“¿Por qué los principales
académicos del Holocausto de Israel están tan dispuestos a negar el genocidio
de Potocari?” se preguntaba y tituló un artículo en Haaretz, Daniella Peled, “editora del Instituto de Informes
de Guerra y Paz” del Medio Oriente
(3-10-19).
“Un antiguo complejo fabril, Potocari, era donde el batallón holandés de
la ONU estaba estacionado en 1995 y hacia donde los musulmanes locales huyeron
con la vana esperanza de protección cuando las fuerzas serbias de Bosnia se trasladaron al
enclave musulmán bosnio. Los días siguientes vieron el asesinato sistemático de
más de 8.000 hombres y niños en varios lugares, una atrocidad que el Tribunal
Internacional para la ex Yugoslavia posteriormente consideró un acto de
genocidio” (idem).
Potocari está en Srebrenica, dentro de Bosnia y Herzegovina, una
república que en verdad son dos y muy antagónicas: la Federación, dominada por
musulmanes y croatas bosnios, y la República Srpska, que es en gran parte
serbia. “Sus narraciones de lo que sucedió durante la guerra a menudo divergen,
por decirlo suavemente” –nos dice Daniella Peled.
“A principios de 2019, la
República Srpska nombró al historiador israelí Gideon Greif, que ha trabajado en Yad Vashem durante más de tres
décadas, para encabezar su propia comisión revisionista para ´determinar la
verdad´ sobre Srebrenica, sin importar que la guerra de Bosnia sea posiblemente
la más documentada en la historia. (Mis correos electrónicos a
Yad Vashem para consultar el papel de Greif en la ´comisión de la verdad´ no han
recibido respuesta)”, decía entonces Daniella Peled. Recordemos que Yad Vashem
es la institución sionista que regentea el monumental edificio que en Jerusalem
sirve de homenaje al Holocauso judío durante la Segunda Guerra y fue asiento, a
fines de enero, del evento que reunió a la ´creme´ de la diplomacia
internacional en respaldo a Netanyahu y al plan de ´anexión´ que Trump
anunciaría después.
“Para
agregar insulto a las lesiones, otra comisión de la República Srpska
investigará el sufrimiento de los serbios en tiempos de guerra en
Sarajevo, asediado por las fuerzas serbias de Bosnia durante casi cuatro años,
la capital más largamente bloqueada de la historia en una guerra moderna;
comisión también encabezada por un académico israelí, profesor de la Universidad
Hebrea Rafael Israelí” (idem).
“De manera deprimente, otros
eruditos israelíes del Holocausto también están felices de ser cooptados en tal
negación. Ephraim Zuroff, del Centro Simon Wiesenthal, ha insistido reiteradamente en que lo que sucedió en Srebrenica no fue genocidio. Tal como era de esperar, ha sido galardonado con
numerosos premios de Serbia –incluyendo una nominación para un premio Nobel de
la paz– por lo que el ex presidente Nikolic (un negador del genocidio de
Srebrenica) describe como sus ´logros excepcionales´” (idem). En una entrevista de 2015, el asesor académico de Yad
Vashem, Yehuda Bauer, también negó que las
atrocidades de Srebrenica fueran genocidios, argumentando que hubo ´asesinatos en masa por todos lados´ en Bosnia” (idem).
Ciertamente en la guerra fraticida Yugoslavia los hubo, pero nadie sufrió un
acoso como el de Sarajevo ni matanzas en masa como el del pueblo musulmán de
Bosnia, en toda la guerra –agregamos nosotros. Cualquiera que recorra Bosnia en
el presente podrá ser testigo de las tumbas en masa que siembran todos sus
pueblos de mayoría musulmana y en particular Sarajevo. Un escenario único y
espeluznante en toda Europa.
“Acogedoramente –dice Daniella
Peled–, la República Srpska es una de las pocas entidades que tiene su oficina
de representación israelí en Jerusalén, no en Tel Aviv”. Hasta “en el Reino
Unido, el Día de los Caídos en el Holocausto se celebra cada año el 27 de
enero, en el aniversario de la liberación de Auschwitz … siempre incluyendo
víctimas de otros genocidios y atrocidades masivas; Camboya, Ruanda, Bosnia y
Darfur. Del mismo modo, el Museo del Holocausto de EE.UU. hace campaña por las
atrocidades en Sudán del Sur, contra los rohingya, en Siria, en Zimbabwe.
Parece que en Israel… se relaciona con la narrativa del poder redentor del
sionismo: en este relato, el genocidio terminó y un estado libre para sus
sobrevivientes nació de las cenizas” (idem).
No es el genocidio de Srebrenica el único que niega el estado sionista.
Israel es uno de los pocos países en el mundo, junto a EE.UU., que siguen
desconociendo el genocidio armenio de principios de
siglo, obviamente por sus compromisos con Turquía.
(15 mayo
2020)
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