[por Alberto a.
Arias]
[ Estos
textos fueron leídos por el autor en Buenos Aires, el miércoles 10 de octubre
de 2001, en el Ciclo «Julio Huasi» realizado en el bar La Maga. Luego, ambos se
publicaron, junto con una selección de poemas de Julio Huasi, en la revista
"Hojas del Caminador", Castelar, noviembre de 2005. ]
Y
me gusta decir...
...
Y me gusta decir que la poesía no acepta fronteras;
que
donde las encuentra las derriba;
y
que allí donde los idiomas hacen de tenaza
ella
se alza como una nube poderosa de materia incandescente, inapresable;
y
cuando la estupidez se ha puesto la corona
y
flamea en el corazón de una enseña-patria bañada en sangre humana,
ella
hace fluir una savia imaginaria más allá de los confines del sinfín;
y
cuando las guerras barren continentes
y
sus miles de millones de exeres colisionan,
ella
lanza vómitos de fuego madrigal a su paso y arremolina océanos ardientes
para
señalar con odio los pendones de dolor y desolación y muerte;
y
cuando las patrias fabrican poetas nacionales
ella
abandona las letras y todo se enmudece alrededor
en
huecas salvas de Moral, Progreso, Fe y Nación;
y
cuando es elogiada en palacios de endolar o en lujosos killing-rooms,
ella
visita aldeas y villorios y bosques y espesuras y sabanas...
Y
me gusta decir que hay días
en
que ella asalta la ciudadela cordial con su violín de trompo
y
en el fondín «La-Boca-de-Sombra»
toca los no recordados sueños;
y
que me gusta sentirme hermano y compañero de aquellos —
estén
donde estaren — "serúmanos" sinnúmeros,
apátridas,
ateos,
amorales,
luces
libres en l’inmensidad sin límites...
(en memoria de Julio Huasi)
(1999)
...palabras de serúmano
Si he terminado con el poema que acabo de leer (cuyo título es Y me gusta
decir...) ha sido con toda intención, porque incluye la palabra serúmanos,
que ya es voz registrada del poeta Julio Huasi. Así rindo homenaje al autor de Yanquería y
otros poemarios, quien por fin y no casualmente nos tiene aquí diciendo lo que
nos gusta decir, en este Ciclo que es como una de sus casas, ya que lleva su
nombre.
Quienes amamos la vida, pero no nos gusta este mundo, estamos, sin duda, ante
un problema grave. Me parece que es esto, entre otras cuestiones básicas, lo
que muchos poetas compartimos y también demasiados serúmanos.
A Julio Huasi lo conocí en 1985, en una librería donde yo trabajaba. No fueron
muchas las ocasiones de gran charla, pero suficientes para simpatizar.
Él llegaba y discutíamos rápida y cordialmente sobre las perspectivas de las
opciones políticas de entonces, sobre internacionalismo y esas otras cuestiones
poéticas que a algunos nos preocupan tanto como la palabra que nos falta cuando
más la esperamos. Pero nunca concretamos el prometido encuentro en el bar de la
esquina, para ir más profundo.
Y él, que rebosa latinoamericanismo por donde se lo lea y oiga, no aceptaba del
todo —aunque sonreía— mi absoluta falta de pertenencia patriótica. Eran algo
así como discusiones entre su especial realismo lírico latinoamericanista y mi
internacionalismo surrealista de entonces.
Fue entonces cuando él manuscribió una dedicatoria en el ejemplar que me
obsequió de su reciente libro tripartito Asesinaciones, matria mía azul,
comparancias. Dice así: "para mi hermano alberto arias, poeta,
argentino, latinoamericano y congénere, pa’ que no se nos olvide. con un
abrazo, julio huasi. 8 julio 85, buenos aires".
Julio Huasi ha quedado latinoamericanista de pe a pa y para siempre. Por mi
parte, cada día que pasa, y cuanto más nos acosa la verdadera guerra de carne y
hueso, más y más internacionalista me hago, si es que se puede serlo aun más y
más hacia lo hondo ignoto del planeta.
Han pasado estos veloces dieciséis años y aquí estamos aún discutiendo, ambos
congéneres. Pero lo notable es que hoy lo hacemos en este Ciclo con su nombre
como bandera. Con el nombre de quien en su poema Palestinos ha
escrito: ‘‘o hay mundo para todos o no hay mundo para nadie’’.
Y hoy aquí, hoy y como siempre, Julio, hermanos quedaremos, porque no me he
olvidado; y menos ahora, que mercenarios y mercaderes están dispuestos más que
nunca a arrasar con el derecho al pan y el derecho a la poesía.
(octubre 2001)
Alberto a. Arias