viernes, 15 de mayo de 2020

Israel «negacionista» del último genocidio del siglo XX

[por Norberto Malaj]



    “¿Por qué los principales académicos del Holocausto de Israel están tan dispuestos a negar el genocidio de Potocari?” se preguntaba y tituló un artículo en Haaretz, Daniella Peled, “editora del Instituto de Informes de Guerra y Paz” del Medio Oriente (3-10-19).
    “Un antiguo complejo fabril, Potocari, era donde el batallón holandés de la ONU estaba estacionado en 1995 y hacia donde los musulmanes locales huyeron con la vana esperanza de protección cuando las fuerzas serbias de Bosnia se trasladaron al enclave musulmán bosnio. Los días siguientes vieron el asesinato sistemático de más de 8.000 hombres y niños en varios lugares, una atrocidad que el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia posteriormente consideró un acto de genocidio” (idem).
    Potocari está en Srebrenica, dentro de Bosnia y Herzegovina, una república que en verdad son dos y muy antagónicas: la Federación, dominada por musulmanes y croatas bosnios, y la República Srpska, que es en gran parte serbia. “Sus narraciones de lo que sucedió durante la guerra a menudo divergen, por decirlo suavemente” –nos dice Daniella Peled.
     “A principios de 2019, la República Srpska nombró al historiador israelí Gideon Greif, que ha trabajado en Yad Vashem durante más de tres décadas, para encabezar su propia comisión revisionista para ´determinar la verdad´ sobre Srebrenica, sin importar que la guerra de Bosnia sea posiblemente la más documentada en la historia. (Mis correos electrónicos a Yad Vashem para consultar el papel de Greif en la ´comisión de la verdad´ no han recibido respuesta)”, decía entonces Daniella Peled. Recordemos que Yad Vashem es la institución sionista que regentea el monumental edificio que en Jerusalem sirve de homenaje al Holocauso judío durante la Segunda Guerra y fue asiento, a fines de enero, del evento que reunió a la ´creme´ de la diplomacia internacional en respaldo a Netanyahu y al plan de ´anexión´ que Trump anunciaría después.
“Para agregar insulto a las lesiones, otra comisión de la República Srpska investigará el sufrimiento de los serbios en tiempos de guerra en Sarajevo, asediado por las fuerzas serbias de Bosnia durante casi cuatro años, la capital más largamente bloqueada de la historia en una guerra moderna; comisión también encabezada por un académico israelí, profesor de la Universidad Hebrea Rafael Israelí” (idem).
     “De manera deprimente, otros eruditos israelíes del Holocausto también están felices de ser cooptados en tal negación. Ephraim Zuroff, del Centro Simon Wiesenthal, ha insistido reiteradamente en que lo que sucedió en Srebrenica no fue genocidio. Tal como era de esperar, ha sido galardonado con numerosos premios de Serbia –incluyendo una nominación para un premio Nobel de la paz– por lo que el ex presidente Nikolic (un negador del genocidio de Srebrenica) describe como sus ´logros excepcionales´” (idem). En una entrevista de 2015, el asesor académico de Yad Vashem, Yehuda Bauer, también negó que las atrocidades de Srebrenica fueran genocidios, argumentando que hubo ´asesinatos en masa por todos lados´ en Bosnia” (idem). Ciertamente en la guerra fraticida Yugoslavia los hubo, pero nadie sufrió un acoso como el de Sarajevo ni matanzas en masa como el del pueblo musulmán de Bosnia, en toda la guerra –agregamos nosotros. Cualquiera que recorra Bosnia en el presente podrá ser testigo de las tumbas en masa que siembran todos sus pueblos de mayoría musulmana y en particular Sarajevo. Un escenario único y espeluznante en toda Europa.
     “Acogedoramente –dice Daniella Peled–, la República Srpska es una de las pocas entidades que tiene su oficina de representación israelí en Jerusalén, no en Tel Aviv”. Hasta “en el Reino Unido, el Día de los Caídos en el Holocausto se celebra cada año el 27 de enero, en el aniversario de la liberación de Auschwitz … siempre incluyendo víctimas de otros genocidios y atrocidades masivas; Camboya, Ruanda, Bosnia y Darfur. Del mismo modo, el Museo del Holocausto de EE.UU. hace campaña por las atrocidades en Sudán del Sur, contra los rohingya, en Siria, en Zimbabwe. Parece que en Israel… se relaciona con la narrativa del poder redentor del sionismo: en este relato, el genocidio terminó y un estado libre para sus sobrevivientes nació de las cenizas” (idem).
    No es el genocidio de Srebrenica el único que niega el estado sionista. Israel es uno de los pocos países en el mundo, junto a EE.UU., que siguen desconociendo el genocidio armenio de principios de siglo, obviamente por sus compromisos con Turquía.

(15 mayo 2020)


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