domingo, 31 de mayo de 2020

Un planeta con la rodilla en la nuca que grita: “¡No puedo respirar!”





    El planeta ha llegado al límite del maltrato con el abuso que de sus recursos naturales, de la biodiversidad, de la vida de sus habitantes, que de su naturaleza total hacen las élites.

   El respeto por la integridad de todos los seres vivos, por la libertad y dignidad humana ha sido convertido por una minoría abusiva e insensata que acapara el poder y las riquezas, en meros formalismos administrados a capricho para la perpetuación de su exclusivo beneficio.

   La casi totalidad del mapamundi, traspasando todas las fronteras, sus poblaciones, sus geografías, han quedado devastadas poco a poco por las guerras, el despojo, las desigualdades, la codicia e insensibilidad criminal de una minoría abusiva.

   El grito del ciudadano afroamericano George Floyd que ha visto y escuchado todo el planeta, mientras que en total y humillante indefensión, era brutalmente asfixiado hasta la muerte a plena luz del día en las calles de los EE.UU por un agente del supremacismo capitalista, este último grito de un ciudadano que era asesinado en el país de lo que irónicamente se llamó el sueño americano y la cuna de la democracia moderna; nos ha dejado en una sola frase el resumen y el legado de lo que debería ser de ahora en adelante, el grito general de un mundo indignado con la infamia de las élites en el siglo 21.

    El grito contra lo que padecen hoy el 90 % de la humanidad y la naturaleza a lo largo y ancho de la vastedad de la tierra: “No puedo respirar”.


    Debería ser grito de todos los días y en todo lugar. Hasta que tengamos la mañana en que salga limpio de escorias y sin exclusiones el sol.





martes, 26 de mayo de 2020

Plumas lindas


    Qué risa con esos pulcros escritores, dulces literatos y poetas fortunatos, que apenas si se untan con la tragedia política y social de este desquiciado país y con la turbulencia cotidiana que martiriza a la gente común abusada sin piedad por los poderosos.

    Son los mismos que gustan exhibirse solo en grandes titulares de lo que consideran prestigiosas publicaciones y grandes eventos. Los mismos que se abstienen de acusar al poder para estar cómodos, sin ser señalados, sin recibir afrentas, ni correr riesgos.

    Qué risa con todo ese personal que a pesar de su perfumada delicadeza, con una “buena propuesta”, cualquier empresa, entidad oficial o politiquero de turno, los manosea y alquila.

    Qué risa con esos que se creen de otro mundo, caídos de las estrellas, ajenos a miserias humanas que huelen maluco. Que las afugias de la realidad, les suenan a sensiblería, romanticismo, sociologismo.

    Deberían respetarse. Siquiera respetar desde su estrecha baldosa, el inmenso universo de la sensibilidad humana. Deberían respetar todos esos aplausos que piden. Y hasta su pomposa risa. Llamémoslos Plumas Lindas…






viernes, 15 de mayo de 2020

Israel «negacionista» del último genocidio del siglo XX

[por Norberto Malaj]



    “¿Por qué los principales académicos del Holocausto de Israel están tan dispuestos a negar el genocidio de Potocari?” se preguntaba y tituló un artículo en Haaretz, Daniella Peled, “editora del Instituto de Informes de Guerra y Paz” del Medio Oriente (3-10-19).
    “Un antiguo complejo fabril, Potocari, era donde el batallón holandés de la ONU estaba estacionado en 1995 y hacia donde los musulmanes locales huyeron con la vana esperanza de protección cuando las fuerzas serbias de Bosnia se trasladaron al enclave musulmán bosnio. Los días siguientes vieron el asesinato sistemático de más de 8.000 hombres y niños en varios lugares, una atrocidad que el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia posteriormente consideró un acto de genocidio” (idem).
    Potocari está en Srebrenica, dentro de Bosnia y Herzegovina, una república que en verdad son dos y muy antagónicas: la Federación, dominada por musulmanes y croatas bosnios, y la República Srpska, que es en gran parte serbia. “Sus narraciones de lo que sucedió durante la guerra a menudo divergen, por decirlo suavemente” –nos dice Daniella Peled.
     “A principios de 2019, la República Srpska nombró al historiador israelí Gideon Greif, que ha trabajado en Yad Vashem durante más de tres décadas, para encabezar su propia comisión revisionista para ´determinar la verdad´ sobre Srebrenica, sin importar que la guerra de Bosnia sea posiblemente la más documentada en la historia. (Mis correos electrónicos a Yad Vashem para consultar el papel de Greif en la ´comisión de la verdad´ no han recibido respuesta)”, decía entonces Daniella Peled. Recordemos que Yad Vashem es la institución sionista que regentea el monumental edificio que en Jerusalem sirve de homenaje al Holocauso judío durante la Segunda Guerra y fue asiento, a fines de enero, del evento que reunió a la ´creme´ de la diplomacia internacional en respaldo a Netanyahu y al plan de ´anexión´ que Trump anunciaría después.
“Para agregar insulto a las lesiones, otra comisión de la República Srpska investigará el sufrimiento de los serbios en tiempos de guerra en Sarajevo, asediado por las fuerzas serbias de Bosnia durante casi cuatro años, la capital más largamente bloqueada de la historia en una guerra moderna; comisión también encabezada por un académico israelí, profesor de la Universidad Hebrea Rafael Israelí” (idem).
     “De manera deprimente, otros eruditos israelíes del Holocausto también están felices de ser cooptados en tal negación. Ephraim Zuroff, del Centro Simon Wiesenthal, ha insistido reiteradamente en que lo que sucedió en Srebrenica no fue genocidio. Tal como era de esperar, ha sido galardonado con numerosos premios de Serbia –incluyendo una nominación para un premio Nobel de la paz– por lo que el ex presidente Nikolic (un negador del genocidio de Srebrenica) describe como sus ´logros excepcionales´” (idem). En una entrevista de 2015, el asesor académico de Yad Vashem, Yehuda Bauer, también negó que las atrocidades de Srebrenica fueran genocidios, argumentando que hubo ´asesinatos en masa por todos lados´ en Bosnia” (idem). Ciertamente en la guerra fraticida Yugoslavia los hubo, pero nadie sufrió un acoso como el de Sarajevo ni matanzas en masa como el del pueblo musulmán de Bosnia, en toda la guerra –agregamos nosotros. Cualquiera que recorra Bosnia en el presente podrá ser testigo de las tumbas en masa que siembran todos sus pueblos de mayoría musulmana y en particular Sarajevo. Un escenario único y espeluznante en toda Europa.
     “Acogedoramente –dice Daniella Peled–, la República Srpska es una de las pocas entidades que tiene su oficina de representación israelí en Jerusalén, no en Tel Aviv”. Hasta “en el Reino Unido, el Día de los Caídos en el Holocausto se celebra cada año el 27 de enero, en el aniversario de la liberación de Auschwitz … siempre incluyendo víctimas de otros genocidios y atrocidades masivas; Camboya, Ruanda, Bosnia y Darfur. Del mismo modo, el Museo del Holocausto de EE.UU. hace campaña por las atrocidades en Sudán del Sur, contra los rohingya, en Siria, en Zimbabwe. Parece que en Israel… se relaciona con la narrativa del poder redentor del sionismo: en este relato, el genocidio terminó y un estado libre para sus sobrevivientes nació de las cenizas” (idem).
    No es el genocidio de Srebrenica el único que niega el estado sionista. Israel es uno de los pocos países en el mundo, junto a EE.UU., que siguen desconociendo el genocidio armenio de principios de siglo, obviamente por sus compromisos con Turquía.

(15 mayo 2020)


jueves, 14 de mayo de 2020

Poesía y revolución, contra la catástrofe capitalista (1)

[por Alberto a. Arias]



[Un caligrama, sobre una panorámica
de la rebelión de octubre 2019 en Chile.]



“… si el proletariado no cumple con sus deberes de clase,
 si no construye el socialismo, nos hundiremos todos juntos.”
Rosa Luxemburg [1]

"A nadie le será concedido perdón ni respiro. Frente
a un periodo de guerras y revoluciones que se presenta
 próximo, todo el mundo habrá de dar una respuesta:
 filósofos, poetas, pintores, lo mismo que simples mortales"
 León Trotsky [2]


  
1. Bitácora

    Esta es una bitáco­­ra contra la catástrofe capitalista.
    Son tiempos cruciales, decisivos, y no cabe distraerse. El que calla otorga. No solo nos toca dar testimonio, sino vivir intensamente el compromiso, la lucha.
    Somos seres interrogantes: buscamos respuestas. Cuando no las encontramos válidas en derredor, no nos queda más remedio que continuar el camino de prueba-error por el que marchamos, criticando lo que se deba criticar, y cambiando lo que deba ser cambiado.
    Es evidente que hay una sobreabundancia de voces por todos lados: una verdadera cacofonía del desastre. Pero, por encima del barullo de esta frenética fiesta de nimiedades, equívocos, engaños, ilusiones y falsedades, podemos oír voces claras que expresan necesidades vitales, certezas de peso, verdades concretas y auténticas.
    Porque lo elemental suele ser lo fundamental, es necesario escribir lo más certera y libremente posible; en forma breve cuando se pueda, detalladamente cuando corresponda, e intentar difundirlo a los cuatro vientos.


2. Constataciones

    Catástrofe capitalista. Nunca más ajustado el adjetivo. Porque esta culminación catastrófica de la segunda década del siglo muestra de un modo prístino, a los ojos de quienes lo quieran o puedan ver, su núcleo capitalista, y lo hace de un modo tan claro que ninguna patraña interesada logra esconder del todo la evidencia.
    Primera gran constatación: hoy, en la pandemia de la enfermedad Covid-19 (producida por el virus SARS-CoV-2), los capitalistas no tienen (seriamente hablando) a quién echarle la culpa de la incapacidad de su sistema, intrínseca al grado e intensidad de su necesaria debacle. Pero eso no quiere decir que no encuentren el modo de echarse las culpas unos a otros –y de otros a nosotros, y de nosotros a todos, en un círculo infernal de culpabilidades y crímenes, promoviendo la degradación general.
    Sin embargo, que ese núcleo del desastre capitalista sea evidente no implica necesariamente que, en la vorágine, los trabajadores alcancemos a ver todo lo que está a la vista y nos determina, ni hacia dónde nos arrastra. Debemos hacer un esfuerzo, también, por ver lo que permanece oculto.

    Segunda gran constatación, entonces: (Dicho con un caligrama de hace mucho tiempo.)

NUV      NUA
OEI        OEA
TES        TSL
OST        OEA
DTA       DVV
OAS       OEI
LAE       LES
OLV       OST
QAE       QTA      [ver nota 3]




[En Nigeria. Sin referencias. Extraída de la www.]


3. Una década atrás

    Desde que apareció la pandemia de la Covid-19 en nuestras vidas, comencé a tomar apuntes en torno de posiciones y reflexiones propias y ajenas. Y a cada palabra me invadía la sensación de estar reescribiendo las preocupaciones de siempre: los apuntes de hoy me llevaban a los de ayer y a sus carpetas. Y una cosa lleva a la otra.
    El 3 de mayo de 2009 integré un panel de debate con el tema “Crisis económica internacional: ¿conyuntural o sistémica? Distintas miradas”. Ahí pude plantear algunas de las cuestiones que hoy rebrotan “con fuerza de pandemia”. El evento, convocado por una asociación de escritores, supuso para mí un interesante desafío: qué tenía para decir un poeta en una mesa convocada con semejante título.
   Entre mis apuntes para esa ocasión había un artículo de Andrew Marshall, periodista de la agencia Reuters, publicado en castellano en la internet ese mismo día, domingo 3 de mayo [4]. En 2009, al ritmo de la crisis económica global, uno de los temas que “crujía” en todos lados era, también, el de la catástrofe y la des-globalización. Guardé ese texto entre los numerosos materiales que, en adelante, más allá del ocasional evento, me proponía coleccionar bajo el lema: “La catástrofe capitalista, las nuevas realidades y su relación con la poesía y la revolución”.
    El artículo de A. Marshall menciona incluso informes del FMI en el 2006 y del Foro Económico Mundial (“Foro de Davos”) en el 2007 (es decir, previos a la crisis del 2008). Aunque presentado como una especie de alerta a los “capos” del mundo, esta nota periodística tiene la virtud de describir en pocos párrafos una serie de interrogantes, cálculos y especulaciones que los centros del poder capitalista mundial se hacían ya en aquel momento. Una década después, pandemia mediante, vale la pena reproducirlo íntegro, para luego volver sobre algunas de las cuestiones allí planteadas o que de allí se derivan.


4. ¿La globalización nos hizo más propensos a catástrofes?”, por Andrew Marshall – Artículo publicado el 3 de mayo de 2009. – [Todos los subrayados son nuestros.]

    «Mientras el mundo enfrenta la peor recesión en décadas y la amenaza de una pandemia de gripe, el Foro Económico Mundial sugiere que la complejidad de la economía global podría hacernos más vulnerables que nunca a las catástrofes. La crisis financiera comenzó con problemas en un pequeño segmento del mercado hipotecario estadounidense. A los pocos meses se había convertido en una crisis global que no tardó en afectar a casi todos los rincones del mundo.

    "La velocidad a la cual se desarrollaron estos eventos no tiene precedentes", dijo el Foro Económico Mundial en su informe del 2009 sobre riesgo global. "Ha demostrado cómo la globalización ha interconectado al mundo y a sus sistemas", agregó el Foro.

    Al igual que las crisis en los mercados, las enfermedades pueden propagarse más rápido ahora que antes. Los viajes en avión significan que cualquier brote puede convertirse en un asunto mundial en cuestión de días. En el pasado, eso llevaba meses o incluso años. Cuanto más complejo y eficiente es un sistema, más rápido y amplio puede ser un contagio. Sin embargo, esta interdependencia no siempre es negativa. La complejidad de la economía mundial hace que el riesgo pueda ser distribuido de manera más fácil y en algunas ocasiones que pueda ser mitigado con más facilidad. Los sistemas complejos frecuentemente son adaptables: si una parte cae, otras de la red pueden asumir la carga.

    Algunas teorías sugieren que los sistemas complejos diversificados pueden dar mayor estabilidad. Pero sólo hasta cierto punto. "Si bien esto ayuda al sistema a diversificar pequeños shocks, también expondrá al sistema a shocks sistémicos grandes", dijo Raghuram Rajan, ex economista jefe del FMI y asesor del primer ministro indio, en una investigación. "Es posible que esos acontecimientos (...) creen una posibilidad mayor (aunque aún pequeña) de una turbulencia catastrófica", agregó.»


EFECTO MARIPOSA



    Un tema clave es el llamado "efecto mariposa": en sistemas altamente complejos, incluso un pequeño evento puede ser magnificado y transmitido con resultados altamente impredecibles. Edward Lorenz, un pionero de las teorías del caos, señala que una mariposa agitando sus alas en un rincón del mundo podría causar un tornado en otra parte del planeta. En la teoría de redes, un pilar clave es que los sistemas complejos interconectados se organizan a sí mismos en torno a nodos clave. Si uno de estos nodos es golpeado, puede colapsar todo el castillo de naipes.

    Esta es una de las razones por la cual el daño provocado por la crisis hipotecaria a los bancos de inversión tuvo un impacto tan devastador. Y si bien la especialización en las cadenas globales de suministro ha dado paso a importantes mejoras en la eficiencia, también ha traído vulnerabilidad. Una alteración en un nodo de la cadena de suministros puede causar una turbulencia dramática e impredecible en todo el sistema. Es por esto que los precios de los semiconductores casi se duplicaron tras un terremoto en Taiwan en 1999 y las razones por las cuales el huracán Katrina sacudió a los mercados financieros mundiales
    Algunos analistas de temas de seguridad temen que incluso un ataque terrorista podría tener un impacto magnificado si afecta un punto clave de la cadena global de suministro: por ejemplo, un puerto de importancia. En su libro "The Black Swan", que examina el impacto de grandes eventos inesperados, Nassim Nicholas Taleb señala que la apariencia de estabilidad en los sistemas complejos puede ser ilusorio.
    "Agravios [5] aleatorios a la mayoría de las partes de la red no serán consecuentes dado que afectarían nodos pobremente interconectados. Pero también hacen a las redes más vulnerables. Simplemente, consideremos qué pasaría si hay un problema con un nodo importante", dice Taleb. "Verdaderamente, tenemos menos fallas. Pero cuando ocurren, tiemblo de pensarlo", señala.


CAÍDA DEL IMPERIO ROMANO



    La complejidad, que convierte a las crisis financieras [en] más peligrosas potencialmente también implica que las pandemias pueden generar una mayor confusión. Los analistas señalan que cuando la Peste Negra golpeó a Europa en el siglo XIV, matando a un tercio de la población, la sociedad no colapsó porque los sistemas económicos y sociales eran relativamente simples y aislados de las crisis. En cambio, una plaga que golpeó al Imperio Romano en el siglo II, con una tasa similar de muertes, generó caos: la sociedad romana era más compleja y económicamente avanzada.

    En las sociedades modernas, si nodos claves son golpeados por una enfermedad, el impacto podría magnificarse. Los nodos podrían ser personas esenciales para el funcionamiento de la sociedad y su economía: médicos, camioneros, ingenieros, trabajadores portuarios. Y al igual que con la crisis financiera, el pánico y la difusión de información imprecisa podrían generar una retroalimentación negativa, convirtiendo la catástrofe en algo peor. "Los trastornos económicos en el lado de la oferta provendrían directamente del elevado ausentismo. También podría haber problemas con el transporte, el comercio, el sistema de pagos y los servicios públicos", dijo el FMI en un reporte del 2006 sobre el impacto de una eventual pandemia de gripe.
    Y más allá del corto plazo, un riesgo es que tanto la crisis financiera como una pandemia causen un retroceso de la globalización, con consecuencias profundas para la economía mundial. En un informe del 2007 sobre riesgos globales, el Foro Económico Mundial imaginó las consecuencias de una pandemia y de una crisis de liquidez global en forma simultánea, un escenario que en ese entonces parecía meramente especulativo.

    El resultado, dijo, sería un "revés contra la globalización, que podría profundizar el impacto sobre la demanda global". Alrededor del mundo, podría llevar a un incremento de las tendencias autoritarias y militaristas que podrían reformular la geopolítica. Los acontecimientos de los próximos meses probarían cuán acertado podría ser ese escenario.    - [Andrew Marshall]


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                   [ Continúa en Poesía y revolución, contra... (2) ]

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NOTAS:
[1] Del “Discurso ante el Congreso de fundación del Partido Comunista de Alemania”, 30 y 31 de diciembre de 1918.
[2] De: “El arte y la revolución”, de junio de 1938. También publicado bajo otros títulos.
[3] Es decir: “NO TODO LO QUE ESTÁ A LA VISTA SE VE - NO TODO LO QUE SE VE ESTÁ A LA VISTA”. Este caligrama integra el conjunto “Minigramas”.
[4] La nota de Andrew Marshall la encontramos publicada el 3 de mayo de 2009 en:
Dicho sitio da como fuente original de su publicación (editada por Inés Guzmán), la siguiente:
No hemos podido cotejarla con su versión inglesa.
[5] El original en castellano dice "Insultos aleatorios". Lo hemos cambiado por "Agravios...", porque suponemos que eso es lo que dice el original en inglés, que todavía no hemos podido consultar.







lunes, 11 de mayo de 2020

«El duelo» y otras obras

[por Cecilia Heredia]




Cecilia Heredia: El duelo (díptico), 2010.





Cecilia Heredia: Desde el alféizar, 2010.




















Cecilia Heredia: Para entrar en el vuelo y en el canto, 2011






















jueves, 7 de mayo de 2020

Laberintos y coronas

[por Marcelo Firpo]




























[Marcelo Firpo: "Retrato", tintas sobre tela, 0,70 x 1 m]



Laberinto


Y ese laberinto a veces se deforma
Toma tu forma como si fueras una escafandra
Y serpentea en las aguas de gente
Como pececitos de mil colores que
No saben hacia dónde van.
Es un laberinto cómodo
De distancias que posibilitan la esperanza
Ya que el Romeo
Y por qué no la Julieta,
Deben mantener su imposible en vilo,
La cuadratura del círculo,
La cordura psicótica de la metáfora
Y el cielo nunca más presente pero ahí
En sus pocos pero indescifrables recuerdos,
Tan escasos como locos,
Tan pequeñitos como la vida misma
O el ovillo que la une y la desune.
Y es que de eso se trata el laberinto
Y yo te mantengo, maga, loca,
Toda de totalidad absoluta,
Toda de insensatez perfecta,
Toda, tan toda como la nada que es dios.





















[Marcelo Firpo: "dios", oleo sobre tela, 1 x 0,70 m]



Otro virus de una corona en crisis


En vuelo triunfal
La nube ácida/
Este grito de muertes,
La ceguera añorada,
Todos suburbanos
Portadores insanos/
Medios y miedos
Imponen números
Sin salvación alguna.

Mi niña crea el nuevo mundo/
Alcanza en su mano
La salvación de la especie.
Atrás, abajo baten en duelo
Uniformes de diferente color,
Sus cicatrices ancestrales
Son mi única
Verdad latiente/
Todos y su ceguera
Solo escuchan los Medios.

Cartones vacíos
Descansan en paz
Sobre un cuerpo/          
Allá en Nueva York
O acá en Lafe o Lugano.
Voluntarios sin barbijo
Esperan el abrazo
Del pájaro celeste.
Gritan
Gritan
Gritan

¿Qué le habrá pasado
Al director chino
Del Hospital chino
Del Capitalismo chino?
¿Y qué color tendrá
Sino tan negro
El porcentaje americano
De esta muerte?
¿Cuántas epidemias hubo ya
Aquí en este siglo nuevo
Que no sabés
Que no nos dicen
Para protección de las Fronteras?

El Ser tiene esta necesidad
Llamada ceguera.
El Ser tiene este instinto de muerte.
Y yo, mi amor,
Te pido corregir esa palabra.
Y yo, mi amor,
Sueño un mundo adonde vos
Nosotros, ellos,
Sigamos soñando un sueño.












miércoles, 6 de mayo de 2020

De basurero a jardín. El barrio Moravia de Medellín

[por Jaime Arturo Sánchez Trujillo]


    Este jardín colorido me recuerda los talleres literarios que realicé en el barrio Moravia a fines del siglo pasado con niños, niñas y adultos mayores; arriba y abajo, a lo largo y ancho de la montaña, en momentos en los cuales aún se paseaban grupos armados por sus alrededores. Ellos me mostraron la gran entrega, capacidad y deseo de aprendizaje de una de las poblaciones más marginadas de la ciudad, que no obstante la situación, se comprometió activamente en su participación. Aún no estaba sembrado el jardín ni había centro cultural, solo una pequeña biblioteca que funcionaba en la parte de arriba de una casa de dos pisos y abajo en el primero estaba el salón donde se realizaba uno de los 5 talleres que cubrían las distintas zonas del barrio.

    Allí tuve también la primera dolorosa experiencia como tallerista en las comunas de Medellín. Llegando a las actividades me encontré en el salón de clase y en dos oportunidades con el velorio de alumnos que habían sido acribillados por grupos paramilitares. Igual suerte corrió después de terminados los talleres Ubaldino, asistente en los talleres y habitante del barrio. Primero lo secuestraron y le hicieron “los interrogatorios de rigor”. Más tarde simularon un combate y después de asesinarlo, lo tiraron a un despoblado rural con prendas de camuflaje; fue uno de tantos falsos positivos de esa época. A Ubaldino luego de asesinado, lo llevaron como trofeo de “la seguridad democrática” a una inspección, pero optaron más tarde por desaparecer el cuerpo, porque se dieron cuenta que el cadáver mostraba comprometedoras huellas de tortura. La infame violencia nunca ha tenido límites, Ubaldino fue desaparecido primero vivo y después de muerto también.

    En un aparte de “CUENTOS POR COBRAR”, escrito que abarca relatos de 50 años sobre Medellín anoto lo siguiente acerca del barrio:

    (…) Moravia se había convertido en el gran barrio de los "recién llegados". Ahora allí se levantaba un complejo de historias de víctimas de la violencia, de seres desarraigados llegados de la desgracia rural. De desplazados y migrantes de muchos lugares del país, que se amontonaban en casuchas construidas con cartón, madera vieja y desechos. La basura compactada en el lugar, que hacía de basurero municipal, sirvió de base a zonas altas y laterales donde se levantaron las improvisadas viviendas, que se comunicaban entre sí por intrincados caminos, escalerillas y estrechos puentes, a un lado del río Medellín.
    En las orillas del río, una corriente gris y maloliente arrastraba las sobras y químicos de más de un millar de fábricas de Medellín. Y todo tipo de objetos; de desperdicios ciudadanos que flotaban al garete: bolsas negras repletas "de algo", harapos, tarros, empaques vacíos de todos los colores, botellas de plástico, troncos, muebles, electrodomésticos. Y animales desollados por los gallinazos, que aterrizaban allí, buscando alimento en las playas de piedra qua aparecían y desaparecían con los aguaceros. A veces también pasaban personas muertas, como en los ríos Magdalena y Cauca.

    Ahí vivía gente expulsada desde la violencia de mitad de siglo, y poco a poco fueron llegando otras familias de destechados, expulsados por las nuevas violencias del campo, o de las partes altas circundantes de la ciudad, que ya eran territorio de guerra. Gentes sin nada, que nunca paraban de llegar; trabajadores informales, recicladores y muchas personas, que escarbando el río se proveían algún sustento. Buceadores suicidas, que pasaban horas ahí metidos, montados en rudimentarias canoas, sacando con palas la gravilla y arena con cascajo, para vender a los volqueteros.

El río de la despelucada “raza paisa”  y los alrededores, que hasta los años 30 del siglo pasado era un sitio de esparcimiento privilegiado, cotidiano, donde se pescaba y pecaba, donde se hacían paseos de olla con sancocho de gallina y la gente chapoteaba en sus aguas frescas, limpias, con paya incluida; un sitio hasta para ver tigres, había sucumbido, había muerto a manos de la pujanza de los dueños usureros paisas, que vivían en sitios holgados, seguros y planos del Valle Aburra.

    Pero lo más sorprendente de todo en el nuevo barrio, era un pequeño circo plantado en toda la cima de las basuras. Sus dueños eran una pareja de veteranos que ayudados por sus hijas y dos pequeños perros criollos, daban funciones diarias en horas de la noche. Allí siempre hubo mucho público atento a un espectáculo que era novedoso para las circunstancias y donde la familia circense que lo realizaba, para poder cubrir los variados actos del espectáculo, se turnaba en grupos de dos o tres. Eran al mismo tiempo taquilleros, payasos, trapecistas, magos y domadores... ( cap 21-   Cuentos por Cobrar- 2003)  


FOTOS
1. Panorámica de  Moravia antigua
2. Casa dela cultura actual.
3. De basurero a jardín. Vista actual.























lunes, 4 de mayo de 2020

¿Cómo decir?

[por Luis Mihovilcevic]











Otto Dix: "Sturmtruppe geht unter Gas vor" (Tropas de asalto
avanzando bajo un ataque de gas). Grabado,1924.



    ¿... Cómo decir cómo, cuándo..., dónde...? ¿Cuál es la palabra? –diría Beckett... ¿Cuál es el texto? –dice quien firma este escrito.
    Las certezas son ciertamente pocas, pero la incertidumbre, en momentos como los actuales, obnubila la posibilidad de acercarse a la certeza.
    La pandemia coronada por un virus parece ser el nuevo fantasma que recorre el mundo. Este fantasma es negro. El otro era el espectro de la luz para Europa.
    Un fantasma, el actual, tan abarcativo que tapa todo lo demás: pandemia por hambre, pandemia por falta de trabajo, pandemia que niega la existencia de otras enfermedades, etc. Éstas también producen muertes y angustias.
    Žižek tiró una luz: volvería de nuevo el nuevo fantasma a recorrer Europa (Engels) y el mundo (Nono).
    Ciertamente es que los sectores muy o más concentrados de la economía capitalista, están nerviosos, pero la mayoría de los capitalistas no. Qué buena luz nos tiraste Žižek, pero Tánatos apareció en medio de las movilizaciones chilenas, francesas, ecuatorianas. Ahora el repliegue obligatorio.
    Las dudas continuarán más larga la pandemia, en duración,... menos posibilidad de concentración.
    ¿Vielleicht (quizás) otro medios de lucha? De continuar el aislamiento: sí.
    No es tiempo de ser profetas, pero la barbarie capitalista, ya patente, es producto de su propia catástrofe, pero, he ahí el riesgo, el as que tiene bajo su manga... ¿Keynes de nuevo? En ese caso sería un bienestar pero a la vez un cruel retroceso y la luz encendida por Žižek quedaría encerrada en una cueva.
    Esperemos que no. Seamos toperos con el signo que nos distingue de la oscuridad a la luz, del abismo a la cima de la más alta montaña.

(1º de mayo 2020)