[por Alberto a. Arias]
1. Manipulación y manoseo
Pero esto no es casual. Se trata del
intento de degradar el contenido y valor de su obra, vida y lucha, secar la
savia de su praxis revolucionaria, convertirla en un ícono (un dibujo) de la
adaptación al “medio” y adecuación a “lo posible”. La energía que deben aplicar
a los fines del manoseo reaccionario es proporcional al valor intrínseco de la
masa revolucionaria de Rosa Luxemburg.
Constituye una operación política, en
apariencia opuesta pero confluyente al fin, como la que planificaron hace un
siglo sus enemigos, quienes la asesinaron para garantizar el triunfo de la
contrarrevolución burguesa en Alemania, en 1919. Los socialdemócratas
“mayoritarios” la vituperaron lanzándole el epíteto de ‘Rosa la sanguinaria’
(por la lucidez e intransigencia proletaria de su lucha inclaudicable) y no les
tembló la mano al mandar a sus perros de presa a ejecutarla cobardemente junto
con Karl Liebknecht y miles de obreros insurrectos y militantes espartaquistas.
Hoy, como tratándose de una operación de
pinzas realizada a través de los más oscurantistas túneles de la historia, los
“socialistas democráticos” de todo pelaje y color pretenden convertirla en un
ícono o fetiche desprovisto de sus poderes concretos. Siguen despreciando el sentido
mismo de su lucha: su marxismo, su comunismo.
Como revolucionaria socialista (no
“socialista democrática”), Rosa Luxemburg entendía que la lucha por la libertad y la emancipación, la solidaridad, la paz, la
transformación del mundo y la superación de las opresiones y la explotación
social depende enteramente, y es inseparable, de la lucha revolucionaria del proletariado por
acabar con el dominio del capital y abrir, mediante la toma del poder y la
concreción de su propio gobierno, el camino a una sociedad mundial sin clases.
¿Con qué horizonte? La conquista de la igualdad, es decir, del mayor desarrollo
y desenvolvimiento vital de cada uno y todos los seres humanos.
2. El que calla otorga
Por todos lados, y de todos los colores,
abundan hoy manipulaciones y manoseos de Rosa Luxemburg, siendo que algunos
llegan al colmo de la más burda falsificación. Por ejemplo, la que vamos a
analizar ahora.
Hace unos días vimos en Youtube una pésima
entrevista a la socióloga-filósofa feminista (así la presentan) Frigga Haug, de
Alemania –intelectual de tradición socialdemócrata, para más señas. Esa
entrevista, que abunda en disparates, nos había dejado pensando si acaso no era
hora de contestarlos. Cuando luego vemos que Página 12 la publica (el 06/11/20)
con gran despliegue, promocionando el libro que aquella ha dado a luz, nos
dijimos una vez más: El que calla otorga.
(Paréntesis – Que quede claro: en esta nota
no estamos debatiendo sobre feminismos. La discusión con- y sobre- el feminismo
es de suma importancia y no se la debe embrollar; tampoco reducirla a ciertas
luchas puntuales actuales. Son estos autores quienes pretenden, sí, llevar la
figura de Rosa a un terreno –el “alternativismo”, que trasciende incluso el
debate del feminismo– apto para su completa deformación política.)
Lo que pretendemos es, en primer lugar,
desmentir los absurdos supuestamente “luxemburguistas”, inventados por una
feminista reformista. Y en segundo lugar, ¡pero más que nada!, atacar la
manipulación burda, descarada y reaccionaria que hace de Rosa Luxemburg la
Fundación que lleva su nombre.
Que una “empresa” (política-comercial) que
trafica con el nombre de Rosa Luxemburg llegue al colmo de difundir con gran
pompa y a troche y moche estos disparates de gran calibre adjudicándoselos a
Rosa, es cosa que no se debe dejar pasar.
3. Del feminismo a la “realpolitik”, pasando por los “teoremas”
Como otras veces se ha señalado: nada tan
poco realista como el realismo. Y cuando se lo quiere aplicar a la política “alternativa”
y de “resistencia anticapitalista”, estemos atentos: un engendro cualquiera
está por nacer.
La entrevista que criticamos es pésima y
abunda en liviandades y tergiversaciones, pero lo grueso de la falsificación
está en la siguiente afirmación: que Rosa Luxemburg “acuña” (¡dando así pie a
una cierta “política práctica”!) el concepto de “Realpolitik revolucionaria”.
Dejando para el final esta cuestión, otras
dos importantes tergiversaciones deben ser despejadas: la que dice que R. L.
planteó un “teorema” (sic) “de la apropiación de las tierras”; y la que
sostiene que su pensamiento y acción serían útiles para “el arte de la política feminista”.
¡Atención los lectores! Ya no se trataría, para la socióloga-filósofa y sus
entrevistadores, de estudiar y difundir el aporte de R. L. al arte de la
política “revolucionaria”, sino al de la política “feminista”. Esto merece una
larga disquisición, con los textos e informaciones pertinentes a la mano, que
son varios, más el esclarecimiento histórico que debe acompañarlos. No lo vamos
a desarrollar ahora aquí. Queda como una obligación. Sólo agregamos que no
lograrán convertir a Rosa Luxemburg en una aliada de un “feminismo de las
reformas”.
En cuanto al supuesto “teorema de la apropiación de tierras” no resiste el menor análisis. Esa formulación confusa de un
“teorema” completamente inexistente en R.
L., podría significar cualquier cosa. Recordemos, además, que una de las
características distintivas de Rosa Luxemburg es su desprecio por las “fórmulas”
y los esquemas “consagrados”, que quieren paralizar la discusión, la
dialéctica, el estudio y la comprensión de los problemas y, sobre todo,
encorsetar el accionar subversivo de las masas trabajadoras.
Si nos atenemos a los párrafos en los que
la socióloga-filósofa menciona ese disparate por ella misma inventado, vemos
que pretende endilgarlo al análisis de la acumulación del capital, de la
inevitable expansión capitalista y del consecuente imperialismo, objetos de
estudio de Rosa en una obra de 500 páginas. Es más o menos como si se afirmara
que Freud “acuñó” una fantástica “fórmula del ensueño revelador” y con eso
pretendiesen describirnos el prodigioso estudio psicoanalitico de la
“interpretación de los sueños”.
Invitamos a los lectores a leer esta otra obra cumbre de Rosa
Luxemburg, La acumulación del capital
(1913) que hoy incluso existe en su versión digital, de inmediato acceso [1]. Pero, para incitar a su lectura,
así como para ponerlo en relación con la situación política actual, citaremos
un maravilloso párrafo “catastrofista” de las últimas páginas del Apéndice: “La
acumulación del capital o en qué han convertido los epígonos la teoría de Marx.
Una anticrítica”, que es la respuesta de R. L. a quienes criticaron su obra:
4. La “Realpolitik”. Increíble, pero “real”
Casi todos saben que “Realpolitik” es el
nombre que en política se le da al “pragmatismo”. Es decir, realismo político. Política de lo
posible, adaptada a los límites de la “realidad”. Aquí “realidad” quiere decir
“dominio de la política realmente existente”, o sea: el dominio político del
Estado capitalista.
El primer texto de fuste de carácter
marxista que desmenuza la razón de ser del reformismo oportunista, o sea del
“posibilismo” en el terreno político, atacándolo en sus fundamentos, es ¿Reforma social o revolución? de Rosa
Luxemburg, publicado en Leipzig en 1899 y reproducido desde entonces en cientos
de miles de ejemplares en muchos idiomas. ¡Es una obra fundacional de la lucha
contra la teoría y la práctica de la
“Realpolitik” misma! Y ahora, con increíble descaro, se quiere hacer aparecer a
su autora como… ¡la inventora de una “Realpolitik
revolucionaria”!
Para ello se “cuelgan” de un artículo de
Rosa L. de 1903: “Karl Marx”, escrito en el vigésimo aniversario de la muerte
del revolucionario. [2]
Tengamos en cuenta el momento: aun faltan
dos años para la revolución rusa de 1905 (que, entre otros logros, hará fructificar
una obra muy importante de R. L.: Huelga
de masas, partido y sindicatos, toda ella apuntada contra el burocratismo
de las organizaciones y sus dirigentes). En esta época se debaten las
cuestiones fundamentales del colonialismo, la guerra y el imperialismo; la
necesidad de una Internacional revolucionaria; las formas de la organización
partidaria; la agitación cotidiana y las luchas obreras; la conciencia
clasista; el oportunismo y el
reformismo; el “posibilismo”, el “parlamentarismo”, el “sustitucionismo”, etc.
En aquel lúcido artículo de 1903 aparece
seis veces la palabra “Realpolitik” (siendo que, como los mismos falsarios
están obligados a reconocer, casi nunca más aparece en la voluminosa y profunda
obra de Rosa), con el excluyente objetivo de afirmar que la única “política
realista” para el proletariado es la revolucionaria,
que se enfrenta históricamente a la “Realpolitik” burguesa así como al ya
caduco “utopismo socialista”:
“… La política socialista es real
desde el punto de vista del desarrollo histórico. Es exactamente la misma
diferencia que existe entre una teoría económica vulgar del valor, que
considera el valor como un fenómeno material desde el punto de vista del
mercado, y la teoría de Marx, que lo considera como relación social de una
época histórica particular. Pero la Realpolitik proletaria también es
revolucionaria en el sentido de que, a través de todos sus esfuerzos
parciales, va más allá del marco del
orden existente en el que trabaja, en el sentido de que conscientemente se considera a sí misma
sólo como la etapa preliminar del acto por el que se convertirá en la política del
proletariado gobernante y revolucionario” [destacado nuestro].
¿Qué “acto” es este? El acto revolucionario
supremo: la irrupción política de la clase obrera, el enfrentamiento violento
para la derrota de la burguesía, la toma del poder y la dictadura del
proletariado.
Y agrega sobre la “vía parlamentaria”:
“… El otro peligro, hundirse en el retaceo
de la Realpolitik burguesa, solo surge con el fortalecimiento del movimiento
obrero sobre la base del parlamentarismo. Las armas para la superación práctica
de la política revolucionaria del proletariado debían ser extraídas también del
parlamentarismo burgués; la unificación democrática de las clases y la paz
social de la reforma debían reemplazar la lucha de clases. ¿Y qué se logró? La
ilusión podría durar un tiempo aquí y allá, pero inmediatamente se demostró lo
inadecuado de los métodos burgueses de la “Realpolitik” para la clase obrera.
El fiasco del ministerialismo en Francia, la traición del liberalismo en
Bélgica, el colapso del parlamentarismo en Alemania –de un solo golpe, el breve
sueño del ‘desarrollo tranquilo’ se hizo pedazos. (…) En un país tras otro,
bajo la ‘pisada masiva de los batallones obreros’, el suelo de la democracia
burguesa, del legalismo burgués, se rompe como una fina capa de hielo para
hacer que la clase obrera sea una y otra vez consciente de que sus esfuerzos últimos no pueden llevarse a
cabo en este suelo” [destacado nuestro].
Repetimos: ¡escrito dos años antes de la
primera revolución rusa!, que hizo sentir mundialmente cómo la “pisada masiva
de los batallones obreros”, puesta en movimiento tantas veces antes en la lucha
contra el capital, anunciaba su proximidad a la plena toma del poder. ¡Ese es
el “realismo” de Rosa Luxemburg! Un “realismo” a la altura de Marx, no de los
“anticapitalistas alternativos”, pacifistas y reformistas hasta el tuétano.
Comparemos esas posiciones con los
balbuceos de la entrevista a Frigga Haug:
“Rosa Luxemburgo se refiere a que la política debe guiarse por un
objetivo distante (…) Eso es lo revolucionario, pero es un objetivo a largo plazo. Actualmente no se puede hacer
política de esa manera, no se puede ir por las calles –como el movimiento del
68– diciendo ‘aboliremos la policía, aboliremos todo tipo de orden’, sino que hay que hablar de Realpolitik e
ir a los parlamentos, porque esa es hoy la forma de lo político; hay que formular demandas que sean
factibles aquí y ahora. Pero, a su vez, Luxemburgo dice que no deben ser
‘reformistas’ en el sentido de darse por satisfechas con lo primero que
consiguen, sino que las personas llevan
en sí la fuerza de seguir luchando hacia el objetivo distante, y eso es Realpolitik revolucionaria.
Luxemburgo emplea el concepto una única vez en todos sus escritos, pensábamos
que no era así, pero es así, una única vez, y ella dice que… –cito de memoria–
‘Fue recién Marx quien nos permitió reconocer los medios para ver hacia dónde
queremos llegar, a qué sociedad queremos llegar, es decir, a tener en vista el
objetivo último que debe orientar cada uno de los pasos de nuestra política de reformas’. [3]
La obra entera de Rosa, desde sus primeros
escritos hasta los últimos, muestran la misma “doble” necesidad: la del desenmascaramiento de las múltiples vías
retardatarias, oportunistas y “posibilistas” de las coartadas contra la revolución,
y la del esclarecimiento y conciencia de la situación histórica, política,
económica y social, junto con el irrenunciable impulso hacia delante: la lucha
de clases revolucionaria y la toma del poder.
Los “anticapitalistas alternativos” pretenden
construir una “realpolitik” de izquierda, adaptativa a “lo real”, básicamente
“parlamentarista-movimientista”, utilizando para ello, como “anzuelo”, ni más
ni menos que a su enemiga número uno. Increíble, pero “real”.
En circunstancias históricas en que hasta
la democracia parlamentaria (EE.UU.), supuestamente más estable, ha demostrado
su carácter de carcaza vacía y dictadura del capital –que cobija el racismo más brutal y, en
aras de preservar el lucro privado de aquél deja que, covid 19 mediante, un
cuarto de millón de trabajadores de su país mueran en pocos meses (más vidas
que las que los norteamericanos perdieron en todas sus guerras imperialistas);
¡el país más “civilizado” encabeza todos los rankings de contagios y muertes!–,
se hace más necesario que nunca volver al profundo pensamiento marxista
revolucionario: el de Luxemburg, el de Lenin, el de Trotsky, el de Engels y,
obviamente, el del propio Marx.
¿Qué queda por agregar? Nos queda invitar a
los lectores a leer (leer y estudiar
y discutir y difundir) el magnífico
¿Reforma social o revolución? y, cuanto menos, sus otras obras principales. [4]
5. Leer a Rosa Luxemburg
¡Cuánta falta hace, en la época actual, la
creatividad teórica, la capacidad política, la lucidez y la consecuencia
revolucionarias de Rosa Luxemburg! Ella hoy no está, pero sí su obra. Gracias a
los que sembraron durante décadas la confusión y el silencio para postergarla,
recién ahora se empieza a leerla y conocerla en los cuatro puntos cardinales.
Esperamos que quienes dicen admirarla tengan la honestidad y sensatez
suficientes como para no hacerle decir cualquier cosa.
Repetimos que la intención política-comercial
de la Fundación (con origen en Alemania pero que está en proceso de implantarse en
Latinoamérica y en otros continentes) que lleva el nombre de Rosa Luxemburg es,
ni más ni menos, que la de vaciar de contenido y secar la savia revolucionaria
que corre por su obra y su vida. A esta altura de los graves manoseos y
manipulaciones, no se debe dejar de denunciar y alertar sobre sus propósitos
reaccionarios.
Por todo esto es que repetimos con León
Trotsky: ¡Quiten las manos de encima de
Rosa Luxemburg!
(20 noviembre 2020)
http://grupgerminal.org/?q=node/450
La
“Anticrítica” - Epílogo a “La
acumulación…” – Respuesta a sus críticos (pdf gratuito):
http://grupgerminal.org/?q=node/452
[2] Estamos preparando, para el
Espacio Rosa Luxemburg, la versión en castellano de dos textos, ambos con el
título “Karl Marx”, publicados por Rosa L. en 1903 y en 1913, es decir, en el
vigésimo y trigésimo aniversario de la muerte de Marx.
[3] Nota en Página 12:
https://www.pagina12.com.ar/303766-rosa-luxemburgo-y-el-arte-de-la-politica-feminista
[4] Recomendamos,
provisoriamente, esta versión directa del alemán: https://www.nordicalibros.com/wp-content/uploads/2019/02/Reforma-o-revolucio%CC%81n-PRIMERAS.pdf
sobre
los enlaces a las obras de Rosa Luxemburg:
En
el ESPACIO ROSA LUXEMBURG hemos venido realizando, en los últimos años y
en medio de duros obstáculos, una recopilación y ordenamiento de las obras de
la revolucionaria. Hemos recopilado, asimismo, cientos de materiales que
incumben a su obra, su vida y su lucha (tanto en papel como digitales).
Deseamos
estar dando a conocer -a comienzos de 2021- buena parte de estos materiales en
nuestro blog: www.espaciorosaluxemburg.blogspot.com
y por otros medios.
Mientras
tanto, recomendamos buscar las obras de R. L. sobre todo en los siguientes dos
sitios:
RECOMENDAMOS
PROVISORIAMENTE, PARA “REFORMA O REVOLUCIÓN”, UNA TRADUCCIÓN DIRECTA DEL ALEMÁN
A CARGO DE ISABEL HERNÁNDEZ, EN EL PDF SIGUIENTE:
https://www.nordicalibros.com/wp-content/uploads/2019/02/Reforma-o-revolucio%CC%81n-PRIMERAS.pdf
En
GERMINAL – EN DEFENSA DEL MARXISMO:
Es
encomiable el trabajo de los compañeros de Germinal en dar a conocer con
seriedad la obra de León Trotsky, Rosa Luxemburg y otros autores fundamentales.
Enlaces
a diversas obras de Rosa Luxemburg:
http://grupgerminal.org/?q=node/449
La
acumulación del capital (pdf gratuito – ver al pie de la página):
http://grupgerminal.org/?q=node/450
La
“Anticrítica” - Epílogo a “La
acumulación…” – Respuesta a sus críticos (pdf gratuito):
http://grupgerminal.org/?q=node/452
En
MARXISTS :
Obras
de Rosa L. en castellano:
https://www.marxists.org/espanol/luxem/index.htm
ADVERTENCIA:
en estas páginas se encuentran versiones en castellano muy defectuosas junto
con otras de muy buen nivel de traducción. En lo posible, el lector interesado
deberá cotejar, llegado el caso y siempre que se pueda, con versiones en alemán
o en otros idiomas.
La
acumulación del capital – Ediciones Sedov
https://www.marxists.org/espanol/luxem/1913/1913-lal-acumulacion-del-capital.pdf
Reforma
o Revolución? (Trad.del inglés de Daniel Zadubaisky e introducción de Mary
Alice Waters)
https://www.marxists.org/espanol/luxem/01Reformaorevolucion_0.pdf
En MARXISTS.ORG :
Obras
de Rosa L. en alemán:
https://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/index.htm
Die
Akkumulation des Kapitals :
https://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1913/akkkap/index.htm
Sozialreform
oder Revolution? :
https://www.marxists.org/deutsch/archiv/luxemburg/1899/sozrefrev/index.htm
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