jueves, 2 de julio de 2020

Obedecer y sufrir en la apestosa República

[por Jaime Arturo Sánchez Trujillo]


    Desde las claraboyas de terrazas tricolores; oro, mar y sangre.
    El gobierno, los jefes del gobierno y la corte de áulicos, gritan en coro a las multitudes heridas, arrumadas en los corredores, postradas abajo.
    Mientras ven estallar los intestinos podridos de la apestosa república:
“Construir entre todos”…“¡Todos a la peste! ... ¡Erga omnes! … ¡Obedecer con calma, para sufrir en orden!”.
    Voz vinagre de intereses soterrados, filos de codicia que danzan por debajo de la mesa aliñada, servida de miedos y falsas esperanzas, para una sumisión patriotera y estúpida..
    Como si fueran iguales, las claraboyas arriba y los corredores abajo.
    Como si no fuera verdad que se aprovechan del momento peligroso y confuso, para sembrar, el terror, secuestrar los viejos derechos sociales arrancados con dolor y acabar de feriar el país de los cocales.
    Como si no fuera cierto que, a pesar de estar en el mismo mar agitado, viajamos en lados opuestos de la tormenta. Y en distintos barcos.





No hay comentarios:

Publicar un comentario