martes, 24 de noviembre de 2020

‘Activistas sionistas colaboraron con los nazis y fueron ejecutados por partisanos judíos’

[por Norberto Malaj]


[Fotografía tomada durante el levantamiento del Gueto en mayo de 1943. Es una de las fotografías más icónicas de la Segunda Guerra Mundial. Fuente: wikipedia]


    ‘Activistas sionistas colaboraron con los nazis y fueron ejecutados por partisanos judíos’. Así textual titula una investigación que está aún en curso, en Israel, y acaba de revelar Haaretz (14/11). Es una investigación historiográfica sobre el Movimiento Betar, una de las principales fuerzas del movimiento sionista anterior a la Segunda Guerra Mundial y partícipe central en los inicios de ese estado, que revela la destacada intervención de esa fuerza en la famosa “Judenrat”, la policía judía colaboracionista de los nazis en los guettos.

    El artículo de marras lleva la firma de Ofer Aderet, uno de sus principales periodistas (en forma frecuente escribe también en La Nación y El País) y su bajada dice: “El movimiento Betar ha ignorado un capítulo melancólico de su historia ocurrido en el gueto de Vilna durante el Holocausto: la ejecución por judíos de otros judíos que colaboraban con los nazis”. Betar respondía al teórico de la derecha sionista, Zeeb Jabotinsky, quien fue comandante del “Irgún”, una organización paramilitar sionista responsable de varios atentados antipalestinos y antibritánicos antes de la erección del estado sionista. Jabotinsky fue un admirador de Mussolini y proclamó incluso que el Duce era sionista (“La conexión Mussolini-Jabotinsky: las raíces ocultas del pasado fascista de Israel”, en Middle East Monitor, 27/1).El Betar de Jabotinsky fue la simiente del Likud, el partido de Netanyahu y del ex primer ministro, Menahen Beguin, dos de las figuras más siniestras de la derecha y la historia del estado sionista.

La investigación israelí se realizó en el propio Instituto Jabotinsky y estuvo a cargo de “Miri Yahalom, archivera del Instituto que estudia las actividades del movimiento sionista revisionista y su ala juvenil, Betar, en el gueto de Vilna” (Haaretz, citado), uno de los peores centros en que se confinó y asesinó a decenas de miles de judíos bajo la ocupación hitleriana de Europa. Fue en la resistencia de este guetto donde se acuñó la famosa frase "No vamos a ir como ovejas al matadero", que se le adjudica al comandante guerrillero Abba Kovner (tras la guerra fue uno de los mayores poetas de Israel).

    “Al parecer –dice Oferet–, no fue por casualidad que las fotos acumularan polvo en el archivo durante décadas. Documentan un capítulo olvidado, sensible y sombrío, en los anales de los judíos de derecha en el gueto de Vilna”, la mayoría de los cuales provenían del Betar de Varsovia. Betar tras la guerra se dio a la tarea de ocultamiento de un pasado que siempre fue revestido de “glorias” y que presentaba a Betar como socio de las demás organizaciones sionistas, incluso de las que se reclamaban de la izquierda sionista. Yahalom investigó el pasado de varios líderes de Betar que pasaron a actuar en Vilna como agentes nazis y terminaron siendo fusilados por la propia resistencia judía. Es el caso de “Lotek Salzwasser (que tras la liberación del guetto de Vilna) se unió a los partisanos en los bosques de Lituania en el otoño de 1943, pensó que había escapado de una muerte segura a manos de los nazis. Nunca podría haber imaginado que la muerte llegaría a manos de otros judíos, sus camaradas en la clandestinidad. Abba Kovner, el comandante de la clandestinidad en el gueto de Vilna, selló el destino de Salzwasser después de escuchar testimonios de que había colaborado con los nazis. Salzwasser llegó a Vilna con la ola de refugiados de Polonia, esperando un mejor destino bajo el dominio soviético. En septiembre de 1941, tras la conquista alemana de la región, fue confinado en el gueto de la ciudad junto con el resto de la población judía. Allí, se unió a la Policía Judía, que era detestada por los residentes y acusada de ser cómplice de los nazis en su persecución de los judíos” (ídem).

    “Vitka Kempner, un partisano y la novia, luego esposa, de Abba Kovner, quien comandaba el campamento judío en el bosque de Rudniki, después de la guerra denunció que Salzwasser ‘abre malinas [escondites] con niños llorando y madres que gritan, y arrastra hombres… lo agarro de la mano y le grito: '¡Lotek, qué haces, por el amor de Dios, estás loco!’. ¡Una vez fue amigo de mi hermano en la clandestinidad! Y nos traicionó y nos dejó. El hermano que ella menciona, Yisrael Kempner, era miembro de Betar y también sirvió en la policía judía” (ídem).

    La investigación aún en curso es un mentís incluso a la supuesta “unidad sionista” de antaño. Según el “testimonio de otro partidario (del Betar), Yehezkel Kremmerman al poco tiempo (de llegar al campamento) supimos que Salzwasser había sido llevado fuera con otro compañero y que fueron asesinados, sin interrogatorio ni juicio. Su pecado, agregó: fue ser de Betar. Si hubiera sido del [movimiento juvenil de izquierda] Hashomer Hatzair, habría sobrevivido. Había muchos policías del gueto en el bosque. Había muchos traidores. No fueron asesinados” (ídem).

    Según declara el investigador, “ ‘La política entró en juego después de la guerra’, una vez que los sobrevivientes llegaron a Palestina, donde ‘comenzó la batalla por un lugar en el panteón del heroísmo’. ‘En ese momento, los miembros de Hashomer Hatzair y los miembros de Betar escribieron sus respectivas historias de sus movimientos durante el Holocausto’. El primero alegó que la mayoría de los revisionistas habían sido traidores y colaboradores. El grupo Betar, por su parte, ignoró a sus compañeros del movimiento acusados de colaboración y solo conmemoró a las buenas personas, a los miembros de la clandestinidad y a los partisanos asociados a su movimiento. El ejemplo más conocido es el de Pawel Frenkel, uno de los comandantes de la organización de resistencia de la Unión Militar Judía, que estaba activo en el gueto de Varsovia, donde no había una resistencia judía unificada, y la mayoría de cuyos amigos eran del movimiento revisionista Betar. La derecha en Israel sostiene hasta el día de hoy que el hecho de que el nombre de Frenkel sea prácticamente desconocido mientras que Mordejai Anilevich, miembro de Hashomer Hatzair y líder del levantamiento del gueto de Varsovia, se convirtió en una leyenda, da fe de la politización de la conmemoración, incluso de todo lo relacionado al Holocausto” (ídem).

    Yahalom dice: “El movimiento Jabotinsky prefirió centrarse en ‘héroes’ como Frenkel, cuyo papel en el movimiento antes de la guerra, si lo hay, todavía no nos queda claro, sobre aquellos cuya actividad en el movimiento revisionista es un hecho probado pero que supuestamente traicionaron a su pueblo en el Holocausto". Ella agrega: “Había muchos combatientes y partidarios entre los miembros del movimiento y en Betar, pero también es importante hablar de aquellos en el movimiento que estaban en la ‘zona gris’ ” (ídem).

    Estos relatos descubren, más de 75 años después de la Segunda Guerra Mundial, las luchas políticas al interior del propio movimiento sionista y lo despojan de todo heroísmo. Se suman a las denuncias que muy tempranamente formuló Hanah Arendt, una figura prominente del propio sionismo en los años 60/70, quien delató el colaboracionismo de la dirección sionista internacional antes de la SGM con el hitlerismo. Es una verificación y denuncia adicional, además, sobre el ‘verso’ sionista que sostiene que fue esa corriente del judaísmo la que encabezó la resistencia en los guetos bajo el fascismo. Tesis que se da de bruces con la realidad de que el movimiento sionista entre las masas judías antes de la SGM era no solo insignificante (en especial en Polonia, principal asiento de la mayor comunidad judía antes de la guerra junto a Rusia), sino que la intervención de los sionistas, incluido el Hashomer Hatzair, fue menor en relación a los militantes del Bund y a la militancia trotskista en los guetos y campos de concentración.

    Esto denunció el otro gran comandante y sobreviviente del gueto de Varsovia, callado sistemáticamente por la propaganda sionista de la posguerra. Marek Edelman, dirigente del Bund polaco se puso a la cabeza de la resistencia del guetto y fue toda su vida un declarado antisionista, autor de dos textos famosos con testimonios sobre el levantamiento de ese gueto. Marek Edelman fue luego un prominente cardiólogo y activista antistalinista durante casi toda su vida en Polonia, donde murió en 2019.

    Las vicisitudes de la vida, las traiciones en el movimiento obrero, llevaron a Marek Edelman, quien siempre se reivindicó un hombre de izquierda y militó en los orígenes del famoso sindicato “Solidaridad”, a adoptar una posición pro-Otan frente a los bombardeos contra Serbia en la guerra de Yugoslavia (lo que hizo todo un arco de la izquierda mundial, con el “Secretariado Unificado de la IV” a la cabeza).

    A los mártires de la resistencia en los guetos los honramos a pesar de sus ‘agachadas’ posteriores. La derecha sionista no sólo no tiene derecho a eso, revistó en el campo del colaboracionismo liso y llano.

              

(11 nov 2020)







No hay comentarios:

Publicar un comentario