viernes, 3 de julio de 2020

Un destino incierto - Hora 20 de «Gretel un día un año»

[por Alberto a. Arias]


                                        ("El Ángel del Hogar", Max Ernst.)

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(60 días después)

Hora 20
«Un destino incierto»


Suena el reloj de la hora 20. En su Universo, Gretel dibuja y pinta en unos grandes papeles de color. Trabaja sobre el Tema del Sol, dibuja figuras que luego va cubriendo con tonos oscuros. Hay gran desorden en su Universo. El Destino Lleno, en un rincón, ya es un objeto de más de dos metros de altura y tiene cuatro rostros, pero permanece sin vida. Hay luz de lámpara, y las sombras son grandes figuras negras sobre las paredes. Mientras tanto, se escucha la voz de Gretel en el Diario.

Voz de Gretel (diario)
19 de enero, verano.
Hay días en que no puedo creer todo lo que pasó. Ahora, el calor, la muerte. Todos desaparecieron. ¿Puede ser? ¿Cómo viviré? ¿Qué puede hacerse con esta soledad? ¿Qué quiero, en qué mundo quiero vivir? Me hago todas las preguntas pero se abren puertas sin horizontes. Entre preguntas y respuestas hay paredes que nadie puede romper.
Hace ya dos meses que trato de dibujar el Sol de Lucinda. Hace dos meses que con el Ratón y el Hoambre buscamos una forma de salir de esto, de escapar. Hace dos meses que no leo más que libros que me hablan todos de lo mismo: gente que se escapa, niños que son atrapados por gigantes, y cosas así.
Pero, ¿quiero yo escapar? ¿No los mataría la tristeza a mamá y a papá? Tristeza, sufrimiento, ¡dolor!... Si no tuviera a mis amigos, el recuerdo de Lucinda, de Carmelo... ¿cómo podría seguir viva? Gregorio, ¿dónde estás? ¿estoy tan loca que puedo hablarte? ¿Loca? ¿Estaré loca?
Ya no me sirve salir a pasear con mis compañeras. No me interesa como antes ir al campo o al mar... Sólo quiero pintar, escribir... escribir y pintar... Y este Objeto, mi Destino tan lleno de cosas, que me mira silencioso desde su rincón...

Gretel se acerca al Destino Lleno, abre el cajón que éste tiene a la altura del vientre, y saca un cigarrillo. Lo enciende y fuma con inexperiencia, acodada en su ventana, después de poner llave a la puerta que da al Cosmos. Solamente fuma y mira cómo el humo hace formas en el aire atravesado por escasa claridad. Entran el Ratón y el Hoambre montados en el triciclo de carga. El Hoambre, parado sobre la caja del triciclo, gesticula y hace ritmos. Cantan. Gretel los mira divertida.

(Canción del bosque de la encina)

En un bosque, en un bosque
donde abundan las encinas
–rataplán, rataplán–
hay un gran, hay un gran
un gran mercado de aspirinas...

Los que pasan, los que pasan
por el bosque de la encina
–rataplán, rataplán–
llevan gran, llevan gran,
gran destino de Perfidia...

Los Saciados, los Saciados,
sus Lacayos y sus Fieles
–rataplán, rataplán–
son los gran, son los gran,
son los grandes mercaderes...


Ratón(Saltando del triciclo) ¡Además de alegría y pasatiempo, te traemos la-so-lu-ciónnn!... (Susurrando) Hemos descubierto algo esencial...
Gretel(Reverencia) ¿Sí, señores?
Hoambre— ¡Ja! ¡La solución!
Ratón— Después de grandes y dolorosos experimentos, una vez comprobada la imposibilidad absoluta, radical, ¡total e invariable!, de revivir los cadáveres y de cambiar a los padres, hemos llegado a la con-clu-sión...
Gretel— Sí...
Ratón— ... después de consultar el cielo y las estrellas, la tierra y el mar, después de revisar letra por letra los grandes tratados del amor y la esperanza...
Gretel— Bueno... sí...
Ratón— ... que la única salida posible es... ¡consultar al tu Destino Lleno de Cosas!... (Señala) ¡He ahí el Enigma-Sobre-Sus-Pies!... ¡He ahí El-Que-Todo-Lo-Sabe!... ¡He ahí, querida nuestra amiga, el Único, el Irremplazable, el Ser-En-Sí por sobre todas las cosas!... ¡Y él... él debe hablar!

Se hace un denso silencio. Gretel ya no tiene su expresión de confianza y calma. Luego, mientras crece agudísimo silencio, el Destino Lleno se inclina levemente hacia un lado y da quejas apenas audibles. El aire es crítico. Hay tiempo siniestro. Se oye salir del Destino Lleno la voz de Gretel, pero transfigurada.

Destino Lleno— Oscur... ri... dad... y el... aire... quién... quién...
Gretel— Pero... ¡es monstruoso!

El Ratón chasca los dedos porque ha tenido una buena ocurrencia. Busca una flauta y toca con ella el Tema de Gretel. El Hoambre ayuda al Destino Lleno a moverse lentamente, mientras observa con curiosidad de qué está lleno el Objeto. Sin que ellos lo noten, han aparecido los Cachiporros, que se apostan fuera del Universo de Gretel, rodeando el lugar y preparados para entrar en acción a una señal de Soleón I, quien no deja de circular entre las sombras. Gretel se acerca al Destino Lleno, que comienza a abrir sus ojos y a tener un aspecto menos siniestro, cosa que es visible en la atmósfera que ahora los contiene: la flauta con el Tema de Gretel y la alegría del Ratón y del Hoambre.

Gretel— ¿Debo hablarte para que me hables?
Destino Lleno— ¿Debo estar mudo para que se me escuche?
Gretel— Pero, ¿debo salir para ser alguien o algo?
Destino Lleno— ¿Y debo entrar para no ser nada ni nadie?
Gretel— ¿Acaso son la misma cosa la luz y la oscuridad?
Destino Lleno— ¿Acaso no son la misma cosa la luz, la oscuridad?
Gretel— ¿De qué encantamiento debo salir? ¿De la realidad de la imaginación o de la imaginación de la realidad?
Destino Lleno— ¿De qué encantamiento puedo hablar si soy la realidad sin imaginación y la imaginación sin realidad?
Gretel— ¿Pero no es que sos mi imaginación, en realidad?
Destino Lleno— ¿No será que soy tu realidad, sin imaginación?
Gretel— ¿Es esto un juego de palabras, tonto?
Destino Lleno— ¿Es esto un juego de palabras tonto?
Gretel— ¿Por qué repetís ahora lo que te digo?
Destino Lleno— ¿Por qué? Repetís ahora lo que te digo.
Gretel— ¡Ay! ¿Por qué, si ya no sos yo, por este medio creerás en mí?
Destino Lleno— Ay, porquecilla, no sos yo. ¿Por este mediocre eras en mí?
Gretel— Oh... ¡qué oscuro!
Destino Lleno— Oh... ¿qué os curó?
Gretel— Estoy por empezar a callarme. ¿Debo callarme?
Destino Lleno— Estoy por empezar. A callar... ¿Me debo callar? ¿Me...
Gretel— Y si no sos vos, ¿quién conoce la salida?
Destino Lleno— Y sin osos, bosque en cono, sé la salida...

El Hoambre, que ha estado muy impaciente, se enfurece y zamarrea al Destino Lleno.

Hoambre— ¡Pero idiota! ¿Qué te pasa? ¿No sabés que es necesario que digas lo que sabés?
Destino Lleno— Idiota que... no sabés... lo que sabés...

Los Cachiporros intervienen. Se enciende un reflector policial. El Ratón, el Hoambre, Gretel y el Destino Lleno quedan paralizados. Los Cachiporros entran y Soleón I se introduce de un salto.

Soleón I— ¡Basta! ¡Basta ya! Ah sí sí, el artefacto éste ha hablado bien. Incluso con sabiduría, diría yo. (Agita en el aire la larguísima uña plateada) No es Cualquier-Cosa lo que me llevo de aquí. Sin duda... (Se sienta sobre el Cachiporro que en cuatro patas se ha colocado detrás de él, a modo de asiento) Sin duda voy a ganar un poquitín de dinero con éste. Quizá pueda exponerlo in the Museum of Modern Art, si no es que antes algún ganadero sureño me lo compra por constante y soñante, etcétera. No, no. Cambio de parecer. Será mejor que lo coloque en mi colección privada... hará las delicias de la vanguardia, los banqueros y los monseñores. Vamos, embaladlo con blanco ébano y lenta prisa. (Dos Cachiporros avanzan) ¡Alto, imbéciles! ¿Quién les ordenó tocar nada ni nadie! ¡Voy a extremaungirlos con oro líquido, idiotas! Un momento, un momento... Pensándolo como conviene a ocasión tan ejemplificadora... A ver... a ver... Eso es. Vamos, llevémonos a estos tres y dejémosla a ésta a la deriva de su edad, necedad, necesidad, etcétera.

Los Cachiporros, dudando, no se mueven.

Soleón I— ¡Hala, hala, muñecos! ¿Es que no dije nada?

Salen todos llevándose al Destino Lleno, al Ratón y al Hoambre cargados en un carro. El Cachiporro 3 los sigue, manipulando el reflector para que aquellos no salgan de su parálisis. Gretel, fuera ya del efecto lumínico-deletéreo, recobra sus movimientos.

Gretel— ¡Eh! ¿Adónde van? ¡Se llevan mi vida! ¡No!... ¡No!... No... No...

Gretel se detiene cuando oye golpes de portones y ruidos de grandes cerrojos. Queda sola y abatida.


•••

(FIN de la Hora 20)






2 comentarios:

  1. Auch...Para releer sin meterme demasiado, me dá miedito, ja...Excelente y Alucinante

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    1. En cuanto se pueda le haremos llegar su ejemplar. Está esperándolo para que se devoren mutuamente... Abrazos

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