del artículo). Extraemos un largo párrafo que ilustra acerca de la situación:

      “¿Por qué después de diez años se hace ahora la unificación en medio de la crisis económica más grave desde el decenio de los 90?, ¿por qué no se hizo antes cuando Cuba gozaba una situación mejor?, ¿cuáles han sido las causas de la postergación de esta medida?”.

     Carmelo Mesa-Lago sugiere lo obvio: “es probable que la falta de unidad en la dirigencia contribuyera a posponer la decisión”. Para el economista:

     “el momento ideal para hacer la unificación y reducir, o al menos controlar mejor sus efectos adversos, hubiese sido entre los años 2012 y 2016, cuando la situación económica de la Isla era mucho más boyante:

    La relación económica con Venezuela estaba en su cima, equivalente al 22% del PIB cubano.

La venta de servicios profesionales sobrepasó los 8 mil millones de dólares –el primer ingreso en divisas.

    Las remesas externas fueron de 3 mil 445 millones –el segundo ingreso en divisas.

El proceso de normalización con los EE.UU bajo la presidencia de Barack Obama resultó en un aumento considerable del turismo estadounidense y el ingreso bruto de turismo fue de 3 mil 185 millones de dólares –el tercer ingreso en divisas.

    En 2015, el PIB creció 4.4%, su mejor desempeño desde 2007.

Hubo una deflación de -2.9% y Cuba estaba conduciendo de manera exitosa sus negociaciones con el Club de París, que eventualmente le condonó 42 mil millones en deuda y extendió el pago de la deuda restante hasta 2033.

    Por lo contrario, el fin del año 2020 demostró que Cuba estaba sufriendo su peor crisis desde el decenio de los noventa.

    El PIB que había disminuido 0.2% en 2019 –en vez del estimado de la CEPAL de 0.5% positivo–, cayó 11% en 2020, más que los pronósticos de entre -8% y -10% que habían hecho la CEPAL, The Economist Research Unit y otros expertos. El promedio anual del PIB en el período 2016-2020 fue de -1.3% y tomará dos años —asumiendo un crecimiento adecuado— para recuperar el quinquenio perdido.

    El déficit fiscal en 2021 aumentará a 23.3%, el mayor desde el decenio de los 90, debido al incremento de salarios, pensiones y prestaciones de asistencia social, así como de los subsidios de precios y a las empresas estatales con pérdidas.

    La liquidez monetaria en manos de la población (M-2) superaba al valor del PIB en 2019 y la cima alcanzada en 1993, el peor año de la crisis de los 90, y será mayor en 2021.

El índice de producción industrial que se había recuperado parcialmente desde 2013, descendió en 2019 y estaba 39 puntos porcentuales por debajo del nivel de 1989.

    De entre 22 productos claves en la agricultura, la ganadería, la pesca/mariscos, la minería y la manufactura en 2019, 19 de ellos descendieron en su producción respecto a 2018, diez estaban bajo el nivel de 1989 y once eran inferiores a cimas de producción previas.

    El valor de las exportaciones en 2019 era 62% menor que en 1989, mientras que el valor de las importaciones era 22% mayor y el déficit en la balanza comercial de bienes creció 187%. En 2020 hubo una caída de 30% en las exportaciones y 40% en las importaciones, con lo cual disminuyó el déficit en la balanza de bienes.

    El excedente en la balanza global disminuyó de 3 mil 719 millones en 2014 a solo 994 millones en 2019 –73% menos– debido a que el valor de los servicios profesionales –primer ingreso en divisas– mermó de 13.8% al 7.2% del PIB entre 2012 y 2019 –mayormente por la crisis en Venezuela y el recorte de sus compras de servicios a Cuba, así como la salida de médicos de Brasil, Bolivia, Ecuador y El Salvador–.

    Las remesas del exterior (segundo ingreso en divisas) en 2020 estaban 35% por debajo de 2019.

    El ingreso bruto por turismo (tercero en divisas) en 2020 cayó 80% respecto a 2017 (la proyección oficial en 2021 es una merma de 68% respecto a 2017) y la ocupación de camas hoteleras era sólo 48% en 2019 (debido a la pandemia y las sanciones trumpistas).

    Cuba no pagó su deuda renegociada con el Club de París en octubre de 2019 y este le ha impuesto una sanción de 9% sobre el saldo de dicha deuda.

    La inversión extranjera directa virtualmente se paralizó debido al recrudecimiento del embargo de EEUU y la implementación por Trump del Título III de la ley Helms Burton, que autoriza reclamaciones judiciales contra compañías extranjeras que han «traficado» con propiedades confiscadas por el gobierno cubano.

    La tasa de participación laboral mermó de 76.1% a 65.2% entre 2011 y 2019, una indicación de un desempleo oculto del 11%.

    El salario real –ajustado a la inflación oficial– era el 53% del valor de 1989, mientras que la pensión real era el 38%, y la asistencia social disminuyó entre 2005 y 2019 de 5.3 a 1.5 beneficiarios por mil habitantes y de 2.3% a 0.4% del PIB."

     Como se puede advertir el derrumbe cubano es muy anterior a la pandemia. La burocracia castrista persistió sistemáticamente en el desarrollo parasitario de la llamada industria “turística” que en ningún lugar del mundo abrió horizonte a una nación. La inversión inmobiliaria en Cuba —en un país donde el déficit habitacional es señalado como gravísimo por falta de construcciones, por hacinamiento de hasta cuatro generaciones en un mismo inmueble, por el deterioro de las viviendas familiares— se dirigió mayormente en los últimos años a la construcción de nuevos hoteles a pesar de que el flujo turístico viene cayendo sistemáticamente.

    Los yanquis castigaron infinitamente más a Cuba con medidas ´indirectas´ que mediante las llamadas ´sanciones´, que según varios analistas fueron sorteadas de mil maneras por canales informales. La oferta turística de los vasallos yanquis del Caribe, con Santo Domingo a la cabeza, hace rato que dejaron atrás a la ´perla de las Antillas´.

 

¿De la asociación limitada con el exilio ex gusano a un salto a la apertura irrestricta al capital extranjero?

 

    En este cuadro, la burocracia fue la gestora fundamental de un proceso restauracionista que se remonta a antes aun del ´período especial´. Lo que éste hizo fue abrir el proceso que permitió re-vincular al exilio cubano de Miami y EE.UU. con la isla vía las remesas. Éstas fueron el vehículo de un proceso de acumulación capitalista que permitió la virtual reconstrucción de una proto-burguesía en la isla que según diversas fuentes es una especie de brazo testaferro de la anterior.

    Y es este proceso el que explica el viraje ´anti-gusano´ de buena parte del exilio de Miami y su asociación de hecho, si no con la burocracia castrista en pleno, con un ala de esta. Al extremo que ahora han sido voceros de ese exilio y de esa burguesía cubano-americana los que pusieron el grito en el cielo por los anuncios de la burocracia de que se abriría de par en par la inversión extranjera en Cuba, sin restricciones, en prácticamente todas las áreas económicas, sin siquiera topes de participación para la inversión foránea. La vieja burguesía cubana teme ahora ser olímpicamente burlada por una asociación de la burocracia castrista con grandes capitales de otras latitudes.

 

(26 dic 2020)

 

 



lunes, 21 de diciembre de 2020

¿Impuesto a las Ganancias o Impuesto al Salario?

   [por Norberto Malaj]


    La recaudación del impuesto a las Ganancias, en la Argentina y en toda América Latina, ha tenido un sustancial incremento en las dos últimas décadas. En la actualidad detrás del IVA y de los impuestos a la Seguridad Social destaca por cifras de recaudación el impuesto a las Ganancias.

¿Es que la clase capitalista está tributando más y la recaudación por impuestos “directos” —los que gravan los patrimonios, el capital o el beneficio de éste— son más parejos con los llamados “indirectos”—los que gravan el consumo a los contribuyentes sin distinguir progresividad? Argentina y América Latina siempre se distinguieron por una estructura impositiva regresiva, caracterizada por un peso destacadísimo de los impuestos indirectos sobre los otros. Según fuentes del Banco Mundial y otras instituciones, la región es en este sentido la más regresiva del mundo.

    ¿Han cambiado las cosas? En absoluto. Por indicación del FMI y, especialmente bajo los mandatos de los gobiernos ´nacionales y populares´ de Lula, los K, Correa en Ecuador, etc. la recaudación del impuesto a las Ganancias incluye ahora una porción creciente de impuesto que se deduce de los salarios de los trabajadores. Son los contribuyentes de la famosa “Cuarta categoría”, trabajadores en relación de dependencia y/o autónomos (cuentapropistas) que ahora pagan y cuya incidencia hasta el año 2000 en este impuesto era irrelevante.

    De modo que las cifras de recaudación del Impuesto a las Ganancias, si se desagregan, ilustran que una parte sustancial de éste es hoy impuesto al trabajo —de ninguna manera un impuesto al capital o al lucro capitalista. Tal es así que, según varios tributaristas, una porción del voto ´castigo´ que recibió el kirchnerismo en 2015; así como, a la inversa, lo que le permitió a Cambiemos sortear las parlamentarias de 2017 tuvo que ver, entre otras cosas, con el ´afloje´ parcial (implicó una reversión relativa de tendencia) en la recaudación del impuesto de la Cuarta categoría.  En 2018 y 2019 esto se revirtió, lo que el gobierno F-F lleva ahora de nuevo al paroxismo con una desvalorización de los Mínimos no imponibles y de las cargas (que se permiten deducir del impuesto). Tanto es así que ya se anuncia que a partir de 2021 tributará ganancias una masa superior a los 2 millones de asalariados (esta cifra es la que hoy ya lo hace). Debiera decirse así que el impuesto a las Ganancias ha dejado de ser un impuesto que sostienen centralmente los capitalistas para descargarse en proporción cada vez más creciente sobre los asalariados (véase, por ejemplo, el estudio del IARAF –Instituto Argentino de Análisis Fiscal– “Impuesto a las Ganancias de las personas físicas en Latinoamérica: ¿cuánto se paga y cuánto se recauda?”, de Nadin Argarañaz y Bruno Panighel).

    Dichos Mínimos No imponibles (MNI) se ajustan por una fórmula perversa (el llamado índice Ripte) que deprecia la inflación y cuya aplicación castiga siempre el salario. El anuncio que acaba de hacer el gobierno de los nuevos montos del MNI a aplicar en 2021 está en consonancia con la política oficial de desvalorización de jubilaciones e imposición de paritarias a la baja.

Antes del anuncio que ahora hizo el gobierno una infografía que reprodujo Silvia Stang en La Nación (1/12) ilustró la gravedad de este fenómeno.

 



 

    Ismael Bermúdez en Clarín lo expresó así: “Este año el mínimo no imponible se ajustó en enero un 44,27%, por debajo del 53,8% de inflación de 2019. Así, con salarios en términos reales más bajos – cayeron un15% en los últimos 3 años– el peso de Ganancias en los sueldos de los trabajadores fue mayor. En consecuencia, se empezó a tributar Ganancias a partir de ingresos reales más bajos. Dicho de manera más directa y simple: se produce el absurdo de pagar o pagar más por el impuesto a las Ganancias ya no por tener ingresos reales más altos sino más bajos. Además, esto pasa porque el mínimo no imponible se actualiza una vez por año, mientras el RIPTE es un índice salarial promedio que elabora Seguridad Social que, en los últimos años, fue evolucionando por debajo de la inflación. Para 2021, si la inflación vuelve a ascender y supera la que arroje este año, como pronostican las consultoras privadas, el salario real podría caer y aun así los trabajadores tendrán una mayor retención por Ganancias”. Bermúdez cita al tributarista Litvin quien señala que con MNI que rigen “para todo 2021 y en la medida que los trabajadores tengan alguna recomposición salarial, algunos que ahora están afuera del impuesto empezarán a pagar y los que ya están pagando pagarán más. Por eso resulta imprescindible fijar la actualización automática en forma semestral y por IPC en lugar del RIPTE”.

    El gobierno F-F refuerza todas las tendencias regresivas de las políticas fondomonetaristas. Ni siquiera revirtió la baja en la tasa del impuesto a las Ganancias a las empresas que el macrismo redujo del 35 al 30%.

    El impuesto de la Cuarta Categoría debe ser derogado. ¡El movimiento obrero debe hacer suya esta bandera, o como mínimo reclamar que no se debe aplicar sobre salarios menores a los $200.000 ajustados mensualmente!

 

(14 dic 2020)


sábado, 19 de diciembre de 2020

Cuba se dolariza: la burocracia cruza el Rubicón

  [por Norberto Malaj]




    “El anuncio  de la puesta en marcha de Tarea Ordenamiento (la virtual dolarización de la isla según publicó toda la prensa mundial) el 1 de enero de 2021 —explica un economista cubano no precisamente trotskista— me recuerda aquel pasaje histórico cuando Cayo Julio César cruzó el Rubicón con sus legiones para ocupar Roma y, al hacerlo, exclamó: «¡Alea iacta est!» (¡La suerte está echada!). Todos los que hemos defendido durante años la necesidad de adoptar esta decisión” —dice con pesar el hombre— “sabemos que en las actuales circunstancias, el éxito de su aplicación está más comprometido que nunca” (Mario Valdés Navia, La Joven Cuba, 12/12). Otro economista cubano muy reconocido, Pedro Monreal, describió el paquetazo de medidas en marcha así: “No hay ‘mapas’ para una hiper-devaluación de 2300%. Mucho menos si viene acompañada de la quintuplicación de salarios y pensiones, un aumento aproximado de precios de 780% en la canasta normada y contracción de la producción agropecuaria por segundo año consecutivo”, dijo Monreal en un tweet.

    La burocracia castrista decidió poner definitivamente el acelerador tras marchas y contramarchas en medio de contradicciones, según parece, en el propio régimen: una semana antes del anuncio, el mismo Valdés Navia (ídem, 5/12) informaba que “Alejandro Gil, ministro de Economía y Planificación, en la Mesa Redonda [el programa político más visto en Cuba –N.Mj.] del jueves 3 sorprendió negativamente” introduciendo “incertidumbre” al “defender el camino trillado y obsoleto: el de la persistencia de la doble moneda”.

    La crisis capitalista y la pandemia sacudieron a Cuba como a ninguna otra nación latinoamericana (la dependencia de Cuba del turismo no tiene parangón y éste desapareció desde marzo). En julio la burocracia anunció la “inminencia” de medidas drásticas, pero “de la amplia estrategia económica postulada en julio —decía el citado Valdés Navia—, lo único que ha sido aplicado de manera relampagueante y creciente en este segundo semestre, es la conversión de las tiendas en CUC a MLC” (ídem).

    Pues bien, de la noche a la mañana, el presidente Díaz Canel, con Raúl Castro a su lado, anunció que la moneda ´convertible´ cubana (el CUC) vigente desde el ´período especial´ y que cotizaba a razón de 1/25 con el CUP (esta última “la moneda nacional”) deja de circular el 1º de enero. El salario promedio cubano está en el orden de los 25 dólares (625 CUPs —una jubilación media en Cuba es del orden de los 250/300 CUPs). Esto no alcanza ni remotamente a sostener una canasta básica de bienes. La provisión a precios subsidiados (una canasta limitadísima) persiste en Cuba, pero hay montones de productos que sólo se obtienen en el mercado libre/negro que operaba en CUCs y a partir de ahora lo hará sólo en dólares.

    El dólar se transforma de hecho entonces en el único equivalente de valor. “La dolarización plástica primero fue aplicada a los llamados productos de gama alta y media, pero luego, en octubre, se extendió a bienes de amplio consumo hasta alcanzar la mayor parte del mercado estatal no normado. Y este es el factor que más me preocupa… es preciso tomar medidas para evitar una inflación galopante por la combinación de una oferta insuficiente de productos, subida de los precios y una mayor demanda efectiva al crecer los salarios y jubilaciones, remesas y otros ingresos. El mantenimiento por largo tiempo de la partición del mercado interno en dos segmentos: uno bien nutrido —en tarjetas en u$s— y otro magro hasta la saciedad, en moneda nacional (CUPs), solo puede llevar a la depreciación veloz del peso cubano” (Valdés Navia, 12/12). El gobierno dice que respetará la misma paridad vigente hasta ahora. Pero según informan cables e informaciones el dólar ya cotiza en el mercado negro a razón de entre 40 y 50 CUPs.

    En estos meses el desabastecimiento de bienes básicos en Cuba recrudeció y por momentos la isla pareció volver al 'período especial' —el del derrumbe del COMECON cuando la quiebra de la economía cubana alcanzó cifras de catástrofe (la isla jamás había sufrido una crisis igual; 1992/5. El PBI per cápita cayó un 30%. Desde aquellos anuncios de principios de julio la burocracia se esmeró en transformar y multiplicar las tiendas especiales que operaban en CUCs con bienes importados, inaccesibles a la gran masa de trabajadores cubanos. El objetivo de la burocracia era arañar los dólares que antes monopolizaban los “buhoneros internacionales” —Valdes Navia dixit. En su lugar “el Estado comerciante creó un mercado mayorista cautivo para que esos buhoneros compren en sus tiendas (y revendan en el mercado interno), mediante tarjetas en MLC —u$s—, lo que antes adquirían en otros países. Los consumidores cubanos de a pie tendremos que seguir pagando precios exorbitantes para adquirir en la economía sumergida esas mercancías indispensables. Lo que primero se presentó como una solución transitoria, adquiere visos de permanente” (ídem).

    El punto de vista de Valdes Navia refleja el de un sector social relativamente privilegiado que fue golpeado duro por la pandemia, pero deja traslucir muy pálidamente lo que sufren las grandes masas. Dicho sector que se reclamaba 'reformista' y se expresó ampliamente en la 'izquierdista' La Joven Cuba se había hecho ilusiones de que una unificación cambiaria beneficiaría a los sectores ya integrados al mercado mundial y redundaría en una política de 'equilibrio socialista' que hubiese permitido un paliativo a la crisis cubana y cierto despegue económico.

    La isla arrastra crónicamente un atraso de sus fuerzas productivas y una falta de inversión que se remonta a los años del fracaso de la cosecha de azúcar de “las 10 millones de toneladas” (1969/70). Desde entonces la economía se fue despeñando hasta caer en una crisis sin precedentes bajo el 'período especial' y, desde entonces, se ha ido recuperando muy lentamente de la mano de una incesante penetración capitalista que ha acentuado brutalmente la desigualdad social. Aunque la burocracia castrista sigue culpando al 'bloqueo yanki' de todos los problemas de la isla es evidente que el mismo no fue óbice, sin embargo, para que la burocracia tejiera todo tipo de vínculos con el capital internacional, incluido el poderoso exilio ‘gusano’ de Miami —atado de mil formas al gran capital norteamericano.

    ¡Claro que hay que luchar contra el 'bloqueo imperialista'! Pero la burocracia castrista se ha valido de esto no para una lucha antiimperialista continental y mundial sino para 'mendigar' una y otra vez ante las burguesías de América Latina y someterse a sus dictados. El castrismo sirvió de vehículo a la penetración del gran capital español, canadiense, brasileño y de otras latitudes para todo tipo de 'entregadas'. El castrismo ha dejado hundir en el marasmo al complejo agro-industrial 'insignia' de Cuba. Del otrora mayor exportador mundial de azúcar en el mercado mundial no queda virtualmente nada. Hoy Cuba es un actor absolutamente marginal en el mismo. La mayoría de los cañaverales e ingenios cerraron y están destartalados.

    El turismo cubano y los servicios médicos, dos sectores menores pero neurálgicos de la economía cubana actual ahora están muy golpeados. El retroceso de Cuba en el turismo caribeño, como la reducción de las “misiones médicas” es previo a la pandemia. Según informó el ministro Gil, en la mencionada Mesa Redonda, Cuba perdió ya más de 5.000 millones de dólares en 2019, lo cual se agravó aún más a causa de la pandemia en 2020.

    No cabe duda de que la burocracia cubana tomó intempestivamente la decisión de la unificación cambiaria especulando con que el cambio en la administración yanqui le será favorable. La pregunta obvia es si eso no operará como un salvavidas de plomo.

    El mismo día de los anuncios de la dolarización, en las sesiones del I Foro Empresarial Cuba 2020 –dice un analista de Miami– el ministro de Comercio Exterior y las Inversiones Extranjeras, Malmierca, anunció también dos medidas “absolutamente inesperadas” (Elías Amor, en Cubanet, 11/12). Primero, la decisión de eliminar “la obligación de una participación cubana mayoritaria en las empresas y proyectos mixtos de inversión”, con la única excepción de “la extracción de recursos naturales o la prestación de servicios públicos”. Se abre explícitamente, en particular, la posibilidad de inversiones extranjeras mayoritarias en turismo, biotecnología y comercio mayorista. En segundo lugar “el régimen anunció su intención de promover en el sector financiero igualmente por primera vez, la participación de fondos de inversión, y también se está autorizando que las empresas de capital totalmente extranjero puedan establecerse en parques científicos tecnológicos como el que ya existe en la capital” (ídem).

    El vocero del capital cubano con asiento en Miami se formula esta pregunta: “ese anuncio de liberalización financiera, ¿acaso tiene que ver con la entrada en la economía cubana de los temidos 'fondos tigre'?” (ídem). Sectores de la vieja burguesía gusana asociada hasta el presente a la restauración capitalista cubana se plantean si “empezó la piñata castrista, vendiendo a extranjeros el capital productivo de todos los cubanos que, si nada lo remedia, se van a adueñar con participaciones mayoritarias del mismo… entregándolo a españoles, alemanes, ingleses o vaya usted a saber a quién” (ídem).

    Cuba se acerca a momentos decisivos como pocos en su historia.

 (15 diciembre 2020)










viernes, 18 de diciembre de 2020

Concierto N° 215 de Sonoridades Alternativas [Audio-video]

[por Sonoridades Alternativas]


[Este concierto se realizó "on line" el pasado 12 de diciembre.]


a Youtube: Concierto en línea 12/12/2020

ver enlace a youtube también después del programa, al pie de esta página.



Concierto N° 215

Enrique Gerardi “Ritual” (2003) CD Sonoridades Alternativas II

# Carlos Derisio Sync 37 Binario Lineal Sync 37 Ternario 3° Subdiv lineal Sync 37 Cuaternario 4° Subdiv lineal Sync 37 Quinario 4° Subdiv lineal

# Luis Mihovilcevic “Variaciones para Piano” (opus 258) (2020) Estreno mundial

# Sebastián Pafundo “Dorothy” (2020) Estreno mundial

# Pablo Loudet “Circunvalación” (2007) para guitarra y contrabajo Pablo Loudet : Guitarra Matías Oliver : Contrabajo

#

Raúl Fiorino “Círculos en el musgo” 2020 Estreno mundial


# Mauricio Kagel “General Bass” (1975) por Ensamble“ S” trío de cámara Luis Mihovilcevic : Teclados Ariadna Duarte Mell : Flautas Dulces Nahuel Castelao : Bajo Electrónico 5 Cuerdas

# Buenos Aires 12 de Diciembre de 2020


VER EN YOUTUBE: ingresar por...

https://www.youtube.com/watch?fbclid=IwAR23JdPho_DFOD59gQtbQEr3WlmsehD8eT6e2dAph7ODUdQ9kcsVuAuSUis&v=xuTZYv8vZQw&feature=youtu.be

 

jueves, 17 de diciembre de 2020

Ética y poética van de la mano [Video]

[por Aníbal Ortizpozo]

 

[‘Mutilador de cuanta ala’, esta obra preside el Nº 1 

de nuestra revista “Signos del Topo”, dic 2011.]

 ____________________________

 Link directo del vídeo:

https://vimeo.com/488740476

  Aníbal Ortizpozo nos comparte este video sobre su trabajo artístico, compilado en https://www.boekvisual.com/anibal-ortizpozo (espacio que puede ser visitado para conocer su notable obra) y difundido por el canal Radio Televisión Española RTVE 2, en su programa ‘La Aventura del Saber’. El video tiene una narración, que se ha transcrito en inglés y castellano para facilitar la comprensión de las imágenes:

 Fuente: Boek Visual. Extracto tomado de entrevistas a Aníbal Ortizpozo

 Link directo del vídeo: https://vimeo.com/488740476

 ___________________________________

     "Cuando pienso en mi país, Chile, no sólo en septiembre, me duele mi ser, me agrieto al caminar, me ofusco al dormir, allí asenté mis huellas sobre la piedra, los muros, la tela y el papel.

    La captura de ese mundo paralelo trascendente dentro de la conciencia, siempre será uno de los más grandes desafíos de mi producción artística.

    Al enfrentar la realidad, no sólo como algo terriblemente enigmático, sino también doloroso, siento que me habitan una suma de pensamientos y vivencias acumuladas, de seres humanos de todos los tiempos. Ideas sobre la justicia social, amor, amistad, solidaridad y sobre todo la defensa de los más débiles o como aquellas que dictaban desde las alturas las divinidades andinas: Ama Sua, no seas ladrón; Ama quella, no seas ocioso; Ama llulla, no seas mentiroso. Y es que en la creación de una obra artística, el ser humano no sólo está luchando por su sobrevivencia física, sino obstinadamente por su existencia  espiritual.

    Por eso pienso que las ideas nuevas, audaces, revolucionarias en los movimientos artísticos, no deben permanecer alejadas de la ética, incorporándola a la obra con imaginación política, sentido común y convencimiento apasionado.

    De estas fuentes surgen las imágenes y mensajes de 'Caminar Ausencias', 'El Jardín del Mal', 'Revelaciones' y 'Resistencia' todas como poéticas de un compromiso que no cesa: apoyar las causas nobles de la humanidad."

 

___________________________________

 

Source: Boek Visual. Excerpt taken from interviews with Aníbal Ortizpozo

 

    “When I think of my country, Chile, not only in September, I feel hurt, I crack when I walk, I shudder when I sleep; for there, I left my mark on stone, walls, canvases, and paper.

Capturing that transcendent parallel world consciously will always be one of the greatest challenges of my artistic production.

    When I face reality, not only as something terribly enigmatic, but painful, I feel within me the sum of thoughts and experiences throughout my life, as well as and people of all times. I feel the ideas about social justice, love, friendship, solidarity and above all, the advocacy of the weak or the mandates of the Andean divinities: ‘Ama Sua’: don't be a thief; ‘Ama Quella’: don't be lazy; ‘Ama llulla’: don't be a liar. Thus, when creating a work of art, the human being is not only fighting for his physical survival, but stubbornly for his spiritual existence.

That is why I think that new, audacious, and revolutionary ideas in artistic movements should include ethics into work of art with political imagination, common sense, and passionate conviction.

    These are the sources of the images and messages of ‘Walking Absences’, ‘The Garden of Evil’, ‘Revelations’, and ‘Resistance’, all poetic pieces part of a commitment that does not cease: supporting the noble causes of humanity.”