[por Norberto Malaj]
El
mayor científico e investigador de Irán en materia nuclear, responsable de los
mayores proyectos de ese carácter del país de los últimos 25 años, fue
asesinado el viernes en un atentado en Teherán. Que se trató de una nueva
provocación de los servicios secretos israelíes y yanquis, como el que acabó
con la vida del Gral. Soleimani, una de las máximas figuras del régimen iraní
en un atentado con misiles y drones en el aeropuerto de Bagdag, en enero
pasado, lo dio por sobreentendido Israel que “se negó a comentar. En EE.UU., la
Casa Blanca, el Pentágono, el Departamento de Estado y la CIA declinaron hacer
comentarios. El equipo de transición de Biden también se negó a comentar” —Haaretz,
27/11. Sin embargo, “The New York Times citó a tres funcionarios de
inteligencia que dicen que Israel estaba detrás del ataque y el ex director de
la CIA, John O. Brennan, quien supervisó la organización de 2013 a 2017 y
calificó el asesinato como ‘un acto criminal y muy imprudente’ ” (ídem). Lo
mismo dijeron altas fuentes de la Unión Europea.
El objetivo del atentado es muy claro. Los
dos principales aliados de Trump en Medio Oriente, Netanyahu en Israel y el
príncipe heredero saudita, junto a la administración republicana en retirada,
quieren minar el propósito de Biden y la administración demócrata de volver “a unirse al acuerdo nuclear con Irán abandonado por Trump y levantar algunas sanciones
económicas si Irán vuelve a cumplir con el acuerdo. Israel y la potencia
regional Arabia Saudita quieren que EE.UU. permanezca fuera del acuerdo y
continúe con la política de Trump de sanciones económicas máximas. Sin sugerir
quién llevó a cabo el asesinato del viernes, Amos Yadlin, ex jefe de
inteligencia de la Fuerza de Defensa de Israel, dijo: ‘Con la ventana de tiempo
que queda para Trump, tal movimiento podría llevar a Irán a una respuesta
violenta, lo que proporcionaría un pretexto para un ataque liderado por EE.UU.
contra instalaciones nucleares iraníes’ ” (Oliver Holmes y Patrick Wintour, The Guardian,
28/11).
La nueva provocación contra Irán es una deriva de las “paces que
Israel ha alcanzado con los estados árabes del Golfo y comparten su hostilidad
hacia Irán. Este mes, Netanyahu viajó a Arabia Saudita y se reunió con su príncipe heredero, según
funcionarios israelíes, en la primera visita informada de un líder israelí” en
la historia de las relaciones de ambos países (ídem).
Israel,
la única potencia nuclear de todo Medio Oriente, ha actuado sistemáticamente
como un organizador serial de atentados criminales en todo Medio Oriente:
“Durante la última década, Irán ha acusado a Israel de matar al menos a cinco de sus científicos nucleares, aunque Fakhrizadeh es considerado el más
importante y destacado” (ídem). Netanyahu había exhibido en público su foto dos
años atrás y lo señaló como un “objetivo”, informan diversas fuentes.
"Recuerda ese nombre" —dijo Netanyahu según Haaretz. “En 2014,
cuatro científicos nucleares sirios murieron cerca de Damasco después de que hombres armados abrieran fuego contra su autobús. Un monitor de la guerra de Siria dijo que un
científico nuclear iraní también murió en el ataque” (ídem).
Lo más
interesante del asunto es que Israel reveló días antes de este atentado “el asesinato del número 2 de Al-Qaeda”, lo que “fue un mensaje para Biden, dicen fuentes israelíes”. Pero “lo que
más intrigó es el momento del anuncio, unos tres meses después del asesinato y una
semana después de que Joe Biden ganara las elecciones” —dijo Yaniv Kubovich, el 17/11 en Haaretz. Este “asesinato fue
precedido por una rápida visita a Israel del general Mark Milley, presidente del Estado Mayor Conjunto (yanqui). El
24 de julio, dos semanas antes de la operación, Milley visitó la base aérea de
Nevatim en el sur de Israel. Esta fue la segunda visita de Milley a Israel
desde que asumió su cargo, la primera tuvo lugar unos días antes del asesinato
de Soleimani” (ídem).
Los antecedentes del sionismo en atentados
en todo Medio Oriente, inclusive en la propia Irán sobran: a mediados de 2018 The
New York Times reveló que en “una
operación del Mossad a principios de este año para robar archivos relacionados con
el programa nuclear de Irán irrumpieron en un almacén en una zona industrial en
Teherán y, según el informe de ese diario, durante seis horas y 29 minutos por
la noche, tras desactivar las alarmas, romper dos puertas, quemar docenas de
cajas fuertes, huyeron de la ciudad “robando media tonelada de archivos nucleares” (Haaretz,
16/7/18).
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