lunes, 20 de diciembre de 2010

La toma del Indoamericano: Los gobiernos ‘fuera de la ley’ y la digna lucha de los explotados

 [por: Alberto a. Arias ]


 Una vista de la toma del “parque” Indoamericano, 

Ciudad de Buenos Aires, diciembre 2010. (Foto: DyN}

 

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El gendarme: –No pueden seguir viviendo acá en este parque,

 no se puede vivir en un basural, entre ratas y víboras.

Respuesta: – ¿Y dónde se cree que vivimos todo el año?

(Visto y oído en la toma del Indoamericano, dic. 2010)

 

 

¿Crisis habitacional? No. Crisis política, social y humanitaria

 

     Villa Soldati y Villa Lugano, zona sur de la Ciudad de Buenos Aires, Argentina 2010: las promesas incumplidas de los gobiernos de la Ciudad Autónoma (Mauricio Macri y antecesores) y nacional (presidenta Cristina Fernández, antes Néstor Kirchner, antes Duhalde y otros presidentes “de emergencia”, y aun antes De la Rúa... y Menem... y Alfonsín... y la dictadura criminal... y así en retroceso); las abrumadoras necesidades en materia de trabajo, alimentación, salud, educación, vivienda, esparcimiento y cultura, de una población (solamente en esa pequeña zona) de cientos de miles de familias trabajadoras hacinadas y empobrecidas, malviviendo en villas, barriadas deterioradas y hasta en la indigencia absoluta; más la demagogia y el oportunismo político y las maniobras antipopulares e insidiosas de “punteros” políticos (operadores subalternos) mandados por los gobernantes capitalistas de turno y sus opositores burgueses, han logrado una combinación explosiva que condujo a la toma de un sector del Indoamericano, mal llamado “parque”, un terreno en el corazón de Soldati de aproximadamente 130 hectáreas, en su mayor parte convertido en basural y, como denuncian los vecinos, hasta en “depósito” de víctimas de asesinatos y “desapariciones” nunca aclarados, con la policía como principal responsable.

     A la toma del Indoamericano por parte de cientos de familias empobrecidas, a las que se sumó, al paso de las horas, otra enorme cantidad que le otorgó perspectivas contundentes a la acción directa, la sucedió una ola de ocupaciones de terrenos tanto en la Capital Federal como en el conurbano bonaerense y otros lugares, algunas de las cuales continúan mientras escribimos esto.

     Cabe decir que, en conjunto, en el caso de la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano bonaerense, estamos hablando no de cientos de miles, sino de millones de personas que viven en los asentamientos, villas y barriadas, bien en la pobreza, bien en la indigencia, bien soportando una situación angustiante de trabajo precario, alquileres altos, necesidades elementales insatisfechas, inestabilidad variada y oprimente. Y no debe descartarse de este panorama a quienes, en condiciones precarias similares, viven en inquilinatos, casas tomadas, hoteles populares, viviendas atestadas, etc.

     No es un hecho menor el que las familias del Indoamericano, dando su vida a la lucha emprendida, resistieran a la represión de las policías federal, metropolitana y las bandas macristas, responsables (todos ellos) del asesinato de tres personas. Cabe agregar que en los días inmediatos posteriores a estos crímenes se siguió hablando de otros asesinatos no consignados, como el de una niña que murió baleada y nadie registró hasta la fecha, además del muy difundido caso del joven baleado que trasladaban en una ambulancia y de donde fue retirado para ser rematado por bandas armadas pro-Macri. Y esto sin contar los numerosos heridos, el maltrato, la falta de atención y alimentos, y las consabidas discriminación y xenofobia que sufren los ocupantes y luchadores por la vivienda digna. Hemos visto a los ocupantes también en el intento de resistir a la manipulación política traidora y a las tendencias internas temerosas a la represión, y también a los factores desgastantes como la escasez de alimentos, sanidad, materiales de subsistencia e incluso a las condiciones climáticas adversas. De todo se aprende, y el proletariado toma nota.

     Por  supuesto, hay que dejar asentado que las policías, las patotas y los punteros no actúan “por cuenta propia” sino que, en definitiva, tienen mandantes y responsables principales en las cúpulas, los partidos y los funcionarios gobernantes.

 

Gobiernos fuera de su Ley Magna. La militarización de las “ciudades ocultas” y del “espacio público” apropiado

 

     La densidad poblacional de la Argentina es de 14 habitantes por km2, en tanto que la de los EE.UU es de 31, de Francia 97 y de la China 136. Dicho de otra manera: tierra es lo que sobra, y muy fértil y rica, en una gran proporción. Además si notamos que la Constitución Nacional (la llamada Ley Magna) establece el acceso a una vivienda digna (es decir: acceso real a los terrenos, materiales de construcción y mano de obra, créditos, etc.), quedan entonces enmarcados el panorama y la pregunta principal que nos debe guiar: si sobran tierras aptas, si está establecido por ley “magna” el derecho inalienable, si además quienes gobiernan blanden orgullosos los índices de crecimiento económico del país, ¿por qué los mentores de la “justa distribución de la riqueza” se colocan “fuera de la ley” y no cumplen con algo tan elemental como la vivienda, el alimento, el trabajo, la educación, la cultura y la digna distribución poblacional (grandes pueblos, ciudades organizadas) en todo el país y para todos los habitantes?

     Ante esta pregunta mil malabarismos (y mil pequeñeces de la “barata” politiquería burguesa, pero convertidas en costosas Grandes Cuestiones Nacionales) nos sorprenderán como pretendidas respuestas por parte de los gobernantes, todos balbuceos ante la única certeza posible: la incapacidad de los gobernantes (de uno y otro polo) tiene su basamento en sus intereses e intencionalidad consciente: su adscripción total al Orden (desorden) de la Propiedad capitalista en sus términos plenos, su prosternación ante el Único Dios del que son fieles seguidores.

     Pero sucede que, para las mayorías trabajadoras, “las vaquitas son ajenas” y las tierras también. La Patria-Propiedad de los Martínez de Hoz se complementa con la Patria-Pequeña-Propiedad de las especulaciones “inmobiliarias” (latrocinios) de los amigos de los K. y los Macri (“shoppinización”, “turismo”... claro que dirán que “pagaron por ellos”). La Patria-Propiedad de la Sociedad Rural necesita de la Patria-Sin-Tierra de los originarios despojados y de los trabajadores empobrecidos del campo. A la Patria-Propiedad de los saqueadores “privados” (capitalistas particulares y empresas extranjeras) de las riquezas naturales del país le corresponde la Patria-Hacinada de los grandes villeríos y barriadas de las crueles megalópolis y las poblaciones “del Interior”, todos miserabilizados y a duras penas “habitables”. La Patria-Propiedad de la Unión Industrial Argentina, de los “capitales extranjeros” (¡como si los capitales tuvieran una nacionalidad autónoma, siendo que tienen todas las nacionalidades reunidas y en conflicto!) y de la “industria nacional”, se refleja inversamente en el mapa poblacional de una Patria-Obrera a su servicio: el ejército de trabajadores ocupados, con su gran retaguardia de desocupados, mal distribuidos en poblaciones “fabriles” que se levantan a los tumbos en torno de las necesidades del Gran Dios Kapital, con sus urgencias, competencias, especulaciones, colapsos, promesas, quiebras y escapes periódicos a mejores olimpos.

 

Entre la Ley, el Perdón y el recurrente Olvido

 

Otra vista de la toma del “parque” Indoamericano, 

}Ciudad de Buenos Aires, diciembre 2010.


     Durante y después de la ocupación del Indoamericano, hemos tenido que ver a algunos impresentables (y algunos confundidos) pedir “perdón” o “disculpas” por la toma. Pero ése no era ni es el sentimiento de la mayoría de ocupantes, ni siquiera de la mayoría solidaria de la población del país. Perdón o disculpas es lo que deberían pedir los responsables del hambre y la miseria y la muerte por necesidad de nuestros niños y ancianos y luchadores. Pero a esta altura de los acontecimientos va quedando claro que buena parte del pueblo trabajador sabe que no tiene que pedir disculpas, sino luchar contra los miserabilizadores para arrancar cada conquista y defenderla de nuevos ataques, pero sobre todo para frenar la caída en que se encuentran las condiciones de vida (el malvivir) de los trabajadores (inflación, precarización, tercerización, superexplotación, etc.).

     La política estatal de hacer responsables a los ocupantes, empujarlos a pedir “perdón” o “disculpas”, a decir “nos equivocamos”, es la infamia personificada en estos “representantes” y gobernantes. Pretendido operativo cerrojo sobre las conciencias de los explotados, que junto con la fuerza de la “ley” de la “gendarmización” (militarización), más las disposiciones o “chantaje legal” del tipo “ningún usurpador será beneficiario de plan alguno de vivienda”, pretenden la Pacificación de los espíritus.

     Y esto es así porque el gobierno nacional (y su socio represivo en la Ciudad) también ha tomado nota, posiblemente antes que muchos otros, de que hay una tendencia “destituyente” e insurreccional que no proviene precisamente de las filas ordenadoras del duhaldismo y la oposición en competencia, sino de las necesidades mismas del pueblo hambreado y engañado, el verdadero volcán rugiente. Tendencia que crece al unísono de las medidas antipopulares de los gobiernos, a los que ya apenas les alcanzan sus políticas hipócritas, demagógicas, distractivas y completamente insuficientes.

     La criminalización de la protesta es una de las armas de estos gobiernos; la Gendarmería en nuestras barriadas y poblaciones, su complemento indispensable. Invocando la Pacificación (en la que está de acuerdo todo el arco político burgués y pequeñoburgués), lo que quieren es la paz de los cementerios de millones de seres humanos convertidos en escoria social y atar las manos de los pobladores insurrectos. En fin: Pacificación Nacional, o la “sana convivencia” entre ricos y pobres, explotadores y explotados.

     Las tomas u ocupaciones (sean concebidas o no como acción directa) terminarán el día en que cada ser humano tenga “donde caerse muerto”, frase eufemística que quiere decir: “donde vivir dignamente hasta el último día de la vida”. Así como se afirma que mientras haya un explotado habrá lucha por el socialismo, es posible afirmar que mientras haya una familia desamparada habrá toma, ocupación y lucha.

     El último día de la toma, cuando “todo había terminado”, un trabajador ocupante nos dijo: “Esto no terminó. Perdimos una batalla, no la guerra. Tenemos que agruparnos y organizarnos”. Y muchos se fueron con sus bultos al hombro con sentimientos encontrados de esperanza, bronca y decisión de no abandonar a los caídos en esta lucha, una de las más dignas que hayan vivido los explotados de nuestra tierra en los últimos años.

 

(20 de diciembre de 2010, a nueve años del Argentinazo)

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Publicado por primera vez en el sitio web “signosdeltopo.com”, el 20 de diciembre de 2010. Republicado el 8 oct 2020 en signosdeltopo.blogspot.com­­ manteniendo la fecha original.