domingo, 22 de noviembre de 2020

AOC, el 'Squad izquierdista' y el Partido Demócrata

[por Norberto Malaj]


 [El 'Squad izquierdista' le responde a Trump. Noviembre 2020.]


    Por primera vez en mucho tiempo, cinco mujeres jóvenes provenientes de las clases bajas norteamericanas conformarán, a partir del 15 de enero próximo, un “escuadrón” de diputadas electas a la Cámara de Representantes, que se identifican virtualmente como un bloque de ‘izquierda’. Un hecho sin precedentes. Se trata a su manera de un reflejo, limitado pero manifiesto, del ascenso de la rebelión democrática, anti-racial y obrera –aun con límites– de los explotados de EE.UU., que va más allá del estallido desatado a fines de mayo pasado, tras el asesinato de George Floyd. La conjunción de un período sin precedentes de polarización social y cifras catastróficas de infectados (un promedio de más de 150.000 diarios en los últimos 10 días y cifras que hacen prever 400 mil muertos para la fecha de asunción del nuevo gobierno) no puede ser considerado al margen de lo anterior.

    La Cámara de representantes (diputados) de EE.UU. es una de las más clasistas (elitistas) del planeta: “en 2018, el patrimonio neto medio de un congresista era de 511.000 dólares, ocho veces el de un hogar estadounidense promedio” (The Guardian, 10/11), lo cual no distingue entre republicanos y demócratas. Frente a esto destaca este pelotón de cinco mujeres salidas en su mayoría de la clase trabajadora, muy populares en sus distritos, quienes se burlan de sus pares multimillonarios y se han enfrentado no solo con el machismo dominante en EE.UU., sino particularmente con las representantes mujeres del propio partido demócrata –el que ellas integran, sin embargo– como fue el caso con la presidente de la Cámara, Nancy Pelosi.

    La más ‘veterana’ de las cinco es Rashida Tlaib, ex representante de Michigan que ingresó, en 2009, con 27 años a la Cámara baja y permaneció hasta 2014. Desde 2019 esta mujer de origen palestino y musulmana ingresó nuevamente a la Cámara y junto a Alexandria Ocasio-Cortez (de origen portorriqueño), que ingresó a la Cámara por New York en 2018 y ahora renovó su banca; a Ilhan Omar, una joven de origen musulmán-somalí y representante de Minnesota, en el Congreso desde 2016; y Ayanna Pressley, una mujer negra de Massachusetts que ingresó en 2019, conformaban hasta ahora ese ‘escuadrón’. El batacazo lo dio el Squad ahora con el ingreso de Cori Bush, “que hizo historia este año cuando derrotó a un titular de 10 mandatos y se convirtió en la primera mujer negra electa al Congreso en Missouri” (ídem).

    “Bush, madre soltera de dos hijos, renunció a su seguro médico para postularse para un cargo, dejando el trabajo de tiempo completo como pastora y enfermera ordenada. Ahora se ve obligada a vestirse para un lugar donde la gente está acostumbrada a medios desmesurados. Bush no es la primera en tener estas preocupaciones prácticas. RashidaTlaib respondió a Bush, diciendo que compra en tiendas de segunda mano. Ayanna Pressley respondió con consejos de maquillaje. Alexandria Ocasio-Cortez se ofreció a ir de compras con Bush. Ocasio-Cortez, que era mesera antes de ser elegida para el Congreso, siempre ha hablado abiertamente sobre cómo pedir prestado a amigos, comprar de segunda mano y una suscripción de alquiler de ropa que le compró su amiga la ayudó a pasar su primer mandato en la casa” (ídem).

    Todas ellas se reivindican integrantes del ala ‘izquierda’ del partido demócrata, aportaron a la precandidatura presidencial del senador Bernie Sanders en la interna demócrata, y luego junto a éste se sumaron al apoyo de la campaña de Biden. Fueron un soporte fundamental de éste, como lo revela la victoria demócrata en varios de los distritos que representan, muy castigados por el proceso de desindustrialización yanqui (que Trump explotó en términos nacionalistas-derechistas, en 2016 —y de nuevo ahora) y permitió que este año los demócratas pudieran recuperar (el caso más relevante es el de Michigan, donde el voto negro de Detroit fue determinante para torcer la cruzada semifascista de Trump —quien había hecho de ese estado un caso testigo).

    Diversos analistas han destacado, contra la campaña lanzada insidiosamente por el “centro” demócrata, inmediatamente tras los comicios, de que el ala 'izquierda' del partido era la responsable del “pobre desempeño” del partido frente a Trump. Refieren así a la campaña de ese 'squad' a favor de Medicare para todos, como de un New Green —esto es al reclamo de un compromiso con el cambio climático que Trump boicoteó bajo su gobierno y que Biden no asumió, del mismo modo que tampoco apoyó la defensa del sistema de salud. El establishment del partido demócrata esgrime que el 'squad' (escuadrón) como se las conoce, habría “asustado” al electorado. Una versión fantasiosa de la realidad que hace suya la prédica derechista del trumpismo acerca de que Biden era un agente del “socialismo” y la “izquierda radical”.

    En verdad ocurrió todo lo contrario: los “demócratas moderados” —dicen Martin Pengelly y Victoria Bekiempis en The Guardian (15/11)— sólo aportaron dos “únicas adiciones del partido hasta ahora” en la Cámara; en cambio, los estados que le dieron la victoria a Biden, torciendo lo ocurrido en 2016. Esos mismos estados industriales tradicionalmente demócratas, ´cautivados´ entonces por Trump, le dieron ahora la victoria a Biden. En todos estos se votaron simultáneamente “medidas progresistas que incluían la legalización de la marihuana, el aumento del salario mínimo a u$s 15 la hora y la imposición de impuestos a los estadounidenses ricos para financiar la educación pública” (The Guardian, 15/11). En todos estos casos el empeño del ‘squad izquierdista’ fue lo que hizo posible esa victoria, igual que la de Biden en el Colegio electoral. Por una acción de este carácter es que los demócratas hicieron también una excelente elección en Georgia, amenazando ahora –por primera vez en mucho tiempo– a los republicanos con perder los dos senadores por Georgia. Si como está previsto, en la segunda vuelta electoral, en ese estado los demócratas conquistan esos dos escaños Biden podría dominar ambas Cámaras.

    Georgia fue históricamente un estado republicano y donde se libraron históricas batallas raciales. “Carolyn Bourdeaux, quien se convirtió en la primera –y hasta ahora la única– demócrata en cambiar un escaño competitivo en la Cámara de Representantes (por ese estado), dijo que su victoria en un distrito suburbano y diverso de (la ciudad de) Atlanta demostró la importancia de la organización de base” (ídem), lo que nunca quiso el partido demócrata –denunció la congresista electa afín al ‘squad’ también.

   “Biden, un institucionalista cuyas amistades bipartidistas fueron una característica destacada de su campaña, ha prometido en repetidas ocasiones gobernar como un ‘presidente para todos los estadounidenses’ ”. No muestra ninguna intención de imprimirle ese carácter a la próxima campaña de Georgia (ídem).

    El partido, así, ha entrado en un estado de ebullición: “El senador Doug Jones, un demócrata moderado de Alabama que perdió la reelección, dijo que su partido necesitaba invertir en la organización de base si quería competir en estados conservadores”, en una crítica abierta a su propia experiencia (ídem). El mismo Doug Jones declaró que “los demócratas pasan ‘demasiado tiempo invirtiendo en candidatos y no en el electorado’ ”. En Georgia, “Cliff Albright, cofundador del Black Voters Matter Fund con sede en Atlanta”, se pronunció: "Georgia realmente debería responder a todas estas preguntas". Albright “se atribuye haber ayudado a los demócratas a convertir al estado en ‘azul’ (demócrata)”. “Gente negra y morena en Georgia en este momento, sentimos que podríamos poner a alguien en Marte”, dijo Albright “sobre la ventaja de Biden en el estado. Pero advirtió que ‘toda esa energía desaparecerá’ si los demócratas pasan los próximos dos meses apelando a los republicanos y no a su base” (ídem).

    Lauren Gambino, otro periodista de The Guardian, concluye que “en medio de los carteles y camisetas de ‘Biden-Harris’ que salpicaban a una multitud diversa reunida frente a la Casa Blanca la semana pasada, había una sensación escalofriante de que la fuente de su júbilo compartido tenía menos que ver con el cazador de dragones que con el dragón asesinado” (15/11).

    Como se ve, las contradicciones que expresa la victoria demócrata y sus límites auguran agudísimas convulsiones, en todo sentido, en el próximo período en EE.UU.

 

(16 nov 2020)


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