[por Friedrich Engels]
Cuando
se cumplen 200 años del nacimiento de
FRIEDRICH ENGELS (28 nov 1820 – 5 ago 1895)
publicamos una carta suya a Piotr Lavrovitch Lavrov.
En el “Anti Dühring” (capítulos VII y VIII de la Sección primera, Filosofía de la naturaleza. El mundo orgánico) Engels defiende los estudios científicos de Charles Darwin de los ataques y confusiones de Eugen Dühring. La carta que dirige a Lavrov en noviembre de 1875 es muy esclarecedora con respecto a la correcta valoración que Engels hace de la teoría del notable naturalista inglés.
[Sobre el concepto ‘lucha por la
existencia’] Carta de Friedrich Engels a Piotr Lavrovitch Lavrov (1875) *
* Para hacer más ágil su lectura colocamos entre corchetes las frases que Engels escribió en distinto idioma que el alemán.
(Londres)
[1]
Londres,
12[-17] noviembre] 1875
Mon cher Monsieur Lavrov:
[Mi
querido señor Lavrov:
2)
Entre los 3 citados ubézdennyie
Darwinisty [darwinistas convencidos] parece que sólo merece ser mencionado
Hellwald. Seidlitz solamente es, en el mejor de los casos, una luz de pequeña
magnitud y Robert Byr un novelista que, por el momento, sólo ha publicado una
novela: Drei Mal [Tres veces] de la serie “Uber Land und
Meer” [“Por tierra y por Mar”]. En ella encaja también toda su rodomontade [baladronada].
3) Sin
poner en duda las ventajas de su método de ataque, que yo llamaría psicológico,
por mi parte eligiría otro. Cada uno de nosotros se halla más o menos influido
por el medio intelectual en el que se ha desarrollado preferentemente. En
Rusia, donde usted conoce mejor que yo su público y para un periódico de
propaganda que invoca el sviazujuscij affekt
[sentimiento de solidaridad], el
sentimiento moral, probablemente, es para usted el mejor método. Para Alemania,
donde el falso sentimentalismo ha causado y sigue causando tan tremendo daño,
ese método no se adaptaría, sería mal interpretado y sentimentalmente
retorcido. Nosotros necesitamos más el odio que el amor (por lo menos, al
principio) y, sobre todo, el despojarse de los últimos restos del idealismo
alemán, para reconocer su derecho histórico a los hechos materiales. Por tanto,
yo atacaría, como tal vez lo haga en su momento oportuno, a estos darwinistas burgueses,
más o menos del siguiente modo:
Toda la
teoría darwinista de la lucha por la existencia es simplemente la trasposición
de la teoría de Hobbes del bellum omnium
contra omnes [guerra de todos contra todos] y de la teoría económica
burguesa de la competencia, unida a la teoría malthusiana de la población,
trasladándolas de la sociedad a la naturaleza animal. Después de realizar esta
obra de arte (cuya razón de ser incondicional yo discuto, como digo sub 1,
principalmente en lo que se refiere a la teoría de Malthus) vuelve a
desplazarse esta teoría de la naturaleza orgánica a la historia y se afirma
haber demostrado su vigencia en la forma de leyes eternas de la sociedad
humana. La puerilidad de este procedimiento salta a la vista y no hace falta
perder en ello ninguna palabra. Pero si yo quisiera entrar en esto más en
detalles, lo haría de tal modo que, en primer lugar, los consideraría como
malos economistas y en segundo
término, solamente, como malos naturalistas y filósofos.
4) La
diferencia esencial que media entre la sociedad humana y la sociedad animal se
halla en que los animales, a lo sumo, acopian,
mientras que los hombres producen.
Esta única, pero capital diferencia, hace imposible ya por sí sola el
transferir sin más las leyes de las sociedades animales a las sociedades
humanas. Hace posible el que, como usted justamente observa, chelovek vel borjbu ne toljko za
suchestvovanie, no za naslazdenie i za uyvelicenie
svojich naslazdenij... gotov byl dlja vyssago naslazdenija otrecsja ot
nissich [El hombre no lucha solamente por la existencia sino también por el
goce y por la obtención de sus
satisfacciones, dispuesto, en favor de más altos disfrutes, a renunciar a
los menos elevados]. Sin discutir las otras conclusiones que usted deduce de
esto, yo, partiendo de mis premisas, concluiría lo siguiente: la producción de
los hombres alcanza, pues, al llegar a cierto grado, un nivel que no basta
solamente para las apetencias necesarias, sino que se extiende también a los
goces suntuarios, aunque por el momento [4]
sólo son producidos para una minoría. La lucha por la existencia (y si queremos
retener aquí por un momento esta categoría) se convierte, pues, de una lucha
por disfrutes que no son meramente medios de existencia, sino medios de desarrollo
socialmente producidos, y para este nivel no son ya aplicables las
categorías del reino animal. Ahora bien, si, como se ha hecho hasta ahora, la
producción, bajo su forma capitalista, produce una cantidad mucho mayor de
medios de existencia y desarrollo de los que la sociedad capitalista consume,
porque aleja artificialmente a la masa de los verdaderos productores de estos
medios de existencia y desarrollo; si esta sociedad se ve obligada por su
propia ley de vida a incrementar constantemente la producción en función a ello
y, por tanto periódicamente, cada diez años se halla obligada a destruir no sólo
una masa de productos sino también incluso de fuerzas productivas, ¿qué sentido
puede tener, aquí, la ley de la “lucha por la existencia"?
La
lucha por la existencia solamente puede consistir en que la clase productora
tome la dirección de la producción y la distribución de manos de la clase que
hasta ahora la regenta, pero que es ya incapaz de ello, y en esto precisamente
consiste la revolución socialista. Diremos de paso que ya la mera consideración
de la historia anterior como una serie de luchas de clase basta para concebir
la concepción de la misma historia como una exposición débilmente variada de la
“lucha por la existencia" en toda su superficialidad. Por tanto, yo jamás
complacería de este modo a esos falsos naturalistas.
5) Por
la misma razón, expondría ante usted la siguiente manera de ver, absolutamente
exacta en la realidad: sto ideja
solidarnosti dlja oblegsenija borbjy mogla... vyrosti nakonec do togo, stoby
ojvatidj vse selovesestvo i protivu[po] stavitj jego, kak solidarnoje obscestvo
bratjev, ostaljnomu miru mineralov, rasteniji i zivotnych. [Que la idea de
la solidaridad para facilitar la lucha... podría abarcar en último término a la
humanidad entera y concebirla como una sociedad solidaria de hermanos [frente al]
mundo restante de minerales, plantas y animales].
6) No
puedo, en cambio, mostrarme de acuerdo con usted en que la borjba vsech protiv vsech [lucha de todos contra todos] constituya
la primera fase del desarrollo humano. A mi juicio, el impulso social fue una
de las palancas fundamentales para el desarrollo del hombre partiendo del mono.
Los primeros hombres veíanse obligados a vivir en manadas, y hasta donde
podemos remontarnos con nuestra mirada, vemos que así era, en efecto.
Je vous salue cordialement.
[17 de noviembre. Una vez más me he
visto interrumpido y reanudo hoy estas líneas para entregároslas. Como veis,
mis observaciones se refieren más bien a la forma, al método de su ataque, que
al fondo. Confío en que las encontrará usted bastante claras; las he escrito
apresuradamente y, al releerlas, me gustaría cambiar muchas palabras, pero temo
hacer demasiado ilegible el manuscrito. Le saludo cordialmente.]
TRADUCCIÓN: Wenceslao Roces.
Carta que puede ser complementada con dos breves (y posteriores) parágrafos que incluyó en la edición de “Dialéctica de la naturaleza”: ‘La lucha por la existencia’ y ‘Struggle for life’, que pueden ser consultados en las páginas 263-266 de esta edición:
https://historiaycritica.files.wordpress.com/2016/12/federico-engels-dialectica-de-la-naturaleza.pdf
___________________
NOTAS:
[1] El contenido de esta carta coincide en parte,
literalmente, con la nota “Struggle for
life”, que figura en la Dialéctica de
la Naturaleza.
[2] A fines de octubre y comienzos de noviembre de
1875, acompañado de su mujer Lidia (Lizzy) Burns, Engels viajó a Heidelberg para
colocar allí a Mary Ellen Burns, sobrina de su mujer, en un pensionado. Regresó
a Londres el 6 de noviembre de 1875. Mary Ellen Burns permaneció en el
pensionado de Heidelberg de noviembre de
[3] El artículo de Piotr Lavrovitch Lavrov se
publicó, anónimo, en la revista Wperjod!
de 15 de septiembre de 1875. El 20 de septiembre del mismo año, Lavrov escribía
a Engels: “Ha recibido usted el núm. 17 del Wperjod!.
El primer artículo trata de un tema del que usted, según me ha dicho Marx, se
ha ocupado en estos últimos tiempos”. “Espero con impaciencia su trabajo sobre
este tema, pero aún no ha aparecido. En realidad, se ocupa usted de esto
después de lo que me ha dicho Marx, aunque desde otro punto de vista. Sin
embargo, me prestaría usted un gran servicio si se tomara la molestia de leer
mi artículo sobre el socialismo y la lucha por la existencia, comunicándome su
opinión acerca de él.”
[4] El manuscrito dice: “en principio, solamente.”
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