[por Damián A. Melcer]
Por un frente único de la docencia de todos los niveles
COVID-19 y ciclo lectivo 2021
Qué
sabemos de los protocolos
Pero el gobierno de CABA no imponía su
propia melodía, sino que seguía la partitura elaborada por los organismos
internacionales, como la UNESCO y UNICEF, que promueven una apertura de los
establecimientos educativos argumentando que las brechas de desigualdad crecen
en el contexto de aislamiento, como si se debiera solo a este motivo. Los
gobiernos avanzan con sus propuestas de retorno a la presencialidad delegando
la implementación a los equipos de conducción de cada establecimiento, para que
asuman “la toma de decisiones en medio de la incertidumbre propia de la
emergencia” (UNICEF, informe, 2020). El gobierno provincial convoca, en la
medida de que sea posible en cada establecimiento educativo, a que sean los
equipos de conducción quienes definan “los formatos para la organización de los
grupos y la frecuencia de las clases en cada institución escolar” considerando
“los recursos de la institución” (Comunicación N° 85/20 de la DGCyE). La
descentralización educativa da un paso más al promover que sean los equipos
directivos quienes planifiquen una reorganización de las propuestas
pedagógicas. Los directivos son forzados a introducir una reorganización que
implica la modificación del formato educativo, la afección del curriculum
y del trabajo docente sin solicitar recursos al Estado.
Alabad la
presencialidad y vendrá un nuevo formato educativo
En pleno aumento de contagios y ante una
curva ascendente el ministro de educación se muestra preocupado, solo en
palabras, pero sostiene la presencialidad “como el ordenador del nuevo ciclo
lectivo” (Ámbito, 6-01). De un lado y otro de la grieta acuerdan en esta
apreciación. En tal sentido el gobierno nacional presentó el plan “A las aulas:
Síntesis de acciones y plan de trabajo 2021 para garantizar la plena
presencialidad en el sistema educativo argentino”.
El documento muestra que el 95% de los
hogares recibió propuestas pedagógicas durante todo el período de aislamiento
social, preventivo y obligatorio; que el 85% de las familias valoraron
positivamente el trabajo de docentes y escuelas durante la suspensión de clases
presenciales. Se informa, también, en lo que respecta a la educación media que
6 de cada 10 adolescentes reconoció haber aprendido contenidos escolares nuevos
y prácticamente la misma proporción señaló que lograron organizarse mejor y de
manera más autónoma. Del total de los encuestados, más del 70% de los
estudiantes que accedieron a recursos educativos digitales destacó que le
gustaría que se continuara con su utilización en clases presenciales. Estos
datos son, en parte, compartidos por UNICEF Argentina cuya encuesta pone de
relieve que más del 65% de estudiantes dicen haber recibido aprendizajes. ¿Es
entonces una profunda razón educativa el retorno a la presencialidad en este
contexto?
Las
dificultades relevadas
La educación a distancia, remota o virtual,
puso de relieve la sociedad desigual, violenta y opresiva en la que vivimos; no
sólo por las condiciones de vivienda para enseñar y aprender sino también por
las necesidades que surgen al momento del aprendizaje y que generan nuevas
dificultades. En la Argentina, en “el 85% de los hogares, las madres ayudaron a
sus hijos con los deberes”, a lo que se suma que las tareas domésticas o de
cuidados siguen recayendo mayoritariamente en las mujeres por lo que “el 57%
respondió que sentía una mayor sobrecarga laboral desde el inicio de la
pandemia” (El país, 17-12-20).
Sucede que las condiciones de la cuarentena
impulsaron el virtual freno de la fuerza de trabajo conllevando a la parálisis
del régimen capitalista que no puede garantizar su propio desarrollo sin
movilizar a la fuerza de trabajo (hombres y mujeres). La movilización de la
fuerza de trabajo evidenció la incapacidad del actual régimen social de
garantizar la salud y el cuidado para que la fuerza de trabajo no se dañe, no
se enferme, no se contagie. Aprender en el hogar implica, para la población
estudiantil de los niveles de inicial, primario y una parte del nivel medio,
requerir de un adulto que los asesore y los acompañe en dicha actividad. Se
genera una contradicción entre niños y niñas que deben aprender en sus
domicilios mientras los adultos deben ir a sus lugares de trabajo o trabajar
desde el domicilio, sin licencias.
El afán por la presencialidad y la
necesidad de recurrir a los establecimientos, a pesar de todas las instancias
de mediaciones didáctico-pedagógicas que existen, pone en evidencia que han
convertido a las escuelas en instrumentos para el alojamiento de los niños,
niñas y adolescentes con la finalidad, hasta cierto punto, de permitir liberar
a la fuerza de trabajo adulta para el mercado laboral. Por eso para el ministro
Trotta es posible que “las medidas restrictivas pueden convivir con la
presencialidad en las aulas” porque se trataría de priorizar “el mercado de
trabajo y la apertura escolar.” (Ámbito, 6-01). Es una señal a los
mercados y organismos financieros de que Argentina volvería a la normalidad del
capital.
A las
aulas: un plan estratégico para 2021 (macrismo recargado)
También plantea una reorganización
institucional “que albergue las distintas formas de escolarización que van a
coexistir durante buena parte de 2021: presencial, no presencial, combinada”. La
convocatoria a las aulas ofrece una perspectiva desalentadora para el trabajo
docente en un doble sentido porque, por un lado, la coexistencia de formas presenciales,
no presenciales y combinadas implican la diversificación del trabajo docente en
un cuadro de situación de por sí complejo, siendo que 9 de cada 10 docentes han
hecho saber que “su trabajo aumentó tras la suspensión de clases presenciales”
(documento “A las aulas”). Pero también, por otro lado, las y los docentes
sufrieron otro tipo de expropiación, el de sus capacidades creativas ya que
“más de la mitad de los y las docentes produjeron sus propios recursos
didácticos: clases grabadas en audio o video, actividades o cuadernos para
imprimir, copiar y resolver” (ídem). Las y los docentes desarrollaron los más
variados recursos convirtiéndose, de a miles y sin retribución a cambio, en
usuarios y creadores de propuestas pedagógicas cuyo usufructo es de alcance
incierto, pero han estimulado el desarrollo de las aplicaciones y promovido
innovaciones de las nuevas tecnologías que cotizan en la Bolsa.
Las propuestas para el ciclo 2021 que se
derivan del documento son un desprendimiento del Plan propuesto por el macrismo
en 2017 denominado “Secundaria Federal 2030”, cuyos lineamientos fueron
presentados en la Declaración de Purmamarca, en 2016. El actual oficialismo “va
en una dirección que se quiere promover desde hace muchos años", como por
ejemplo en la "integración de contenidos de distintas materias y
disciplinas que vayan en dirección a un currículum menos clasificado” y la
implementación de “otro régimen académico”, lo que dejará planteada la
necesidad de modificar el estatuto docente (documento “A las Aulas”). Estamos
ante la apropiación de la propuesta de política educativa que hiciera el
gobierno de Macri a través del marco de organización de los aprendizajes para
la educación obligatoria (MOA, resolución 330/17).
La crisis humanitaria pretende ser
aprovechada por el gobierno de turno para avanzar en un plan que subsuma, aún
más, la educación al capital. El documento apunta a “introducir de manera
acelerada modificaciones estructurales en la organización escolar, en el
currículum y en la enseñanza” (documento “A las aulas”, p. 31). El gobierno
aprovecha las condiciones generadas por la cuarentena para socavar las
condiciones de trabajo de las y los docentes, también pretende sacar ventaja de
esta situación al avanzar en la conformación de un curriculum educativo más
generalista, abarcativo e inespecífico; implicando reducciones de materias y de
saberes. Es el plan de acción de una política educativa de Estado.
Recursos
y cuidado de la salud incompatibles con el capital
La experiencia del mundo indica que las
escuelas son, efectivamente, centros de contagio tal como lo hace saber el
grupo de científicos del Reino Unido –Independent SAGE- dirigidos por el ex
asesor científico principal del gobierno, David King. Este grupo reconoce que
“la decisión, del 4 de enero, de cerrar las escuelas primarias y secundarias
fue necesaria debido a fallas anteriores en la implementación de las medidas de
seguridad de COVID, la consiguiente propagación de la infección en las escuelas
y la contribución de las escuelas al rápido aumento de los niveles de infección
en la comunidad en general."
(https://www.independentsage.org/ comunicado del 8 de enero).
Aún así, el esfuerzo por intentar
reestablecer un orden en el régimen capitalista implica buscar cualquier
alternativa para impulsar la presencia de los niños, niñas y adolescentes en
las escuelas. Por eso, también en el Reino Unido, se convoca a reaperturas de
las aulas de manera improvisada e irresponsable. El secretario de educación,
Gavin Williamson, promueve el uso de pruebas de flujo lateral (o LFT) masivas
en las escuelas con la finalidad de reabrirlas. Sin embargo, esto conlleva un
inconveniente mayúsculo puesto que como informan los científicos “en una prueba
piloto en Liverpool” este tipo de recurso pasó por alto “a casi un tercio de
las personas asintomáticas que tenían altas cargas virales y estaban en mayor
riesgo de propagar la enfermedad", a lo que se suma que, en el afán del
ahorro presupuestario, se pretende que en las escuelas sean los docentes y las
familias quienes realicen las muestras, lo que “podría reducir aún más su
valor" de detección, debido a que las muestras no serían tomadas por
expertos (The Guardian, 14 de enero).
La presencialidad con protocolos, en el
mundo y en Argentina, no garantiza el cuidado de los docentes ni de los y las
estudiantes, quienes además (por políticas sanitarias) no están contemplados en
el plan de vacunación. En cuanto al uso de tapabocas el protocolo marco
nacional dice que “se recomienda el uso de tapabocas durante todo el tiempo que
dure la permanencia en la escuela (tanto para alumnos/as como para personal
docente y no docente)”, la recomendación del gobierno nacional deja a libre
decisión de cada institución proveer o no los materiales adecuados. No se
establece la obligatoriedad para que las instituciones brinden los recursos de
cuidados básicos para la salud, algo que implicaría un aumento en el
presupuesto educativo.
El
régimen social se muestra incapaz de ofrecer un resguardo seguro a su fuerza de
trabajo, a la que le imprime la obligación de ir a exponerse. En la Argentina y
en el mundo el capitalismo se ha vuelto incompatible con la vida.
Las
tareas que se desprenden
Desde la docencia debemos convocar a un
congreso de la educación de todos los niveles para trazar un plan de acción que
contrarreste el ataque del capital y promueva una reorganización social sobre
nuevas bases. Un plan que releve, en todos los niveles las condiciones de
vivienda, laborales y de conexión de familias y estudiantes. Así como también
la disponibilidad de dispositivos tecnológicos y espacios para el desarrollo de
la enseñanza y el aprendizaje. Para que el Estado garantice los recursos y
asuma los gastos vinculados al cuidado de la población, de los y las
estudiantes y docentes.
Cada docente y cada estudiante con su
computadora para uso pedagógico; el relevamiento debe quedar en manos de los
trabajadores de la educación impulsando la conformación de organizaciones
barriales-vecinales que mediante espacios de asambleas debatan los problemas
zonales fijando las prioridades. Un plan de licencias y suplencias pagas para
todos aquellos docentes que tengan niños o familiares de riesgo a cargo y que
repercutan para el sostenimiento de las clases. Por la estructuración de un
plan de estudios que nazca a partir de las necesidades de la población y que
promueva un conocimiento amplio de la cultura universal.
Por comités de salud e higiene con
capacidad de veto conformada por docentes, estudiantes y familias constituyendo
organizaciones barriales, vecinales.
Argentina posee de deuda externa su
equivalente al PBI, es decir a toda la producción del país en un año, una deuda
que deberá empezar a pagar en este 2021. El dinero debe destinarse a la salud y
al desenvolvimiento de la vida, las exigencias y presiones que resultan del
pago de la deuda externa implican una condena al desarrollo. Es necesario
rechazar el pago de millones de dólares a quienes especulan en la Bolsa, sean
capitales nacionales o extranjeros. Plata para salud, educación y viviendas.
Pongamos de relieve nuestras condiciones
esenciales: recursos garantizados para la educación a distancia, recursos
sanitarios a cargo de los establecimientos educativos para preservar la salud
de docentes, un salario igual al costo de la canasta familiar, por la
reorganización del sistema educativo que centralice el financiamiento y elabore
un plan de acción para satisfacer todas las necesidades educativas. Convoquemos
a un congreso de la docencia para evaluar y establecer un plan de acción por
estas reivindicaciones, de cara a un congreso del movimiento de todos los
trabajadores.
16/01/2021
[Publicado
originalmente en el sitio web ‘Política Obrera’.]
Acuerdo en general con la caracterización de cómo la organización capitalista actual y sus gobiernos condicionan la actividad escolar en todos sus niveles, por la búsqueda de ganancias que sostienen los privilegios de clase. Esto se ve también fehacientemente bajo una gran lupa en la educación, en este momento de crisis pandémica.
ResponderEliminarTambién acuerdo con que los docentes y la comunidad educativa toda debe estar convocada en las discusiones sobre cómo organizar las enseñanzas en esta nueva etapa. Son los formadores y estudiosos de las realidades educativas (incluidos estudiantes, docentes y familias) quienes deben tener voz y voto.
Son necesarios cambios profundos para una educación liberadora, que aporte pensamiento crítico y creativo. La formación de maestros y profesores debe incluirlos para tener profesionales que respondan a las necesidades del enriquecimiento individual y social en las escuelas y todo establecimiento educativo.
Urge resolver qué y cómo hacer para que niños, adolescentes y jóvenes retomen no sólo los aprendizajes académicos sino los contactos formativos y provechosos con pares y adultos extrafamiliares, que provee la escuela fundamentalmente. La pandemia también afecta a la salud mental de todos ellos, por el aislamiento que implica quedarse en casa, con pocos contactos cotidianos por fuera de la misma.
Por supuesto que el sometimiento de las comunidades y las familias que la forman, a las carencias de este régimen social injusto es la causa de estos males.
Son muchos y difíciles los desafíos...
Hola Cecilia, interesantísimo comentario. La situación de la salud mental de los niños, niñas y adolescentes (NNyA) es relevante, claro, pero suele utilizarse como un recurso de enfrentamiento ante las medidas de cuidado de la vida a la que recurren los y las trabajadores de la educación. Un regimen social que genera que 1 de cada 6 NNyA sea pobre, no muestra ninguna preocupación por la salud mental. Al exponerlos a las fuerzas más brutales de la miseria.
ResponderEliminarSin embargo, la inquietud sobre la salud mental sigue siendo válida. Amerita, entonces, una reflexión:
¿Podría acaso la escuela abrirse para aquellos estudiantes cuya vinculación pedagógica durante 2020 haya sido errática o problemática? ¿Podría la escuela ofrecer encuentros lúdicos/vinculares con distanciamiento y recursos varios, de una vez por semana en el espacio de una hora; en lugar de concentrar a todos y todas durante jornadas de 4hs a lo largo de la semana? Ambas respuestas son afirmativas. Entonces, ¿por qué no hacerlo?
El proceso de acumulación exige que los adultos se revinculen al proceso de trabajo, en consecuencia al proceso de explotación.
Si los NNyA van sólo una vez por semana a encuentros de 1 hora, se debe sostener a las familias, se quiebran los ritmos laborales, se debe garantizar licencias pagas.
Nuestro presente muestra que las condiciones de la salud mental están sujetas a las condiciones de vida. No es viable el desarrollo de una salud mental digna cuando docentes y estudiantes se reúnen exponiéndose a los contagios que crecen y que, en todo el mundo, muestran a las instituciones educativas como "superdifusores". Este debate, sumamente necesario, coloca en el centro que para una buena salud mental se requiere alterar las condiciones sociales de existencia, ese es un horizonte estimulante para todo desarrollo de la vida humana. Cariños