Lunes 26 de julio de 2021
Muere el poeta Alberto a. Arias
SEMBLANZAS
1. Homenaje íntimo
Toda su vida Alberto se paseó entre las inflamadas páginas de libros poéticos y políticos… y cavó con sus manos y con su cuerpo todo, como ágil topo, sus signos en el espaciotiempo de nuestra época.
Con los años investigó Rosas y camelias, locos palos borrachos y el cantar del cenzontle, ese pájaro caribeño cuyo melodioso canto nos trae las voces de otras aves y el silbido de los hombres.
Soñó con Ravel y despertó con la musicalidad del theremín, el instrumento electrónico que se abrió en los oídos de la Rusia bolchevique.
Pasó de los días de las piedras a las noches azulinas del universo, y en su voz florecieron bocas en multiversos emplumados…
Y su utopía fue lo que le dio destino: desde y hacia el Amor, la Poesía y la Libertad, que Alberto llevó como motor de su militante vida poética…
Alberto, pasión e ideales, pasajero de mis días, hoy también te digo, como lo hacen nuestros hermosos nietos: “…hasta el cielo… y más allá…!!!”
Cecilia Heredia
2. Homenaje a un Tú que supo guiar el alumbramiento de un Mí.
Al maestro que me quedo
En esta, la peor hora,dejo caer mis sesos una vez más y me pierdo en las verdes hojasy el pálido cielo que se agazapa ante la sombra de tu ausente reflejo.¿Qué es un maestro? Me pregunto.-Quien enseña en su mismo andar a conmover la comisura del mundo-,escucho responder.Creí una vez encontrarme hablando la secreta lenguaque anidaba en las entrañas de lo viviente.Me hallé entonces solo,dándome de bruces contra un deleitetórridamente desgajado de sesudos signos.¿Quién hubiera siquiera soñado distante-menteque algo de un Túun-tuaba sonriente en la magiade mi lengua tardía?No será de otra consistencia que la de los sueños,nuestra próxima odisea de cafés, afectos y caóticas agendas.¿Por qué será que las palabrasno se juntan y hablan solas en una boca?¿Por qué se aferran a existirsiendo parte del alientoque las cobija y alumbra?¿Qué senderos han de transitar sin el abrazode tu deguste y entendimiento poético?En mis palabras,en mi palabra,seguirá respirandoen tanto aún respire,la inspiradora huellade tu arte.27-07-21
A la poesía que me abraza
Palabras atrapadasen la telaraña del torpe lamento.Angustiadas ellas,Se abalanzan sobre un cuerpodes-Mí-nuzado,cuerpo congoja-azidoque reniega de temporarse.Sabiendo ser una vez universo,hoy agonizan de desamparo.Palabras desterradas,casi enterradas.La verdad es una geografía ignotaque soñamos entraña de celestes esferas,y hoy apuñala en su ataduraal mundano existir.Somos palabras-carnadasque trascienden vivasante lo fortuito de un encuentro.Así todo valió la pena que me hayas leído,Y realmente valió la pena leerte hermano.
27-07-21
Para Alberto Arias,
maestro, compañero de creaciones y luchas,te envío mi más sentido abrazo a allí justo donde estés.Pablo de Cruz
3. Semblanza de Alberto a. Arias, poeta
Alberto tenía planes, luchó por el bienestar de sus nietos poniendo el cuerpo para que ellos vivieran su infancia de la mejor manera posible.
Alberto era y seguirá siendo -en diálogo interior- el amigo con el cual se podía pensar sobre qué es el socialismo. Y por, sobre todo, qué es el socialismo en la práctica cotidiana.
En el ámbito de la política le disgustaba, nos disgustaba: el autoritarismo, las manipulaciones, el destrato entre compañeros, la contradicción entre los hechos y las palabras, las ambiciones de poder.
Para él no existía el socialismo sin libertad y democracia; esa utopía que se concretizó en pocos y breves momentos de la historia humana y que no logró afianzarse como un sistema nuevo. Creyó siempre en ese germen: revolucionario, libertario, antiautoritario, antiburocrático.
Alberto fue el compañero de marchas.
Alberto dejó una obra poética extensa e importante, que es su legado.
Alberto sobrevive en Signos del Topo, donde están algunos de sus escritos y el de muchos otros compañerxs.
Alberto fue uno y fue muchos -como somos todos nosotros- porque con cada persona que conoció estableció un vínculo especial, único y diferente, más o menos teñido por cargas personales.
Su obra literaria no es propiedad de nadie, no tiene dueño, pertenece al sector de la humanidad que se opone tenazmente al otro sector, el que genera guerras y pandemias, tan crueles como esta que se lo llevó.
Liliana Dulbecco
4. Alberto a. Arias
Conocí a Alberto en el año 83 del pasado siglo. Yo militaba en la UJS/frente de arte. Me acuerdo perfectamente de ese primer encuentro. El, en esa época, era simpatizante del PO. Inmediatamente empezó un dialogo, diríamos cómplice, que se prolongó hasta fines del 87 y se retomó un 1ero. de mayo de 2012.
En mi adolescencia el surrealismo significaba muchas cosas. Buñuel era visto por todos los compañeros de mi segundo año de estudios en la secundaria. Si bien ya era socialista con mis 14 años, pasaron, al menos, 8 años para que yo descubriera la relación del surrealismo con el trotskismo. En la militancia me enteré que existía el Movimiento Surrealista Signo Ascendente. En la segunda charla que tuvimos, Alberto me comenta que era de Signo Ascendente. ¡Para mi la gloria! Encontrar a tan maravillosa persona, que además coincidía en la unidad de arte contemporáneo y revolución (aclaro que yo no era surrealista, por aquel entonces, mas bien estaba muy ligado al expresionismo y a las teorías estéticas de Adorno, quienes buscaban, también, la unidad de avantgardismo y marxismo). Los surrealistas se reunieron con Trotsky en una batalla contra toda una intelectualidad de izquierda que todavía tenía su corazón, consciente o inconscientemente, en el stalinismo, es decir implicaba un enorme valor y las convicciones sumamente claras. De allí mi interés y admiración.
Entre Charlas estéticas y políticas, hacer (poiesis) arte y militancia era una constante en nuestros largos encuentros. Lo interesante es como partíamos de puntos de vistas diferentes, en un tema determinado, y llegábamos siempre a una síntesis. Indudablemente esa herencia hegeliana nos ayudaba, y mucho, como diría Marx.
De esa primera época recuerdo que la poética de Alberto se diferenciaba del grupo, en cuanto, y claramente, el automatismo psíquico no era el único recurso. Muchas veces, además de los simbolistas franceses que eran compartidos por todos, “aparecían” Kafka, Rilke, George. Su lenguaje era un decir especial y llenos de interrogantes que no estaban relacionados con el sueño exclusivamente. Eran aspectos de un interior llenos de laberintos en el lenguaje mismo (sumamente puntillista). De allí mi admiración por su obra.
Nuestro reencuentro en 2012, estuvo signado por ciertas búsquedas comunes en la búsqueda de la libertad política dentro del mismo pensamiento de izquierdas. Su acercamiento al luxemburguismo era, en muchos aspectos, similares al mío. La igualdad no se canjea por la libertad, dijo Marx, y creo que eso nos unía por siempre.
Mucho de lo que discutimos quedo plasmado en FAI (Frente de Artistas Independientes), Signo Ascendente y Signos del Topo, pero quedaron muchas cosas para hacer. Alberto se fue muy dolorosamente temprano, pero si se hubiese ido dentro de 30 años, diría como Husserl a sus 79 años antes de morir: “recién estaba comenzando”.
¡Por la libertad en el arte!¡Hasta el socialismo siempre!, querido compañero Alberto a. Arias.
Luis Mihovilcevic
5. ¡Hasta siempre, Alberto Arias!
Este 26 de julio falleció por una enfermedad respiratoria –posible Covid- el poeta, editor, escultor y militante trotskista Alberto Arias (1954-2021). En la imprescindible entrevista de Rolando Revagliatti para su archivo (mayo, 2020) afirmó: “las palabras suelen constituir una gigantesca poquedad (si lo sabremos los escritores y poetas, ¿no?) a la hora de pretender describir y abarcar la totalidad de una experiencia de vida”. Pues bien, exactamente eso es lo que ocurre ahora con él mismo. Aunque también podríamos tomar de esa entrevista una definición que por sí sola basta para pintarlo:
“Nací en la ciudad de 9 de Julio, en la provincia de Buenos Aires, el 23 de febrero de 1954. Pero no tengo patria, soy internacionalista. Mi matria/patria deseada, que debería concretarse en este siglo 21, es la Internacional proletaria y socialista, que debería ser fundada, expandida e instalada en el mundo entero si queremos que sea auténtica y triunfante; es decir, si deseamos que la humanidad (a la fecha, más de siete mil millones de habitantes) tenga alguna esperanza de salir de su “prehistoria”. Mientras no exista, me sentiré inevitablemente “apátrida” y “amátrida”. Vale aclarar: esta Internacional jamás debiera ser un “aparato” sino la asociación más masiva, ágil, igualitarista y efectiva posible, en función de la humanidad deseable.”Dos columnas sostuvieron sus actividades: el Surrealismo (que representó para él “la lucha irrenunciable por la libertad, el amor, la poesía, la revolución emancipadora, la superación de la prehistoria humana y de la ‘civilización bárbara’.”) y el Trotskismo. Impulsado en especial por su madre, comienza a leer poesía desde la pubertad, luego prosigue con Vallejo, Rimbaud, Hölderlin y otros. Entre 1972 y 1974 integra grupos teatrales experimentales en Capital Federal. En 1975, huyendo de la represión, se va a Pergamino, donde vivía su familia; participa en el Grupo Literario Pergamino -para el que redacta un manifiesto- y se relaciona con el Partido Socialista de los Trabajadores. En 1976 conoce a la artista Cecilia Heredia, con quien tuvo dos hijos y vivió hasta el último aliento. Regresa a Buenos Aires y de 1979 a 1987 integra el Grupo Surrealista Signo Ascendente -influido por “dos vertientes revolucionarias: la del surrealismo propiamente dicho, y la del marxismo (algunos éramos simpatizantes y otros militantes del Partido Obrero)”, por eso “en algunas paredes del centro de Buenos Aires se pudo leer la incitante consigna: ‘¡Fuera la dictadura! Movimiento surrealista’.-”. Dirige Poddema, publicación periódica para la actividad poética independiente, cuyos miembros (Silvia Guiard, Luis Morado, Alejandro Mael, Julio del Mar, Josefina Quesada, Carmen Bruna, Luis Mihovilcevic, Cecilia Heredia, Juan Andralis, Sonia Rodríguez, Carlos Marcaida, Gloria Villa, Juan Perelman y Alberto Arias) firmaban con seudónimo, debido a la vigencia del terrorismo de Estado. Intervenían en marchas, protestas y reuniones políticas, colaboraban con organismos de lucha por los derechos humanos y con familiares de detenidos-desaparecidos. A su salida del grupo, pasa “a formar parte, en 1988, del equipo de periodistas del periódico de las Madres de Plaza de Mayo”. Desde 1980 simpatizaba con el Partido Obrero y en 1989 se produce su incorporación plena en un círculo de “intelectuales y profesionales” cuyo responsable era Pablo Rieznik, un gran compañero. Lejos de ser “enviado a la célula del gas”, como cuentan los surrealistas franceses que les ocurrió en el Partido Comunista, los compañeros me invitaron a impulsar y formar parte del círculo de artistas. Por la sencilla razón de que el Partido Obrero, enemigo radical del stalinismo, tenía en ese momento, en lo fundamental, una línea opuesta al antiintelectualismo insustancial de algunas organizaciones de izquierda y al prointelectualismo oportunista de otras. Allí escribimos manifiestos y notas y editamos algunos números del boletín Arte y Revolución, de breve vida, pero muy interesante. Logramos cierta influencia en medios culturales, educativos y artísticos. Años después, hacia el 2000 y 2001, formé parte de la agrupación Lucharte y viví en forma intensa y militante el periodo del Argentinazo, incluidas sus asambleas populares.
Escribe para la revista del PO En Defensa del Marxismo (Nº 5 y Nº 18). Desde 2010 funda junto con Danara Borge el Espacio Rosa Luxemburg, para recopilar y difundir la obra y la acción política de la revolucionaria alemana. Consecuente con su visión revolucionaria, en 2019 apoya a la fracción disidente del PO y repudia la expulsión de Jorge Altamira, Marcelo Ramal y otros 1200 militantes. Este 24 de Marzo se había sumado “con orgullo a la columna del Partido Obrero Tendencia”.
En 2003 funda el Centro Jacobo Fijman. Desde 2006 participa del Colectivo Signos del Topo en redes sociales y dirige la revista homónima, con publicación de libros, plaquetas y afiches. Como escritor, publicó relatos (Las muertes) y poemas Himnosis, 1 (1985); Lo (19 poemas), (1987); Actas del Hoambre (1990); Primeros poemas (1974-79), (1993); Poemas de Lo (2014) y Gretel, un día un año (2019). Su obra reunida se iba a titular Margen meridiano.
Como editor, destaca la antología poética 80 vueltas al mundo de todos los días, de Alberto Luis Ponzo (1916, Buenos Aires-2017, Castelar), en 1996, y San Julián el Pobre (relatos, 1988) y un primer tomo de las Obras (1923-69) de Jacobo Fijman, en 2006, quedando a su muerte “muy avanzada la preparación del segundo tomo de las Obras (1923-69) de Fijman.
Alberto Arias: tus compañeros y compañeras nos quedaremos con el lema surrealista que habías elegido para vivir: ...“libertad, amor, poesía“... y en cada marcha y cada poema sentiremos que estás presente, ¡ahora y siempre!
6. Alberto a. Arias (1954-2021): la poesía ligada a la revolución
Alberto a. Arias, así, con la a del segundo nombre en minúscula, como él la escribía, nació en 1954 en 9 de Julio, ciudad de la provincia de Buenos Aires. En 1979 funda y dirige la revista Poddema, cuyo nombre proviene de Ici, Poddema, título de un libro del poeta belga, nacionalizado francés, Henri Michaux. Ese mismo año crea el Grupo Surrealista Signo Ascendente, que desarrollaría sus actividades hasta 1987. El grupo desarrolla una intensa actividad poética y política en los años de la dictadura y durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
Desde muy joven se interesó por la obra del poeta Jacobo Fijman, nacido en territorios de la actual Moldavia y llegado a la Argentina a los cuatro años de edad, que padeció la internación en una institución para patologías mentales, donde residió hasta su muerte. Alberto ordenó y recopiló en Obras (1923-69) los textos de Fijman.
Alberto adhirió siempre a los postulados artístico-existenciales del surrealismo. En Signo Ascendente, grupo surrealista militante influido por dos vertientes revolucionarias, la del surrealismo y la del marxismo, y ligado a grupos surrealistas franceses, que desarrollaba intervenciones callejeras. Disuelto el grupo, en adhesión constante a los postulados vitales e intelectuales de André Breton y sus aliados. Siempre consideró que ser surrealista implicaba “la lucha irrenunciable por la libertad, el amor, la poesía, la revolución emancipadora, la superación de la prehistoria humana y de la ‘civilización bárbara’”.
Fue parte del Colectivo Signos del Topo, que administra el blog Signos del Topo y dirige la revista homónima, además de publicar libros, plaquetas y afiches. Desde 2007 ha difundido por las redes artículos, poemas y pronunciamientos artísticos, culturales y políticos. Y fundó, junto con Danara Borge, el Espacio Rosa Luxemburg, donde difundió la obra de la gran revolucionaria polaca.
En sus últimos años se dedicó Margen meridiano, título que dio al conjunto en preparación de la que consideraba su obra.
Poemas, notas y artículos de su autoría se han divulgado, entre otros, en las revistas Cultura, Show, Poddema, Signo Ascendente, Crisis (segunda época), Clepsidra, Hojas del Caminador, En Defensa del Marxismo y Signos del Topo, así como en los diarios La Voz, La Razón, en los periódicos Madres de Plaza de Mayo, Nueva Presencia, Prensa Obrera, La Estación, Redes Norte, Cuentos y Poemas, y en los boletines Arte y Revolución, Garabatos y Lucharte, entre otros medios.
Entre sus publicaciones, podemos nombrar Los sueños (con el artista Luis Morado; edición artesanal, firmada y numerada, en formato caja), el volumen de relatos Las muertes y los poemarios Himnosis 1 (antología), Lo (19 poemas), Actas del Hoambre, Primeros poemas (1974-79), Poemas de Lo y Gretel, un día un año (Libro 1 de Las Soleónicas).
Alberto fue simpatizante y, durante un tiempo, militante del Partido Obrero y de LuchArte. Y durante toda su vida adhirió al trotskismo y al internacionalismo proletario. En sus palabras: “No tengo patria, soy internacionalista. Mi matria/patria deseada, que debería concretarse en este siglo 21, es la Internacional proletaria y socialista, que debería ser fundada, expandida e instalada en el mundo entero si queremos que sea auténtica y triunfante; es decir, si deseamos que la humanidad (a la fecha, más de siete mil millones de habitantes) tenga alguna esperanza de salir de su ‘prehistoria’. Mientras no exista, me sentiré inevitablemente ‘apátrida’ y ‘amátrida’. Vale aclarar: esta Internacional jamás debería ser un ‘aparato’ sino la asociación más masiva, ágil, igualitarista y efectiva posible, en función de la humanidad deseable”.
Algunos poemas de Alberto a. Arias
Alturas del poema
Cuando escribo y cava mi mano en un ritmo de lenguaje alado,
imprecisión a paso franco
de todos los colores colorida y por todas las palabras hablada,
no hay modo de volver atrás:
así vuela el ave estrepitosa o calma en las olas del viento
o da el mar frutos de larga vida para poblar el mundo
o se tiende un puente entre dos orillas
o se canta para el niño una incógnita canción.
(1985)
La divisa en la frente
Pase lo que pasare—
como bola de fuego a través del hielo
o pedazo de locura a través de la ciudad —
nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
si a contraluz escribo con la pluma anclada
en mi alta noche encallada en el fablar —
nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
con cada para-sí… sin ton, ni son, ni ser…
en el mero hacer y deshacer de sociedad —
nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
mientras late doble el corazón en cada puño
atrapado en la masiva ola inmensidad —
nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
al poder todo el poder y después del poder
contra dineros, guerras, señor y propiedad —
nada de patria jamás
Pase lo que pasare—
cuando la dulce lengua indígena forme el mundo
y más y más se haga amor, poesía y libertad —
nada de patria jamás
(1993-2001)
El nombre
A este ser que un cierto día fue
podrán hundirlo en las brumas gélidas de Auschwitz y Treblinka.
Podrán fundirlo en los campos de exterminio de la argentina Patria
o sepultarlo bajo los escombros de la heroica, altiva Gaza.
Tal vez busquen ahogarlo en las aguas de las tierras de los pilagá
masacrados y casi olvidados —
Eso: podrán intentar que lo olviden, y olvidarlo.
Les place sin duda desangrarlo, desgarrarlo, desmembrarlo.
Más aún: gozan con arrojarlo en la fosa común, incinerarlo,
arrojar cal viva y madera muerta sobre los despreciados despojos —
Eso: intentarán que lo desprecien, y despreciarlo.
Podrán levantar un muro, una montaña, multiversos de silencio.
Podrán sumir el mundo todo en la parálisis, el terror y el espanto. —
Podrán eso y esto y aquello — y mucho, mucho más.
Pero jamás podrán —jamás—
hacerlo… d e s a p a r e c e r.
Porque este ser que un cierto día fue,
tuvo un nombre y fue… n o m b r a d o.
(24 marzo 2016) (A 40 años del genocida golpe cívico-militar en la Argentina.)
El sol oculto de Monelle y Marcel
De la mano de Marcel,
emergió Monelle de las penumbras del mar que me tenía cautivado
en la hora previa al crepúsculo.
Apenas recordaba yo sus palabras antiguas,
nuevas en boca de Marcel,
pero el viento ululante y helado como una medusa abisal
volcó en mis oídos el alfabeto primigenio de Monelle:
“No ames tu dolor, puesto que no ha de durar”.
Marcel la abrazó entonces
para que el congelante mar no les impidiese hablar y ser felices
en el “momento fulgurante”:
“Agota en cada momento la totalidad positiva y negativa
de las cosas”.
Y Monelle redobló ese abrazo fundente
para no sucumbir ambos en el vórtice azaroso de una torpe nada
sino en el fluir de la vida muerta y la muerte viva:
eterno río fugaz, constelación esplendente,
fulguración del universo inaccesible.
Delante de mí, en el ocaso de la luz,
los cuerpos enlazados de Marcel y de Monelle
se iluminaron poco a poco
hasta alcanzar una apariencia de roca arenisca
tocada por la baba de un sol oculto.
Recordé entonces lo que Monelle — ¿o acaso fue Marcel? —
sentenciaba, en el remolino de pasadas penumbras:
“No te preocupes por tu libertad: olvídate de ti mismo.
Sé el alba mezclada con el crepúsculo”.
(octubre 2017)
Pedido de un cadáver
Recuerden que fui un animal pletórico
de impulsos y destrezas—
un árbol frondoso de saberes y deseos—
un surco vivo, una pendiente al acaso—
el ocaso de un breve sol.
Si me guardan en una caja
pronto seré carne triste
y peor aliento.
Sólo la materia del sol nos libera
de las lindes del espacio —
y también del tiempo.
(29 abril 2019)